CAPÍTULO 59: Maldad

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SCARLETT:

La vampiresa camino con decencia alrededor de la pequeña sala. Llevaba un vestido largo que llegaba hasta el suelo. Las joyas y cada uno de los arreglos que llevaba en la cabeza no dejaban lugar a duda de su posición.

Lo único que no concordaba con su vestimenta opulenta eran los dos brazaletes de plata que llevaba en cada una de sus muñecas.

Como todas las vampiresas era hermosa, sin embargo había algo en ella que me causaba total desconfianza.

-¿Vas a decirme a que has venido? -pregunté furiosa.

Estábamos solas en aquel cuarto. Cosa que no era buena sobre todo para ella.

-Sigues siendo la misma que conocí hace años -comentó girándose hacia mi.

-Tú no me conociste. Yo te cazaba y tu en compañía de Grefert huían -añadí-, ¿A qué has venido Katerina?

Ella sonrió de lado. Se giró para verme con las cejas arqueadas.

-Marshall estaba ocupado así que me ha enviado a supervisar todo.

-No te creo -masculle.

-Esta bien, vine a pedirte que por favor no mates a mi hijo -agrego haciendo un mohín.

-No te creo.

-Claro que no. Jamás pediría por la vida de ese bastardo -espetó sentándose como toda una Condesa.

-Ni por tu hijo sientes amor.

-El amor es para débiles, Scarlett. Y tu deberías saberlo mejor que nadie -ella se levantó y avanzó hacia mi-. A ti nadie te ha amado. Ni siquiera tu propia familia.

Maldita zorra.

Tenía razón.

-¿Sabes algo de mi familia?
Katerina sonrió dejándome ver sus afilados colmillos.

-Las familias no sirven para nada. En cambio cuando no quieres a nadie todo es más sencillo. Así como nos sucede a nosotros.

Gruñí internamente. Quería decapitarla. Pero ella podía tener las respuestas que yo estaba buscando.

-¿Qué sabes de mi pasado?

-Si te lo cuento Marshall no me lo perdonaría.

Seguía sonriendo como una loca histérica

-Como si te importará el Lord, o Grefert. Por tu culpa ellos dejaron de ser lo que eran ¿ Cierto?

-Veo que ya recordaste algo -canturreo abriendo exageradamente los ojos-, será un placer para mi decirte la verdad.

Una carcajada siniestra escapó de sus labios.

-Naciste siendo la hija de siete generaciones ininterrumpidas de séptimos hijos -empezó la vampira-. Debías ser un varón pero fuiste una niña. Aun así los guardianes te marcaron y te hicieron miembro de la orden. La reina bruja vislumbro el futuro. Fue allí cuando te vio convertida en el arma más mortífera de todos los tiempos. Una máquina asesina que no se tentaba ante la vida de nadie.

La sonrisa de Katerina se hizo más amplia a medida que mi sorpresa aumentaba.

-Y fue allí cuando enviaron a Marshall y a Grefert a buscarte. No te encontraron ya que los guardianes te escondieron muy bien -ella siguió sonriendo-. Una bruja leal a la orden implantó recuerdos falsos en ti, todo para que crecieras odiando a los vampiros y hombres lobo. Y así fue. Te creíste la mentira y te convertirse en la mejor de todos.

Deje de mirar a Katerina. No podía siquiera respirar bien. Fui sólo un juguete en las manos incorrectas. Una marioneta de la orden.

¿Ahora qué iba a ser de mi vida después de eso?

CAZADORES DE BESTIAS 1: La ReinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora