Tie Rakkauteen

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Las palabras de alivio que le daba Katsuki recalcando que era una promesa absurda el pedirle eso, puesto que él estaría acompañándolo sin dudarlo ese día tan esperado le provocó asentir con un suspiro escapando de los labios.

—Lo sé, solo quiero sentirme mejor escuchándolo de ti.

Acarició la cabellera del alfa hasta descender a su rostro, sintiendo el calor de la suave piel bajo las yemas de sus dedos, estaba tan feliz de tenerlo consigo, sentirse acompañado y dichoso de tener a alguien como él.

Percibió que el alfa se levantó y arrastró un brazo por la cama hasta alcanzar uno de sus abrigos poniéndolo encima de los hombros al omega. El aroma a caramelo ahumado era fuerte en las prendas, estaba muy concentrado en ese nido e Izuku acató el consejo de cuidar el calor.

—Hey, puedo ir solo.

Indicó con un pequeño sobresalto al ser levantado en brazos siendo cargado hacia la salida de la habitación. Rodeó el cuello del mayor y recargó en su pecho con algo de pena y una risita nerviosa escapando. No era la primera ni la última vez que lo cargaba el alfa, sin embargo estaba la idea de que su peso estaba irregularmente mayor y eso le daba un cierto complejo.

Nunca escuchó una queja o comentario de como su cuerpo había cambiado con el embarazo, una silueta más redondeada en su cintura con ese bulto en su vientre, pero Izuku tampoco se sentía de lo más cómodo, al menos no era definitivo.

Al llegar al comedor fue dejado en una silla donde observó los platillos servidos todavía humeantes, Katsuki siempre era muy detallado en cada tarea que hacía y la cocina no era su excepción, todo lucía delicioso.

En cada cucharada que se metía la boca acechaba su mirar verde con atención a los comentarios de Katsuki de su día a día, hasta tocar el tema del refugio que fue reforzado.

—Si se tumba un poco de los árboles de las faldas del monte parte de la nieve cubriría mejor la entrada para pasar desapercibida, es una caverna bastante honda —intuyó recordando la última vez que piso el lugar para ver las condiciones.

Izuku denotaba una sonrisa relajada de escuchar los preparativos que daban, pese a que no había noticias de algún invasor desde la ultima vez hace meses antes de saber de su embarazo; aunque internamente tenía una pequeña frustración por conocerse como el principal motivo de ese conflicto.

"Gudrun nunca se habían demorado tanto en hacer un ritual de sacrificio... ¿por qué simplemente desisten de la idea? O si buscan a alguien más para eso-... No, no debo pensar en dejarle ese lugar a nadie, en absoluto. No debe morir alguien por mi huida... tomando mi lugar."

Al terminar la cena pretendía volver a su habitación, pero Katsuki le detuvo diciendo que retomarían unas cuantas lecciones de defensa personal. El omega miró su abdomen y frunció el ceño sin convencerse de hacerlo, pero al menos debía dar una retroalimentación de lo que le recalcaron tiempo atrás.

Se puso en un sitio despejado de los muebles frente a Katsuki, escuchó los hipotéticos escenarios, uno de ellos donde fue amordazado con la mano y sujetado desde la nuca con un brazo rodeándole, se quedó en shock sin saber que asumir, intentando capitular toda la información retenida paso a paso.

Al oir las indicaciones mientras se aflojaba el agarre a su boca sujetó con ambas manos el brazo del rubio.

—Pero no quiero morderte, no así... —dijo preocupado de la imagen violenta que se dibujó al imaginar al pie de la letra la mortífera indicación.

Siguió las líneas de movimiento que guíaba Katsuki interpretando una apuñalada en el pecho, Izuku sentía algo de nauseas por todo el frenético movimiento que a pesar de ser suave con imaginar las lesiones le daba algo de pánico.

Red String  [BkDk rol α/Ω]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora