CAPÍTULO 13: El giter

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El avión que nos llevaría a el volcán tardó relativamente poco en llegar.

Le informe a el coronel Yulian acerca de Grefert, y mi certeza de que era el padre del Alfa. El coronel pareció sorprendido; por lo que creo que no estaba informado pero estaba segura de que el concejo vampírico si lo sabía.

También les dije acerca de la habilidad del Alfa. El se podía hacer invisible; Formaba una burbuja inquebrantable a su alrededor y esta bloqueaba cualquier habilidad de otros vampiros. Era como un escudo o salgo similar que todavía no lograba comprender.

Nunca había visto una habilidad así en un vampiro. Supuse que se debia a el hecho de que era un híbrido. Hijo de dos seres muy fuertes y con habilidades especiales.

Eso me preocupaba; el podía estar en cualquier lugar sin ser visto. Con ese escudo podía llegar muy cerca de mi antes de que pudiera olfatearlo.

La razón por la cual podía engañar a los demás vampiros y licántropos era porque ellos no eran inmunes como yo. Tuve que subir a la caja metálica en compañía de todos los miembros de la operación.

Me senté en una silla y ahogue las ganas de respirar para así no perder el control. Tener a tantos vampiros cerca era un tortura, sobretodo por Brian. El muy infame no despegaba su mirada morbosa de mi y me daban ganas de arrancarle los ojos.

Los guardias se sentaron dos a cada lado de mi y el coronel Yulian lo hizo de frente. Según el tenía muchas cosas que explicarme. Era insoportable tener lo tan cerca y no poder romperle el cuello.

—No entiendo como hace el Alfa para utilizar su habilidad.

El coronel Yulian me mostró un collar que pendía de su pecho. El artefacto era raro; de forma redonda y despedía una pequeña luz blanca.

—Esto es un escudo, algo que bloquea las habilidades de otros vampiros —me explicó el coronel.

—Nosotros también poseemos de los mismos —dijo Criss.

Ahora entendía porque el hermano del coronel Yulian no pudo dominar a Antry.

—Es fácil, el Alfa no usa su poder en contra de otros lo usa a favor suyo —agregue.

—Eso puede ser cierto. Contacte a el equipo de armamento del concejo y les pedí un mecanismo nuevo —informó el coronel.

—Hoy es el último día de Luna llena; el va a sacrificar a más esta noche —determine.

Ellos se miraron entre sí, con dudas y con miedo. Note el aceleramiento en los ritmos cardíacos de los guardias. Y si el coronel Yulian tuviese un corazón que latiera de manera normal también se le hubiese desbocado.

—Serán 72, los mismos de las últimas dos masacres y lo hará al pasar de las doce. Con ese sacrificio estará listo.

—¿Listo para qué? —interrogó Antry mirándome.

Sus ojos negros brillaban con fuerza. Contrastando con la armonía de su rostro perfecto.

—Hay una sola oportunidad para cazarlo y es hoy. Por eso necesitamos saber el sitio exacto en el cual la va a hacer —respondí; ignore por completo la pregunta de Antry.

Antes de decirles algo necesitaba estar segura de todo.

—Necesitamos saber en donde es. Le caeremos con todo nuestro poder y lo vamos a asesinar —aseguró Yulian.

—Si el Alfa Grefert es el padre lo más seguro es que sepa las intenciones de su hijo —agregó Phoe—. El lío es que no creo que el nos quiera ayudar.

El coronel Yulian sacó uno de esos dispositivo que parecían una tabla plana. En el empezaron a aparecer imágenes nítidas que el fue pasando con sus dedos.

CAZADORES DE BESTIAS 1: La ReinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora