CAPÍTULO 9: Yulian

69 8 0
                                    

El pasillo reducido conducía a un gran recinto. Todo estaba herméticamente cerrado y no entraba aire por ningún lado. Aunque el lugar estaba cerrado podia olfatear los presentes allí.

Habían más de veinte vampiros entre ellos Lord Marshall. Y trece hombres lobo, y veinticuatro humanos.

Fuera del recinto una humana hacia de secretaría. O no sabia que nombre le habían puesto a esas mujeres.

—Buenos días —saludo Antry—, el Lord nos esta esperando.

La mujer de unos treinta años me observó de pies a cabeza.

Note algo raro en sus ojos. Eran más grandes de lo que deberían ser; lo mismo que otras partes de ella. Era demasiado voluptuosa ya en el punto exagerado.

—¿Ella es Scarlett? —interrogó.

—Si —se limitó a contestar Phoe.

La mujer se removió y percibí que olía a otra cosa. No sólo a humano sino que en ella había la esencia de un hombre lobo. No uno sino dos. El segundo aroma estaba un poco más disperso; pero seguía allí presente.

—No es tan bonita como decían —espetó mirándome despectivamente.

—¡Déjate de tonterías y muévete! —exclamó Antry.

—Tu siempre tan de mal humor —agregó la mujer tocando con descaro el brazo de Antry que se hallaba sobre la mesa.

—Y tu siempre tan perra —respondió el.

La mujer no se ofendió ni un poco por el insulto; en cambio esbozó una gran sonrisa. Cuando lo hizo pude ver que sus colmillos eran mucho más grandes. Eran parecidos a los de los vampiros y hombres lobo. Alce mi nariz para olfatear mejor y comprobé que era humana.

—Los humanos ahora se operan para parecer vampiros y hombres lobo —me contó el señor Pross—. La recepcionista esta en un proceso estético de transformación para convertirse en un licántropo, eso sin perder su humanidad.

La mujer movió algo sobre la mesa. En ella aparecieron una especie de hologramas parecidos a los mapas. Pero eran de otra forma; como pantallas de televisión que se movían de lado a lado al pasarlas con un dedo.

—Pueden pasar, los están esperando.

Pase por el lado de la mujer a la vez que la puerta del salón se abría.

El olor a muerto me inundó las fosas nasales; ese aroma putrefacto bajo hasta mis pulmones y me llene de deseos enormes de asesinar algo.

O mas bien de asesinar a muchos.

Lord Marshall, ocupaba un cubículo al frente de mi. El estaba rodeado de guardias.

Todas las miradas se dirigieron hacia mi. Me encontraba detrás de Antry. El por su gran tamaño me tapaba por completo.  Parecía una niña detrás de los cuatro guardias. Como si ellos fuesen a cuidarme.

Si no hubiesen tantos presentes les hubiera dicho que se quitarán: todos querían verme a mi y no a ellos. Yo era el bicho raro de exposición al mundo. Los presentes murmuraron y decían cosas acerca de mi presencia. Nada de lo que decían era bueno.

—Bienvenida Scarlett —dijo un vampiro llegando a un costado—. Siga por aquí.

Señaló una silla vacía que había justo enfrente del estrado.

Estaba tan poco centrada que no fui capaz de moverme. El señor Pross le hizo una seña a Criss y a Jael. Cada uno me tomó de un brazo y me halaron hacia la silla.

A mitad del camino comprendí que debía hacer un esfuerzo. No iba dejar que ellos me vieran así. Me solté del agarre de los guardias y adelante a Antry.

CAZADORES DE BESTIAS 1: La ReinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora