CAPÍTULO 30: Espina de rosa

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ANTRY:

Nos montamos en el auto; decidí conducir porque eso calmaba mis nervios. En la parte trasera, Phoe buscaba las armas que íbamos a usar.

—Lleva el lanza llamas y la bomba de luz; acuérdense que el cambia formas puede ser cualquiera.

—No creen que deberíamos usar alguna clave secreta —sugirió Jael—. Por si el cambia formas intenta hacerse pasar por uno de nosotros.

—Es una buena idea —concedió Phoe—. Que les parece águila Blanca.

—Prefiero otro, algo más difícil —dijo Criss tragando saliva—. Quizá liebre de campo.

—Sigue sin gustarme —refuto Jael.

—Espina de Rosa —agregue sin más.

Jael asintió con la cabeza. Criss y Phoe no dijeron nada más y siguieron con el oficio de armarse. Nuestra clave secreta me recordaba a ella.

Todo lo que sucedía en mi vida giraba alrededor de la pelirroja de ojos verdes. De la diosa de cuerpo perfecto y voz seductora que se había instalado en cada rincón de mi cabeza.

La pensaba hasta estando dormido. No sabía hasta que punto estaba obsesionado con ella.

Si.

Scarlett era mi más oscura obsesión.

Una que sería mi ruina sino lograba controlarla. Estaba seguro de que ella no sentía nada por mi.

No lo dijeron muchas veces. Scarlett era un ser sin corazón ni sentimientos. Había perdido toda su humanidad en el transcurso de su vida como cazadora. Quizá alguna vez fue un ser puro y con mucho amor para dar. No obstante de ese ser ya no quedaba nada.

Estábamos a pocos metros de las residencias de los licántropos. Frene en seco al escuchar un sonido agudo proveniente de una de las residencias.

Alguien había activado la alarma de AHD “Amenaza hostil desconocida”.

Eso sólo quería decir una cosa. Scarlett o el cambia formas estaban cerca y ya habían sido detectados.

Volví a encender mi vehículo y marché directamente hacia donde se hallaba el sonido.

—¡Antry cuidado! —exclamó Criss.

Alcance a dar un giro de 60 grados hacia la derecha, justo en el momento en que un auto caía en la acera. Seguido del venía una motocicleta.

Tarde unos minutos en reconocer los autos que usaban los miembros de la operación eclipse. Me asusté frente a lo que estaba pasando. Eso no era nada bueno.

Venían de la otra calle y alguien los estaba arrojando.

—¡Muévete Antry! —grito Phoe dándome un pequeño golpe en el hombro.

Esquive otro vehículo y avance hacia el lugar de los hechos. Las llantas del auto chirriaban con cada giró que debia llevar a cabo para evitar que los vehículos nos dieran. Cada tres segundos Jael o Criss lanzaban pequeños gritos.

—Es el cambia formas —dijo Jael asustado—. Esta aquí…

No pude avanzar más ya que la calle estaba muy averiada. Aunque algunos autos volaban solo lo hacían sobre determinadas calles invisibles controladas por la red.

Sea lo que sea que estaba pasando había interferido la red. Por tal motivo mi auto se apagó de repente y no pude encenderlo de nuevo.

Bajamos a el tiempo; desenfunde mi arma y la  cambie de balas de plata a balas de luz. Las balas de luz podían afectar a cualquier ser de las razas oscuras. El cambia formas podía transformarse en cualquiera, menos en los licántropos.

CAZADORES DE BESTIAS 1: La ReinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora