Predestinados

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La incertidumbre carcomía su pecho, el simple hecho de imaginar que Izuku era esa persona que busco durante toda su vida le llenaba de una inquieta emoción a la vez de un miedo extraño.

Con la mención del nombre de su amado en la vida pasada, sabía que no habría vuelta atrás, si realmente se trataba de Izuku lo sabría con ello.

Al notar la reacción alterada del menor, alejo sus dedos de la hebilla del collar así como su rostro, dio un poco de espacio sin dejar de prestar atención a esa compleja mueca que su cautivo estaba manifestando.

Katsuki arrugó el entrecejo con ligereza al detectar el desborde de las gruesas lágrimas ajenas, sintió una profunda nostalgia, como si ese momento ya lo hubiese vivido en algún otro lado, en otro tiempo.

La voz rota y temblorosa de Izuku le indico que no se trataba de algo bueno, todo apuntaba a una marca que, a palabras del Omega, daba vergüenza y le había causado el rechazo y burlas de otros alfas, un intento inútil de convencerlo para desistir de la idea de que le mostrará su cuello.

— Se que está reservado para esa persona... Pero... Muéstramelo —

Volvió a solicitar con seguridad y calma en su voz y rostro. Trataba de darle seguridad al Omega, convencerlo para que lo hiciera, poco a poco accedió llevando sus manos al collar por cuenta propia, Katsuki miro atento, pero la mención de ser un remanente de su vida pasada hizo que el rubio desviará su mirada a los ojos contrarios.

"Estoy seguro que morí decapitado"

Katsuki amplio la mirada con asombro por esa oración que encajo perfectamente con su Deku, su pecho latió con fuerza doliéndole un instante, todo era cada vez más certero, las piezas del rompecabezas se unían una con la otra.

Katsuki desvío la mirada en silencio hacia el cuello que fue descubierto finalmente frente a sus ojos.

Su mirada amplió mucho más y sus labios desencajaron soltando un suave suspiro de sorpresa cuando pudo notarlo. Allí estaba.

Sobre la pálida piel del cuello ajeno se hallaba una marca de nacimiento, el mismo tamaño, la misma forma, a la misma altura, allí estaba.

Esa marca que solo había podido conocer en sueños ahora estaba tangible frente a él, en esa persona bajo la prisión de sus brazos.

"Todo esté tiempo..."

Resoplo muy suave casi inaudible, formando una trémula sonrisa mientras que sus cejas se contrajeron en una expresión conmovida.

"Eras tú... Y yo... No quería aceptarlo, trate de alejarte... Que idiota he sido"

Cerro los ojos bajando la cabeza, negó levemente sintiéndose como el más grande imbécil de todos los tiempos. Jamás imagino que su destinado llegará a su vida de esa manera tan burda después de años de búscarlo.

Apretó sus manos sintiendo miles de emociones en ese instante, felicidad, nostalgia, miedo, todo era una montaña rusa de emociones que no sabía cómo manejar de manera correcta.

El mayor motivo de su existencia se había revelado finalmente y era algo difícil de procesar, pero al mismo tiempo se sentía tan idiota por no haber visto las señales desde un inicio y haberlo rechazado.

Ahora podía explicarse por qué incluso desde la primera mirada que cruzaron pudo sentir algo extraño, ya estaba allí, la señal de que era su amado, misma emoción que culminó por hacerlo sentir sumamente atraído hacia el Omega en cuestión de días.

"Se atraerán como gravedad misma".

Abrió sus ojos despacio ante la voz de Izuku, levanto el rostro hacia el mientras le escuchaba relatar sus sueños. Esos mismos que el conocía a la perfección. El llanto en el Omega intensificó al mencionar a "Kacchan" y su promesa se buscarlo hasta encontrarlo. Ese nombre que ahora sabía claramente que era él, su yo de su antigua vida.

Red String  [BkDk rol α/Ω]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora