Red Silence - ScarletWidow

•22•

Natasha's pov.

Fui por peggy a su departamento, su auto está en el taller y no tuve problema con ir por ella.

Solo que ahora hemos estado casi una hora buscando algún lugar para comer, ella aún insiste en algo elegante pero debe ser elegido cuidadosamente.

—¿por que no hacemos algo más... casual? No tengo ropa para un restaurante súper elegante— insistí.

—nat, mereces los restaurantes, te ves preciosa.

—si... pero si te soy sincera no me siento muy cómoda en esos ambientes, por eso quisiera hacer algo más tranquilo y que se pueda disfrutar más.

Ella miro al frente unos segundos, suspiro y comenzó a buscar con la mirada más lugares.

—de acuerdo— murmuró un poco más animada— conozco un lugar... bueno, no lo conozco, pero he oído de él ¿te gustan los postres?— preguntó.

—claro ¿a quien no?— respondí regresándole la sonrisa.

Ella comenzó a darme más indicaciones, pero es ella o google y sinceramente no encuentro mucha diferencia.

Conduje por unos minutos más hasta llegar enfrente del lugar al que me había traído Wanda, sólo que esta vez está abierto.

Y no está ella.

—es aquí, he oído que la comida es deliciosa— siguió.

No quiero entrar.

Siento que podría entregar la casa de Wanda a una agencia de constructoras para que la demuelan y eso no sería nada comparado con venir aquí sin ella.

—¿podemos ir a otro lugar? No creo que sea muy nutritivo solo comer azúcar— murmure.

—nat, nada te gusta ¿como comeremos algo si no me dejas llevarte?

—te estoy llevando yo así que...

—de acuerdo, podemos entrar, tomar una malteada o algo y luego hacemos lo que tú quieras— insistió.

—podríamos, pero es muy tarde para entrar a lugares como estos.

—son las tres de la tarde— murmuro, me encogí de hombros negándome a bajar del auto en este lugar, ella miro a un lado por un segundo y luego me miro a mi— bien, iremos a otro lugar, pero nos quedaremos donde elija.

Asentí y ella sonrió débilmente, no soy indecisa, sólo hice una promesa.

Conduje un rato más, llegamos a un restaurante que queda en la cima de un edificio. Otro lugar elegante.

Estacione el auto sin nada que decir, tal vez no me di a comprender muy bien, estoy cansada de lo elegante.

Caminamos hacia la entrada y ella comenzó a hablar con el recepcionista quien nos dio una mesa minutos después.

—valdrá la pena— murmuro ella y yo levanté las cejas sin mucho interés.

Subimos el elevador hasta llegar a la entrada del restaurante, había un balcón muy bien decorado, tenia luces que aún no encendían y la puerta completamente abierta para recibir a las personas.

Entramos al restaurante y nos guiaron hasta nuestra mesa, habían varias pero el lugar no estaba lleno.

—les traeré la carta— murmuro la mesera que nos atendería.

Agradecimos y ella comenzó a caminar lejos de nosotras.

—¿que te parece?— pregunto Peggy.

—es lindo— respondí sin mucha emoción.