Capítulo XLIV Sin nada que perder.

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Narrador.

-" Ha hecho muy buen trabajo, doctor"- le dijo esa mujer mirándose al espejo donde se veía una mujer mucho más joven, que la verdadera edad que ella tenía, literalmente delante suya, en el espejo había una mujer nueva. Alguien que nadie reconocería.

Probó a sonreír, para ver si el movimiento de los músculos de su cara correspondía perfectamente a sus expresiones. Y se alegró que fuera sí. Le había costado mucho todos estos meses, llegar hasta donde estaba ahora, de hecho, había agotado, el último de los recursos que tenía para conseguir dinero. Ya había entregado la última prueba del chantaje al que hacía años tenía sometido a un reconocido político conservador, con el que ella había tenido una sórdida aventura, para evitar que todo saliera a la luz, y se enterara, su mujer, sus votantes y su partido.

Pero ya no tenía más pruebas, a cambio de dinero, se las había ido entregando todas. Con lo último que le sacó, hacerse la cirugía, para evitar ser reconocida.

Desde hoy ya no sería más, Nayra Viera, para convertirse en la señorita Melody Miller, secretaria. Se había conseguido, un carnet de identidad, una partida de nacimiento, y había hecho desaparecer a la verdadera solitaria y solterona Melody Miller, a quien le había robado su identidad, su rostro, y hasta sus propiedades, para el resto del mundo, Melody aún seguía viva, y toda gracias a su nuevo socio, que era su brazo ejecutor en la sombra.

En la educación que le dio su padre, ella era superior a aquellas personas que no eran auténticos americanos de raza blanca, pero Nayra tenía que reconocer que Hogan Morris le había sido de mucha ayuda, quizás porque a ambos les unía el mismo objetivo, vengarse de aquellos, que había arruinado sus vidas.

Una voz la hizo regresar al presente, cuando un atractivo hombre de color, con una gorra de beisbol y unas gafas oscuras, vestido con unos vaqueros y una chaqueta de aviador negra, entró en la habitación de la clínica privada de cirugía estética.

-" ¿Está listo todo, doctor?, ¿nos podemos ir?"- dijo Hogan Morris, cogiendo la bolsa que tenía, la nueva Melody Miller, sobre la cama.

-" Sin problemas, pero recuerde señorita Melody, nada de coger el sol, hasta que venga a una nueva revisión, dentro de tres semanas, para ver cómo va todo."- le dijo el doctor.

Ya en el coche, ambos se dirigieron a donde desde hace semanas era su nuevo hogar. Una casa unifamiliar antigua, en las afueras de Filadelfia.

En cierta forma era hasta ridículo, mientras la policía, el FBI, y los detectives privados contratados por las empresas Vieira y Bencomo, los buscaban por medio mundo, Hogan Morris, y Nayra Vieira, llevaban dos meses escondidos, en una pequeña casa familiar, donde huyeron la tarde que sus planes se truncaron. Fue el azar el que hizo que acabarán en esa casa, pero para ellos fue un golpe del destino.

La dueña de esa casa era una solterona secretaria que trabajaba desde casa para una multinacional de seguros, no tenía familia, y vivía en su casa enclaustrada debido a que padecía agorafobia, desde que hace diez años fue atacada y apaleada, cuando regresaba del trabajo una noche.

Así que sus vecinos ni siquiera sabían cómo era ella realmente. Tras deshacerse de la verdadera Melody, y enterrarla en el jardín trasero, bajo un gran celador. Durante un mes, mantuvieron la rutina de la soltera, hacían la compra la hacía por internet, como la verdadera Melody, y Nayra continúo haciendo el trabajo telemático de la secretaria, hasta que, ante la dificultad del trabajo, y la falta de conocimiento sobre seguros, objetando enfermedad, dimitió de su trabajo, antes de ser descubierta.

Motivados por la venganza, y porque ya no aguantaban estar encerrados en esa casa por más tiempo. Donde ambos se hacía compañía, traspasando límites de todo tipo, y no porque ambos sintieran algo uno por el otro, sino porque les unía el odio, la furia, pero, sobre todo, la venganza. Con todo esto, se elaboró el último, y definitivo plan. Que consistía en que Nayra, se introdujera en V.D.S. group, como secretaria, para acercarse a la señora Vieira, actual secretaria de presidencia.

Para conseguirlo Nayra hizo uso del último chantaje que le quedaba, a su última víctima, y con el dinero que consiguió se hizo una reconstrucción facial para parecerse a Melody Miller, hasta pago una tiroplastia para modificar su voz, y no ser reconocida.

