Capítulo XXIX. Un matrimonio entre rivales parte 2.

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Rayco.

- "Yo estoy en contra... ¡maldita hija ingrata!"- se oyó una voz femenina detrás de nosotros.

- "¿Quién sería la insensata, que se arriesgaba a perder la vida así?"- pensé mientras me giraba, noté como Medusa colocaba a nuestro hijo detrás de ella.

Esa persona hacía que mi mujer levantara sus defensas, y eso para mí era un error muy peligroso para la persona que interrumpió nuestra boda, el peor que había cometido, mi decisión de acabar con la intrusa, sin piedad, se volvió aún más fuerte.

Al girarme me vi ante la que según la ley era mi suegra, en mi ira ni escuché que la había llamado "hija ingrata", y mi furia aumentó en mi interior.

- "Como puedes estar celebrando una boda mientras tu padre se pudre en la cárcel, dile a ese maldito con el que te vas a casar, que libere a tu padre, o nunca te lo perdonaré, sabía que no tenía que haberte traído al mundo, maldita, me ..."- comenzó a decir mi "adora" suegra, mientras yo colocaba a mi esposa detrás de mí, y daba indicaciones a los escoltas para que se llevaran a Kenai de allí, mi hijo no tenía que ver esto.

Y decidí enfrentarme a mi destino, acabar con quien hace daño e insulta mi esposa, y todo delante de mi hijo, no tenía perdón posible, ni, aunque fuera el ser que le dio la vida a la madre de mis hijos.

Pero al parecer esa mujer estúpida cruzó un limité infranqueable para una de las personas más defensoras de la familia y de los suyos, la vengativa y peligrosa reina Diane, y ese sí que fue su peor error, uno que de seguro pagaría muy caro.

Dejándonos a todos paralizados, y alucinados, Diane Bencomo hizo algo que nunca había hecho, simplemente con unas palabras, y una mirada de decepción hacia su marido, y todos en la familia Bencomo, incluido, nos echamos a temblar.

Pero ver que Diane Bencomo golpeaba a alguien, eso sólo podía significar una cosa, esa persona había rebasado algo que pocas personas conseguían, la paciencia y lo valores de la reina de la familia Bencomo, y eso era la peor cosa que cualquier ser humano podía hacer, hasta el tranquilo e imperturbable Duff Sinclair, el gran hombre montaña, el ojito derecho de su suegra, cambio su expresión a una aún más severa. Sin quererlo, sin saberlo, la madre de Rihanna se había echado encima a tres de las familias más ricas y poderosa de este mundo.

- "¿Quién demonios te crees para ofender a mi familia, desgraciada?"- le dijo la reina Diane mientras era sujetada por su marido, que miraba a la recién llegada de forma severa.

- "Maldita ¿Cómo te atreves a golpearme?, ¿Quién te crees por meterte entre mi hija y yo, vieja entrometida?"- al parecer mi "suegra", no era consciente de lo mal que tenía las cosas, ofender a Diane Bencomo era algo que nadie se había atrevido hacer, nunca. La tensión en el cuerpo de Carlos Bencomo lo confirmaba.

Noté cono Rihanna intentaba moverse para llegar hasta su madre, pero yo la sujeté por el brazo, para que no se moviera, sabía que ella allí no tenía nada que hacer, esa mujer tenía que aprender que ya no estaba sola, que, en esta familia, nos protegíamos unos a otros. Además, los escoltas de la familia Bencomo ya habían aparecido, estaban cerca, por si la estúpida de mi suegra se le ocurría hacerle algo a la reina Diane.

- "¡Quédate quieta!, nosotros resolveremos esto."- le dije apretando más mi agarre, mientras no desviaba mi vista de lo que ocurría frente a mí.

- "Pero, no puedes dejar que ..."- no le deje continuar.

- "¡Obedece por una vez en tu vida!, estamos delante la familia, recuerda lo que te he dicho, y lo que no perdono."- le dije para advertirle, ella no dijo nada, pero noté que se tensaba a mi lado, este un esfuerzo que le estaba costando a la vida, pero no tenía tiempo para discutir con mi rebelde mujer, ahora había cosas más importantes que hacer, como proteger a mi familia. Con un movimiento con mi cabeza, hice que dos escoltas se colocaran junto a mi esposa. - "Que no se mueva de aquí, pase lo que pase."- y sin más, como de un movimiento coordinado se tratara, tanto los gemelos Bencomo, como Duff Sinclair, y yo nos colocamos junto a los reyes de esta familia, haciendo como una barrera.

Seducida por PoseidónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora