CAPÍTULO 17: Inicia la cacería

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Mucho tiempo dure ahí sentada.
Phoe después de un rato se dedicó a dar vueltas por la sala. Eran casi las once de la noche. Una hora para el sacrificio y yo sólo pensaba en que Antry estuviera bien.

Estúpida.

Ahora resultaba que me importaba la integridad de un hombre insignificante.

Olfatee el aire para intentar encontrar su olor. Más solo me encontré con el del coronel Yulian Scorces que venía llegando.

Esperaba que el trajera consigo alguna solución a el lío que teníamos encima. Todo el equipo venía con el incluyendo a el imbécil de Brian.

Me crucé de brazos impaciente.

—Buenas noches Scarlett —me saludó el coronel—, tenemos muy buenas noticias.

—El Alfa Grefert nos dio información muy útil —agregó Duchelis—; tenemos las coordenadas de tres sitios en los cuales puede llevarse a cabo la masacre.

—Fue difícil, y sólo accedió a darme esa información a mi.

No estaba segura de eso. Grefert era un Alfa muy leal y no creía que fuera capaz de traicionar a su hijo. Algo había detrás de todo eso.

Quizá un señuelo.

El coronel Yulian señaló los tres puntos en el mapa.

—Aquí hay un lugar dedicado a realizar retiros espirituales para los humanos —dijo el coronel—. Y aquí hay un orfanato que pertenece a la Iglesia.

Observé los lugares y ninguno llamó mi atención.

—Y en el último habrá un gran concierto esta noche —completo Duchelis.

Ninguno me pareció el lugar correcto para llevarse a cabo tal cosa. Debia ser algún sitio muy especial y ninguno lo era.

—Enviaré un equipo especializado a cada uno de estos lugares. Sin embargo creo que deberías decirme cual crees que es la zona exacta.

El coronel pedía mucho. No conocía en lo más mínimo a él Alfa y no tenia ni la certeza de en donde podría llevarse a cabo el sacrificio.

Además la presencia de Brian no ayudaba. Si el era el traidor el Alfa estaría esperándonos para darnos una buena recibida.

—El concierto, de seguro es allí —espete sin más—; envíe su equipo allí.

Todos se miraron porque de los tres ese era el sitio menos probable. Y tenían razón. La posibilidad más alta se la llevaba el orfanato.

Un sacrificio de redención requería muchas almas inocentes. Y que más inocente que unos niños sin hogar.

Mas yo necesitaba desviar la atención.

—¿Estás segura? —preguntó el coronel.

—Si, lo estoy.

El coronel pareció no creerme del todo.

—Prepárate debes venir con nosotros.

—No —negué con rapidez—. Llegaré después de ustedes; yo seré el elemento sorpresa.

—Esa estrategia no me gusta y no esta autorizada —recalcó el coronel.

—Hágale caso coronel —añadió Brian sonriendo—. Es una mujerzuela muy inteligente.

Su sonrisa se borró al instante que el coronel Yulian lo tomaba por el cuello de su camisa. No me esperaba una reacción así de parte de el.

—¡Un comentario más de esos y estarás fuera de la operación! —exclamó—, ¿entendiste?

Brian no dijo nada haciendo que la furia del coronel aumentará.

—¿Qué si entendiste? —interrogó el coronel.

—Si coronel.

El coronel lo soltó con fuerza y luego le señaló la puerta.

—Lárgate de aquí antes de que te rompa el cuello.

—Pero coronel...

—¡Que te largues! —grito enfurecido—, vuelve mañana.

Era una orden muy directa. Brian no pudo refutar nada y salió del recinto azotando la puerta.

Una sonrisa se asomó en los labios de Phoe y Criss. Otros dos vampiros también sonrieron dándome a entender que a mi no era la única a la cual aquel sujeto le caía pésimo.

—Una disculpa por eso Scarlett —agregó el coronel mirándome—, sigamos con nuestros asuntos que sin mucho más importantes que un híbrido estúpido.

Sonreí de lado porque me había gustado la manera en la cual había puesto a Brian en su sitio.

Al instante mi sonrisa aumento porque sentí los aromas de Antry y Jael desde el pasillo.

Segundos más tarde ambos estaban atravesando la puerta. Escudriñe a Antry de reojo y sentí alivio al no percibir sangre en sus heridas. Lo habían curado y caminaba como si nada.

Eso era muy bueno, no tendría un cargo de conciencia por haber lastimado a un humano. Algo que nunca había hecho.

—¿En dónde estaban? —interrogó el coronel.

Antry poso sus ojos en los míos. Rodo los ojos antes de responder.

—Estábamos cenando, no creo que haya algún problema con eso, ¿O sí?

—Claro que no —respondió el coronel—. Es sólo que se me hizo raro no verte en tu trabajo.

Se me hacía raro que Antry no me hubiese delatado.

—Deje a Criss y a Phoe. Y como lo ves, todo está bien.

El coronel asintió con la cabeza.

Admiraba el valor de Antry. Mientras hablaba su voz no titubeaba, y su mirada no se turbaba ni un poco. Era como si el miedo no se hubiera hecho para el.

—Saldremos ahora mismo Scarlett, pero en diez minutos saldrás tu —ordenó el coronel—, ni un minuto más ni un minuto menos.

El coronel había cedido a mi petición.

—¿Y mis armas? —pregunté.

—Sabes que no puedes llevar armas; son ordenes del Lord.

Bufe con fastidio, como iba a cazar a el Alfa sin nada.

—¡Vámonos, esta noche es el fin del Alfa!

El coronel se tenía demasiada fe, yo por el contrario ya la había perdido.

Todos salieron de la sala. Me coloque de pie y seguí a el grupo hacia la pista de los aviones. Antry me seguía de cerca.

Sabía que estaba furioso conmigo cosa que no me importaba.

Bueno si...

Sin embargo no estaba en mi pedir disculpas por mis acciones. Todo era mi culpa y yo entendía su enojo; pero no me iba a excusar con el.

El equipo del coronel Yulian se fue en un avión y nosotros nos quedamos esperando el nuestro.

—¿A donde vamos? —interrogó Antry revisando uno de sus dispositivos.

—A un orfanato —respondí—, díselo a él coronel Yulian el sabrá entender.

Antry se tenso y percibí como se le oscureció la mirada. Se quedó pensando por unos instantes antes de volver la vista a su artefacto.

El coronel Yulian debía comprender que era importante entorpecer el trabajo del traidor. Así que yo llegaría primero a el sacrificio y ellos lo harían después.

Diez minutos más tarde estaba ingresando en la caja. Debía obedecer o sino el Giter me daría otra descarga.

No le pensaba dar gusto a el Lord.
Si querían derrotarme tendrían que hacer un mayor esfuerzo.

CAZADORES DE BESTIAS 1: La ReinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora