Red String [BkDk rol α/Ω]

Lago congelado

Katsuki no podía expresar que tan decepcionado estaba y no era exactamente por el omega si no por su madre que había sido tan desesperada como para traer a un Omega de otro lado y obligarlo a casarse. ¿Qué le había hecho pensar que él aceptaría hacerlo?

Para Katsuki ya era frustrante el trabajo que tenía que hacer como jefe de la tribu como para ahora tener que soportar a ese omega, sin duda alguna los miembros del consejo y sobre todo su madre eran unos grandes idiotas.

La respuesta de aquel omega le confirmó lo que pasaría, él tampoco estaba enterado del por qué había sido traído a Kunnarta.

"Parece que ese viaje de comercio fue con doble intención"

Pensó mientras pisaba con violencia el manto de nieve en el suelo haciendo crujir las suelas de sus gruesas botas.

Sin duda iba a ser el fin de ambos, su cordura terminaría y el Omega tendría que soportarle, ¿Como se iban a casar si no se conocían?, sin duda estaban perdidos.

— Malditos Bastardos —

Volvió a gruñir apenas audible no quería perder la cordura que le quedaba, dejó de cruzar sus brazos aguantando las ganas de matar a aquellos que trajeron al omega porque ganas no le faltaban.

Dio un suspiro lleno de fastidio, en sus ojos rojos se podía reflejar la ira contenida. No le quedaba de otra más que aceptar dicho matrimonio después de todo las reglas fueron claras y su mandato como jefe estaba peligrando. Se pregunto cómo es que su madre lo convenció de ir con ella.

"¿Le ofrecería dinero? ¿Quién es realmente ese chico?"

El Lobo llegó a su lado sentándose junto a sus piernas y Katsuki suspiro llevando una mano a acariciar su lomo.

—Todo esto es una mierda, ¿Cómo voy a encontrar a esa persona si estoy casado? —

El lobo le miro con aquellos salvajes ojos grises y gruño en respuesta. Katsuki sonrió levemente.

— Tienes razón... Tal vez me case, pero sé que mi alma le pertenece a esa persona... Tarde o temprano voy a encontrarte —

Murmuró al viento mirando al horizonte junto a su lobo. Debía admitir que al momento de cruzar la mirada con ese tal "Izuku" pudo sentir cierta curiosidad y una sensación nostálgica le hizo molestar cuando detecto ese suave aroma similar al té verde. Realmente fue eso lo que le mantuvo al borde de no terminar rompiendo todo a su paso dentro de aquella sala. Su olor era relajante como una tarde a la fogata o una bonita noche despejada. No tuvo duda de que era compatible con él pero Katsuki ya tenía una promesa que cumplir y sentía que no podía ser feliz con nadie más que con esa persona de sus recuerdos pasados.

"Si tan solo pudiera recordar tu rostro"

Pensó cerrando los ojos sintiendo una leve opresión en el pecho al visualizar el rostro de aquella persona que por más que quería solo podía ver un rostro borroso con una herida en el cuello. Sin más remedio suspiro y se puso en marcha a los campos para terminar la tarea que fue interrumpida por la noticia del nuevo integrante de Kunnarta. Aunque no pudo concentrarse tanto como quería.

Esa noche el cielo estaba adornado por miles de estrellas y una hermosa aurora boreal de colores verdes y violetas danzaba en las alturas, desde el bosque dónde se ocultaba la tribu se podía ver a la perfección todo tipo de astros.

A Katsuki le gustaba salir a ver el cielo durante la noche antes de irse a dormir, pero esa noche en particular no tuvo tiempo, había terminado de trabajar en planear los asuntos de la tribu, cosas como cuánto y cuándo debían exportar sus artesanías a los reinos cercanos y cuándo se llevaría a cabo la próxima cacería. Suspiró cansado, tenía algo de hambre pues no había comido en todo el día, además de estar hasta el cuello de trabajo el asunto de la boda y el recién llegado, le habían quitado el apetito.