Rayco.
- "Pocos saben que mi padre se casó con mi madre porque esta se quedó embarazada, de hecho, mi padre dudó durante todo el embarazo, debido a los diferentes amantes que tenía mi madre, cuando la conoció, de que yo fuera hijo suyo. Es por eso que se casaron con un acuerdo prematrimonial, en el que decía que, si tras mi nacimiento se demostraba que él no era mi padre, podrían divorciarse. Al mismo tiempo, en ese acuerdo, también se especificó, que en caso de que se divorciaran, por otros motivos, si uno de esos motivos era la infidelidad, en el divorcio, cada uno se llevaría los bienes que hubieran aportado al matrimonio, y de los que, si se obtuvieron durante el matrimonio, la persona que hubiera sido infiel, en perdería ese derecho, además de mi custodia, en el caso de que yo fuera hijo de mi padre. Cuando nací mi padre se hizo la prueba de paternidad, que demostró que verdaderamente yo era su hijo, y durante un tiempo pareció que la relación de mis padres había mejorado, pero pronto empezaron los viajes de negocios, y mi padre ya no estaba tanto tiempo en casa, en esa época, yo tendría sobre unos cuatro años, y fue allí donde Nayra mostró su verdadera cara, no solo comenzó a serle infiel a mi padre, sino que además desataba toda su ira sobre mí, cuando quería vengarse de él. Los castigos que rayaban la tortura, era muy habituales, que iban desde encerrarme todo un día en el sótano, sin luz, sin comida, ni agua, hasta ignorarme sin tan siquiera acordarse que estaba allí. En esta época el personal de asistencia de la casa era renovado con asiduidad, para evitar que el trato que yo estaba recibiendo, llegara a oídos de mi padre. Fue por esta época, cuando cumplí los doce años, cuando le pedí a mi padre que me enviara al internado con los hijos de su mejor amigo, Ruyman y Benearo, al principio me costó convencerlo, pero gracias a la intervención de la reina Diane, que se sospechaba que algo pasaba, pronto viví los mejores años de mi adolescencia en el internado, lejos de mi madre. Fue justamente por esta época, cuando tenía diecisiete años, que mi padre descubrió las infidelidades de mi madre, y atendiendo al contrato prenupcial, inició los trámites de divorcio. Pero lastimosamente eso no llegó a ocurrir, mi padre falleció en un accidente cuando yo había cumplido los dieciocho años. Creo que, en la muerte de mi padre, siempre tuve sospecha de que ella, tuvo algo que ver, ya que como todavía era la esposa de mi padre y aún no se habían divorciado, tenía opciones a su herencia. Yo tenía una albacea para mi custodia, donde decía que hasta que yo no cumpliera los veintiún años, las decisiones que tomará, sobre la empresa, debían de ser supervisadas. Con lo que no contó Nayra, fue que padre hubiera previsto que esto sucediera, entregó mi custodia, y el fideicomiso, a Carlos Bencomo. Así se acabaron todas sus pretensiones de hacerse con el grupo Vieira. Es por eso, que generó este plan enrevesado en el que, haciendo un trato con tus padres, tras eliminarme a mí, tus padres obtendrían la custodia de Kenai, ella solo tenía que mantenerte con vida hasta que naciera nuestra hija, de esta manera se aseguraba que la empresa pasará a sus manos."- mientras yo contaba mi relato, la cara de mi esposa, fue cambiando, y cada vez, el dolor, el miedo, y por últimos la rabia, fueron las emociones que se reflejó en su rostro.
Durante el relato, poco a poco me fui en bullendo, en los sentimientos que me traían mis recuerdos, y sinceramente, en algunos momentos, perdí la conciencia de lo que me rodeaba, solo dejé que saliera de mí todo eso que había ocultado durante años. Me sentí liberado por primera vez, una vez que finalicé de contarlo todo. Esto me había valido, para despejar de mi mente, mis dolorosos recuerdos.
Medusa se acercó a mí y me abrazó, besando mi frente, sin decirme nada. Yo sentí el calor de su cuerpo y eso me reconfortó, no me había dado cuenta de que estaba temblando, hasta que sentí su calor.
- "Ya no estás solo, tienes a tu familia contigo, y siempre podrás contar con nosotros, cuando quieras hablar de esos momentos tan oscuros, te escucharé siempre, y mis brazos estarán abiertos, para abrazarte cuando lo necesites."- me dijo y sentí ganas de llorar en ese momento. No había llorado desde que tenía ocho años, y descubrí que las lágrimas lo único que hacían era que Nayra, disfrutara más de la tortura que me proporcionaba.
- "Esa mujer es muy peligrosa, y que ande suelta es aún peor, los abogados están intentando que tu padre revele dónde se encuentra, pero por alguna extraña razón él no quiere hablar."- le dije.
- "Y no lo hará, el código de mi padre es no defraudar a sus camaradas, y seguramente cuente con tu madre, para vengarse de mí."- me dijo seria.
- "Pues tenemos que hacer algo, porque yo sé muy bien de lo que es capaz esa mujer, y no parará hasta lograr quitarnos de en medio, para, mediante nuestros hijos, quedarse con todo."- le dije muy seguro.
- "Creo que lo primero que hay que hacer es proteger a los niños, desde mañana testaremos en favor de Ruyman y Emilia Bencomo, por si nos ocurre algo, ellos serán los que tengan la custodia de los niños, y serán su fideicomiso."- me dijo mi esposa, demostrando que aparte de hermosa, es inteligente, una perfecta estratega.
Asentí, la abracé, ella me correspondió el abrazo, y me besó en los labios. Todas las emociones que había sentido, las transmitía en ese beso, y pronto se transformaron, en ansias y deseo. Pensé que, en algún momento, Medusa me detendría, pero al contrario de lo que yo pensaba, esa bruja tentadora, hecho más leña al fuego que nos consumía.
- "¿Subimos a nuestra habitación?"- me dijo con un susurrante gemido.
- "Pero la cena..."- le dije intentando aclararme el deseo, pero ella me interrumpió.
- "¿No te han dicho que la comida precalentada sabe mejor después de del placer?"- me dijo en un susurro, con una sonrisa en los labios.
- "No lo sabía, pero será cuestión de que lo comprobemos"- le dije alzándola en mis brazos, mientras subía las escaleras hacia nuestra habitación, a cada paso que daba, mis recuerdos quedaban más que superados, a partir de hoy, nada que tuviera que ver con Nayra Vieira, me afectaría, nunca más.
ESTÁS LEYENDO
Seducida por Poseidón
Roman d'amourRihanna Morris, alias Medusa, ha luchado durante toda su vida por proteger a su abuela y a su gran secreto. Un secreto que surgió a raíz de un error que cometió a los 15 años. Un secreto que es su vida, pero que, por protegerlo, no desea que se con...