Por su lado Hogan Morris, tenía su lista de personas para vengarse, la primera de todas era la traidora de su esposa, que aún yacía en la cama de un hospital en coma. Y a la que él pretendía darle un empujoncito para que no volviera a despertar más. El odio que sentía ese hombre lo había vuelto peligroso, al ser licenciado con deshonor de la marina, arrebatándole todas sus condecoraciones, lo que el más amaba en este mundo, para lo que había nacido y crecido en su estricta familia, para él, lo había perdido todo. Quizás por eso nada le importaba, e iba a llevar esta venganza hasta el final, así perdiera la vida en el intento, de paso arrastrando con él, al infierno, a sus enemigos.

-" ¿Como van los preparativos?"- preguntó la actual Melody Miller, cuando entraron en la casa.

-" He estado haciendo una investigación, tenemos dos semanas para prepararnos, y que te coinviertas en una secretaria eficiente, al parecer, llegar hasta esa maldita y desagradecida hija que tuvo la traidora de mi mujer, trayéndola a este mundo, está más vigilada de lo que pensábamos, al igual que la mal nacida de Melisa. Tienes que introducirte en la compañía dentro de dos semanas, cuando salga la nueva petición para nuevos empleados, según la información que le ha sacado la secretaría de personal, están buscando una ayudante para Rihanna, ya que ella está muy ocupada entre el embarazo, cuidar a su madre en el hospital, ser secretaria de presidencia, y cuidar de mi nieto."- le dijo Hogan.

-" No te preguntaré como conseguiste esa información, no me importa."- le dijo Nayra, alias Melody.

-" Tampoco te lo iba a decir, cada cual usa sus armas, recuerda lo que nos une, Nayra Vieira, no te equivoques."- le dijo el exmilitar, dándole la espalda, y subiendo las escaleras.

Nayra miró a ese hombre con otros ojos, le atraía su forma brusca de tratarla, casi todos los hombres con los que había estado, eran delicados y atentos con ella, la trataban como si fuera un ser rompible, la culpa siempre había sido de su apariencia, y el maldito color de sus ojos, que hacía que los hombres se sintieran atraídos por ella, despertaban su instinto protector, todos los hombres que solían querer protegerla y cuidarla, hasta su difunto marido, hasta que descubrió sus aventuras, lo tenía completamente manipulado. Pero la verdad era que, pocos sabían de su naturaleza salvaje y pervertida, solamente lo había experimentado bien, aquella noche en la cual se había acostado con Hogan Morris por primera vez. Y todo fue provocado por que lo vio asesinar a la verdadera Melody Miller, con sus propias manos, con una violencia y fuerza, que la dejó sin aliento.

Ver este hecho la excitó tanto, que, tras enterrar el cadáver, aun con la suciedad y la sangre en sus ropas, llevada por su deseo, se abalanzó sobre Hogan, para besarlo, y él le correspondió automáticamente, arrancándole la ropa, para tomarla sexualmente de forma violenta, el dolor y el placer se entremezclaron, la violencia de sus acciones, le había gustado, mucho más de lo que ella quería admitir. Si a eso le añaden la indiferencia y la forma brusca como la trata cada día, para su sorpresa, Nayra Vieira se sentía más que atraída por el exmilitar, un hombre de color.

-" Pues tendremos que ponernos manos a la obra, además de crear algo de naturalidad, para que los vecinos no sospechen del cambio que ha habido en Melody, no queremos que nos descubran. Lo que aun no entiendo es, ¿por qué no quisiste hacer la cirugía?, es más fácil que te reconozcan así."- le pregunto Nayra subiendo detrás de él hacia su propia habitación.

-" Porque yo, al contrario que tú, pretendo ver sus caras de terror, cuando vean mi cara y me reconozcan, antes de acabar con sus vidas."- le dijo Hogan mirándola con odio desnudo en sus ojos. Nayra volvió a excitarse.

-" Bueno al menos ahora tenemos un propósito común para los dos, la venganza."- le dijo Nayra acercándose y acariciado con un dedo el pecho del exmarine.

-" No sólo eso tenemos en común, también, que no tenemos nada que perder ya, nada, y eso nos hace muy peligrosos."- dijo Hogan agarrando a Nayra por el pelo con una mano con fuerza y tirando de él hacia atrás, inclinando su cabeza. Mientras le causaba un fuerte dolor, ella sólo sonrió, mientras gemía de dolor y placer.


-" Muy peligrosos"- le dijo Nayra con una voz ronca, mientras él la tiraba a la cama para romperle ropa con brusquedad, arañando, y golpeando sin control, al parecer, la nueva señorita Melody, iba obtener los que había venido a buscar, y sentía excitada y feliz por ello.

Seducida por PoseidónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora