CAPÍTULO 69: Liberado

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ANTRY:

Las jaulas estaban unas seguidas de otras. Eran jaulas de plata pura. Pero a nosotros la plata no nos hacia daño.

Estaban tan seguros de que nadie intentaría sacarlos que no tenían guardias. Entre mis armas llevaba una daga larga. La ingrese entre los barrotes e intente hacer palanca para apartarlos.

—Duchelis —murmure haciendo que el licántropo abriera los ojos.

Estaba muy mal debido a la presencia de la plata.

—¡Despierta! —farfulle.

—¿Eres tú, Antry?

—¡Carajo! ¡Qué te despiertes!

Él era un Alfa. Y si lograba hacer que empezara a dar órdenes aumentaría la fuerza de nuestros agentes.

Reconocí a pocos metros de la jaula a Zatu. Varias veces se había trasformado en el comando y conocía a su lobo. Zatu intentaba quitarse de encima a tres demonios.

Criss se sentó cerca de la jaula, apuntó hacia la pelea sin llegar a disparar.

—¡Se mueven muy rápido!, podría darle a Zatu.

—¡Maldito Duchelis! —espete intentado hacer a un lado los barrotes—, ¡Qué te despiertes!

Criss se levantó, entre los dos hicimos fuerza pero era imposible.

—No hay manera de que lo logren —comentó la bruja que se había despertado también—, puedo ayudarles si quieren.

Nunca confiar en las brujas.

Esa era una de mis reglas.

Sin embargo, yo últimamente había roto tantas que ya no me importaba quebrantar una más. Miré a Criss que solo dijo muy bajito que si.

—¡Hazlo!

La bruja sonrió. De uno de sus largos dedos salió una luz azul que fue avanzando e ingresó por las fosas nasales de Duchelis.

En ese breve lapso Duchelis se removió abruptamente y sin más lanzó un sonoro aullido. Nos tapamos los oídos para que ese sonido no dañara nuestros tímpanos.

Ese era el llamado de un Alfa. Y de un Alfa bueno.

Zatu quien segundos antes estaba siendo vencido recobró las fuerzas; se quitó a un demonio de la espalda y lo arrojó lejos.

Criss sin pensarlo aprovechó eso para dispararle al ser dándole fin.

No fue necesario ayudarle con los otros dos, Criss en cuestión de segundos leas disparo a la cabeza asesinándolos en el acto.

Tarde un poco en entenderlo. Luego caí en cuenta de algo. Sólo un miembro de las ordenes del bien podían asesinar demonios.

Zatu corrió hacia la jaula, me hice a un lado porque no era sano interponerme entre un beta y su Alfa.

Sostuvo los barrotes con sus manos. Estas se le empezaron a quemar sin embargo el no parecía importarle.

Los dos barrotes cedieron ante su fuerza y por allí quedó un gran agujero.

—¡Espera! —grite al ver que Zatu iba a entrar—, yo lo haré.

Si el licántropo entraba en la jaula quedaría igual de débil a Duchelis.

Menos mal y me escucho, se hizo a un lado y yo pude entrar. Criss me siguió y corrió directo hacia Wenter que seguía inconsciente.

Tomé a Duchelis y me lo eche encima. En su forma humana era fácil cargarlo.

CAZADORES DE BESTIAS 1: La ReinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora