Capítulo XXXVI. Una alianza peligrosa.

619 77 3
                                    

Narrador.

Mientras los recién casados, se dedicaban a disfrutar de su luna de miel, en Filadelfia otros sucesos estaban pasando. La mayoría de los integrantes de la familia Bencomo había regresado, a sus ocupaciones, Duff y Cathaysa Sinclair, habían regresado a Escocia, para cuidar de sus hijos, esos futuros gemelos del terror de la familia Bencomo, y a su preciosa hija, además debían de atender a sus respectivas responsabilidades, él como CEO del DS Groups y ella como responsable de las relaciones publica y área de marketing de todo el Grupo C.P.A.

Por su lado, tanto la reina Diane, como el rey Carlos, regresaron a su retiro, donde cuidaban de las hijas de Mary y Benearo Bencomo, mientras ellos trabajaban también en sus empresas. Mary como CEO del conglomerado Sinclair, que heredó tras la muerte de su abuelo, y Benearo Bencomo como el responsable de Grupo C.P.A. de la parte europea.

Sólo permanecieron en Filadelfia, Ruyman y Emilia Bencomo, a cargo de Kenai, y dirigiendo la otra parte del grupo C.P.A., el correspondiente a Asia y América. Por su parte Kenai aunque echaba de menos a su madre y deseaba conocer mejor a su nuevo padre, sabía que este tiempo era importante para que sus padres estuvieran solos. Había empezado en su nuevo colegio donde había hecho varios amigos, y también había retomado de nuevo el contacto con sus antiguos compañeros de clase, a los que les contaba orgulloso, que no sólo tenía un nuevo papá, sino que en unos meses seria hermano mayor.

Todos los días después de clase era recogido por los escoltas que se le había asignado, por parte del grupo Vieira, como nuevo hijo del CEO. Nadie se había dado cuenta que, desde hacía dos semanas a la salida de los niños del colegio, un sedán negro, siempre se encontraba estacionado en las inmediaciones supervisado, a la salida de los menores. Dentro, siempre se encontraba la misma persona, un hombre de unos veinte seis años, alto, vestido con una cazadora de cuero, y unos vaqueros, de pelo castaño, y ojos marrones claro, llamado Marcos Murdow.

Esta persona desarrollaba un interés especial sobre todo cuando las mercedes de lujo de la familia Vieira recogida al recién renombrado, Kenai Vieira, ya que, desde hacía tres días, y gracias a las influencias de la familia Bencomo, y al interés especial que había puesto Carlos Bencomo, en que eso se resolviera pronto, antes que la pareja regresara de su luna de miel, para darle una sorpresa al hijo de su mejor amigo, al que él consideraba como un hijo más.

Tras observar, el ocupante del sedan, como los escoltas del grupo de seguridad de las empresas V.D.S Group recogía a su primer heredero, siempre hacia los mismo, cogía el teléfono y llamaba a la persona que lo estaba esperando, deseando que por un día su plan diera resultado. Al otro lado del teléfono se encontraba el padre de Rihanna, Hogan Morris, que, junto a su esposa, esperaban una respuesta positiva que hasta ahora no se había dado.

- "De nuevo no ha podido ser, ese niño esta más vigilado que el Pentágono"- solía decirles el vividor de Marcos Murdow, el padre biológico de Kenai, al que Rihanna llama desgraciado, ya que la dejó abandonada a los quince años al enterarse que estaba embrazada.

Marcos Murdow había sido utilizado, a cambio de dinero hacía ya años, para intentar arrebatarle la custodia a Rihanna cuando ella aún estudiaba, pero la abuela de esta fue mucho más lista que ese trio, y detuvo ese intento ofreciéndole una cantidad enorme a Marcos, a cambio de que firmara su renuncia la patria potestad. Lógicamente el ambicioso señor Murdow, cogió el dinero que se ofrecía, y tras firmar, desapareció, no tenía ningún interés en su hijo, su amor era por el dinero, las apuestas y por la vida fácil, llena de vicios.

Los señores Morris esperaban que Marcos atrajera a su hijo mediante engaños, para después secuestrarlo, mientras ellos, usaban una fiesta un evento o cualquier actividad pública para tener una coartada, que no les implicarían, ya que sabía que si su nieto desaparecido, ellos eran los principales sospechosos.

Después de un tiempo, los Morris, junto con su nieto, huirían lejos para que no pudieran encontrarlos, y así tener lo que Hogan Morris siempre había querido. Por otra parte, su mujer que lo adoraba, le daría lo que su marido deseara, a como fuera lugar, Hogan Morris deseaba un heredero que siguiera su carrera militar, como lo hizo su adorado hijo.

Para Melisa Morris, su hija le debía mucho, ya que, tras su maldito nacimiento, su cuerpo quedó gravemente dañado, y nunca más puedo darle hijos a su adorado Hogan, por eso ella pensaba que su hija debía a Kenai, lo único que la señora Morris lamentaba era haberla echado de casa cuando quedó embrazada a los quince años, si la hubiera mantenido a su lado, le hubiera podido arrebatar a su precioso nieto, desde que nació, y luego echarla de sus vidas.

- "Pero ese error aún era subsanable"- pensaba ella.

Como buen vividor, Marcos vio una oportunidad, al principio tramó un plan con los Morris para arrebatarle su hijo a su madre y a su nuevo esposo. Para el señor Murdow, Rihanna Morris no era más que era una estúpida manipulable, que él había moldeado en sus manos. Aceptó el plan de los padres de la estúpida, a cambio de dinero, hasta que en una noche que estaba apostando, a las cartas se enteró que Ruyman Vieira, no era un CEO cualquiera, sino unos de los multimillonarios españoles, mas importantes.

Fue en ese momento cuando decidió cambiar su estrategia, si su hijo era adoptado por el idiota rico, él tendría un pasaje para que, en el futuro, su hijo heredara mucho dinero, si sabía mover bien sus cartas. Así que hizo que acepto el plan de los Morris habían preparado, pero, por otro lado, él preparó el suyo propio, como dice el dicho "Entre ladrones, no hay honor".

Su plan consistía en hacerse indispensable para su hijo, que, como su estúpida madre, su hijo lo quisiera tanto, que para él fuera fácil manipularlo, para así, sacarle todo lo que pudiera, y una vez que heredara, lo habría domesticado tanto, que pronto podría hacerse con su herencia, su hijo era la gallina de los huevos de oro.

Decidió convertirse en el mejor padre del mundo, y al mismo tiempo minar la relación que tuviera su hijo con su padre adoptivo. Para Marcos, su hijo no sería difícil de dominar a su edad, no tenía nada que hacer con un perfecto embaucador, como era él.

Pero ese día, mientras Marcos Morris hablaba de nuevo por su teléfono móvil con los Morris, para comunicarles que, como las otras veces, la oportunidad de acercarse a Kenai no había funcionado, justo en ese momento un hombre con traje negro, cuerpo musculado, y gafas de sol, se coló en su coche sentándose en asiento de copiloto, asustándolo, el desconocido le arrebató el móvil, y comenzó a hablar los Morris atreves del teléfono, mientras Marcos se quedaba paralizado ene asiento.

- "Señor y señora Morris, no les voy a decir quién soy, sólo tiene que saber que vengo de parte de alguien que está interesada en que la relación de sus hijos y Rayco Vieira, esa persona sabe los que ustedes quieres, y les ofrece un acuerdo que los beneficiara a los dos. También les aconseja que se libres de Marcos Murdow, sus intenciones son otras, y los pesos muertos hay que librarse pronto."- les dijo el desconocido.

- "¿Pero ¿quién es usted?"- preguntó Howard Morris.

- "Alguien que representa a otra persona cuya alianza les será beneficios para las dos partes. Como primera medida, y como prueba de nuestra buena voluntad, ¿desean que nos libremos de su peso muerto?"- le dijo el hombre del traje oscuro.

- "Yo no sé..."- dudo el señor Morris.

- "Los intereses del señor Murdow, y ustedes, no son los mismos, este desgraciado vendería su madre por dinero, y os desangraría toda la vida."- le aclaro el intruso.

- "De acuerdo"- dijo al final el Hogan Morris.

Tras esto, mientras Marcos lo miraba ofendido y protestaba, el desconocido hizo un gesto con la mano por la ventanilla del coche, y de la nada la puerta del piloto fue abierta y dos hombres trajeados de oscuro como el primero, lo sacaron del coche y los metieron en otro coche, para arrancar rápidamente y llevárselo, mientras Marcos Murdow gritaba desesperado que lo soltaran, y rogaba que no le hicieran nada.

Una vez a sola se oyó decir al desconocido.

- "Ático de la Torre Wilson, en dos horas, y allí, la persona que represento les aclara todo."- le dijo el hombre de negro.



Sin más el desconocido colgó el teléfono, y sentándose en el sillón del piloto, salió del lugar. Al día siguiente fue la primera vez que en los alrededores del colegio de Kenai, a la salida de los niños, no hubo el persistente Sedan negro.

Seducida por PoseidónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora