La noticia de que no podría tener más cachorros fue tan lamentable, Izuku quedó abatido sentado en la cama sin lograr procesar aun no que la curandera le dijo. Sabía que no era normal, ese cólico que sufrió en su vientre progresivamente desde que despertó en Kunnarta era algo que intentó ignorar por su pérdida reciente, pero ahí tenía la razón.
Gimoteó en su lugar sin saber que responder, no solo le habían quitado a su único cachorro en cuanto nació, sino que tampoco podría tener más. Se desplomó en el torso de Katsuki recibiendo ese abrazo dolido y escuchando como le solicitaba con alaridos a la anciana que volviera a revisarlo, el alfa no aceptaría ese diagnóstico tampoco.
Chiyo no dio algo más que una disculpa lúgubre y se retiró de la habitación pretendiendo darles su espacio para procesar esa triste noticia. Segundos después Katsuki levantó yendo a seguirla, el omega solo quedó en la cama con esas lágrimas que humedecían las sábanas al correr por su rostro.
A como el cuerpo le permitió por su condición se recostó en medio de la cama, se llevó la mano izquierda a su abdomen y palmeó con una amarga nostalgia de recordar a su pequeño, incluso sintió más frío en ausencia de ese pedacito suyo que ocasionalmente le hizo respingar por sus movimientos.
—¿Por qué tuvo que pasar esto? Se supone que tendriamos esta segunda oportunidad para ser felices...
Lamentó en su soledad y mirando hacia la ahora esquina vacía de la recamara, donde estuvo una cuna en espera de su cachorro.
—¿Realmente no nací para tener cachorros? ¿Qué castigo estoy pagando? —Sollozó decaído frotando el rostro contra las mantas.
Solo se escuchaban sus lamentos en el lugar hasta que un fuerte estruendo se oyó desde afuera, un golpe contundente en algun mueble que tiró algo. Giró de reojo hacia la puerta asumiendo que fue causa de la impotencia que sentía su esposo también, todo indicaba que canalizaba ese coraje con impulsos, ni siquiera tenía la fuerza para levantarse e indagar como estaba Katsuki, meramente deseaba que todo esto fuera una pesadilla para despertar.
"Tal vez esta es la penitencia que la diosa de Gudrun me dio..."
Pensó decaído por recordar como estuvo evadiendo el título de tributo en los últimos meses, el negar entregarse a esa diosa que era conocida por brindar prosperidad y fertilidad tanto para las cosechas como los omegas era irónico.
Su mano apretó contra su vientre como si quisiese arrancarlo por toda esa tristeza que le provocaba, las uñas maltradas y delgadas solo irritaron la piel, una queja de dolor y que se encogiera en un ovillo en el lugar.
Minutos después escuchó la puerta abrirse con el llamado de Katsuki que le traía cena. Izuku no respondió, ni siquiera se giró hacia él, no podía darle la cara por la vergüenza, se supone que estaban ansiosos por tener tantos cachorros, ahora era un sueño imposible.
—No tengo hambre... —respondió bajito y apático ante la insistencia de que debía cenar.
El alfa dejó la bandeja de alimentos en la mesa y se giró en la cama para encararlo por su cuenta, así como recostarse frente a Izuku y otorgar caricias en la mejilla recordandole que a pesar de todo lo amaba.
—Lo sé... —dijo con una voz trémula tratando de no volver a romper el llanto—, también te amo...
"Y por eso me duele haberte fallado en formar una familia."
La calidez de la palma del alfa acariciando su mejilla descendió a tomar su mano izquierda y otorgarle un frío metal en su dedo anular, Izuku lo reconoció inmediato y vislumbró el anillo de bodas. Esperaba que hubiera quedado entre las cosas perdidas en Gudrun, luego de que fue despojado de sus cosas en las celda.
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Red String [BkDk rol α/Ω]
FanfictionIzuku es un omega relajado que le gusta explorar los bosques nevados cerca de su aldea, para su mala suerte, un día fue elegido como tributo para un ritual de sacrificio de su reino a sus dioses. Katsuki es un alfa y líder de una tribu en los confin...