Red String [BkDk rol α/Ω]

Heredero

Su regalo había sido un éxito, el pecoso había adorado la melodía que por días se había puesto a componer en su cabeza y la mejor recompensa era aquella amplia y adorable sonrisa que su esposo le hacía con ilusión arrancándole suspiros.

—No es algo complicado, mi madre me enseñó cuando era pequeño pero mis prioridades eran otras, entrenar, liderar... Ya sabes, cuando crecí no había mucho tiempo libre para sentarse relajado a tocar música —

Encogió de hombros a la pregunta del por qué nunca le había dicho al menor que sabia tocar ese instrumento. Realmente no había tenido la oportunidad idónea para demostrárselo.

El resto de la noche fue tranquila y agradable, a petición del pecoso volvió a tocar la misma melodía un par de veces más, todo se sentía tan tranquilo y ameno y en general las cosas marchaban bien. La paz y prosperidad habían regresado a la tribu, poco a poco los cultivos empezaron a germinar y sus animales volvían a tener alimento abundante igual que ellos.

Varias semanas transcurrieron y así como avanzaba el tiempo también lo hacía el embarazo de su omega. Cómo era de esperar, el alfa se volvió más posesivo, protector y atento con el menor. Solía dejar sus actividades más temprano para llegar a casa y ayudarlo en lo que fuera necesario pero su parte favorita del día era esas en las que sentaban frente a la chimenea para tejer juntos el tradicional muñeco de felpa.

Hablaron durante mucho tiempo para ponerse de acuerdo en que animal debería ser está vez, no deseaban volver a representar un conejo ya que ese era el que hubiese pertenecido a su difunto primer cachorro. Terminaron eligiendo un lobo por qué está vez deseaban que el pequeño naciera fuerte y tuviese un futuro digno de un buen líder, fue divertido notar el parecido que le dieron a Volk, a diferencia por el color carmín de los ojos.

Una tarde mientras confeccionaban los últimos detalles del muñeco la conversación tomó rumbo a la paternidad, cuestionándose una vez más si estaban listos para ser padres.

Aquello llegó a Katsuki a pensar que aún no se sentía del todo listo para ser un papá, al final de cuentas nunca nadie lo estaba era algo que se aprendía conforme llegará el momento, pero estaba seguro de que al nacer su cachorro haría lo posible por ser el mejor padre de todos tal como su padre lo fue con él hasta el día de su muerte. Suspiró un segundo antes de volver la mirada al omega y acariciar su cabello con mimo.

— Todos dicen que un cachorro lo cambia todo, tal vez sea difícil al principio... Pero ya no tengo miedo de ser padre, solo estoy preocupado —

Le dijo con sinceridad para luego mirar al frente y recostarse llevándose al menor sobre su cuerpo con cuidado, pesaba unos cuantos kilos más, pero para Katsuki no le importaba. Le gustaba acariciar suavemente aquel redondeado vientre dándole mimos.

—Me preocupa que todo salga bien en el parto, no puedo evitar sentirme un tanto nervioso y ni siquiera soy yo quien dará a luz, ¿Cómo diablos lidias con eso? —

Le dijo mirándole con una ceja en alto antes de darle besos sobre la frente.

Sentía el montón de ropa abultada a forma de nido detrás de su espalda, pero no dijo nada, sabía que el omega lo hacía por instinto y porque de esa forma se sentía más seguro cuando él estuviera lejos y ocupado ya se había acostumbrado a dormir entre un montón de prendas encima de la cama.

—Seremos una gran familia... Tú, yo, y nuestros cachorros —

Mientras se imaginaba como sería el futuro de ambos no evitó reír bajito al imaginar a sus futuros hijos.

—Pero lo más importante será... "Hacer" a nuestros hijos —

Le dijo juguetón mientras acariciaba la espalda del menor sintiendo sus ronroneos y llenándolo de su aroma.