CAPÍTULO 37: Traídor

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SCARLETT:

El cuerpo del cambia formas era la principal evidencia. Lo llevaron a la sala sobre una camilla y envuelto en una bolsa negra. Los cambia formas tenían la apariencia de un humano, pero al cumplir los cincuenta años podían empezar a transformarse en cualquier ser; y adquirir las habilidades de los seres que imitaban.

El Alfa había destrozado sus extremidades con una furia incontrolable. Todo el cuerpo estaba impregnado de la presencia de el. Había dejado su pestilencia en el infortunado ser.

El guardián estaba allí para hacerse cargo del cadáver una vez que yo lo analizara.

Rebusque algo que me diese alguna pista. Yulian también tenía sus manos puestas en el difunto; con una pinza recabada información acerca de lo acontecido.

—¿Haz encontrado algo? —preguntó dirigiéndose hacia donde me hallaba.

El guardián a mi lado negó con la cabeza respondiendo por mi.

El se encontraba de pie sin mover ni un músculo; solo viendo la escalofriante escena en la que Yulian y yo escarbábamos el cuerpo sin vida del cambia formas.

En la sala sólo habíamos once seres. A el señor Pross no lo dejaron pasar, así que sólo estaban mis guardias que habían pasado de ser cuatro a ser seis, Yulian, Duchelis y otro licántropo que se llamaba Zatu.

Un olor en el cadáver llamó mi atención. Anclada de manera permanente a una de sus uñas se hallaba una especie de harina blanca.

Con una espátula saque de la uña aquella sustancia y la acerqué a mi nariz. Olía a sal.

—¿Qué es? —investigó Yulian.

—Es sal amónica y hay rastros de piel. De seguro el cambia formas rasguño al Alfa.

—Ese tipo de sustancia es muy rara —dijo Yulian.

—Si estaba en la piel del Alfa quiere decir que de seguro esta en un lugar en el cual existe esta sustancia —determine.

—Duchelis, busca cada rincón de este mundo en el cual puede haber sal amónica  —ordenó Yulian—. ¿Encontraste algo más?

Había otro aroma; extraje un minúsculo pedazo de piel. Lo lleve a mi nariz y fue allí que lo detecte.

—Sí, la prueba que necesitaba.

Me acerqué a el coronel Yulian y pose el trozo de pie sobre sus fosas nasales.

—¿A quién te huele? —interrogue.

—No logró detectarlo muy bien.

Me acerqué más; Yulian me observó fijamente sin parpadear. Abrió las fosas nasales y olfateo de nuevo.

Sus ojos se abrieron de par en par al encontrar el dueño de dicho olor.

—¡Brian! —exclamó, soltando un grito que hizo que la evidencia volará lejos—. ¡Maldito híbrido del infierno! ¡Pero ahora mismo va a saber quien soy!

El coronel Yulian avanzó con ira. Era como una granada que estaba a punto de estallarse. Zatu salió con él; y Duchelis pocos segundos después.

—¿Qué fue lo que paso? —interrogó Jael acercándose.

Los tres estaban distantes, la falta de Antry les hacía perder la confianza.

—Encontramos piel de Brian en las uñas del cambia formas. Y llegó allí mucho tiempo antes que el ataque del Alfa oscuro.

—Siempre desconfiamos de ese idiota —agregó Phoe con unas ceja arqueada—. Eso quiere decir que traicionó al comando.

—No lo sé; el cambia formas era enemigo del Alfa —comenté posando mis ojos en el cuerpo—. Y pensé que Brian era su informarte, sin embargo lo que acabó de encontrar desvirtúa esa información.

CAZADORES DE BESTIAS 1: La ReinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora