Tie Rakkauteen II

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Con el pasar del tiempo el alfa pudo notar como la energía de Volk empezaba a decaer. Ya no dolía ser tan rápido ni feroz en las cacerías, ni tampoco podía cargarlo sobre su lomo como antes.

Preocupado, Katsuki hizo de todo para buscar una solución, pensando que se trataba de alguna enfermedad en el lobo pero no quería aceptar que se trataba de la inevitable despedida que se acercaba.

Volk había regalado la mitad de su vida en sacrificio para salvar al alfa aquella vez que fue atacado por el nalok, en consecuencia, su tiempo de vida ya estaba llegando a su fin.

Una fría mañana el alfa salió temprano a sus labores como era costumbre, le pareció extraño no encontrar al lobo en su casa del patio así que lo llamó pero no hubo respuesta, en cambio Kazu apareció con un chillido agudo.

— ¿Que pasa? ¿En dónde está Volk? —

Cuestionó preocupado, los pasos estrepitosos de su hijo llamaron su atención, el niño bajaba las escaleras apresurado.

— ¡Papá! Kazu dice que Volk está en la colina desde anoche —

Dijo el Infante con un semblante preocupado. Izuku salió tras de él con una hermosa niña de 2 años en brazos.

— Tengo que ir a buscarlo, es un idiota orgulloso, no quiere que lo vean morir... —
La voz de Katsuki sonaba rota y angustiada, Izuku asintió quedándose en casa con los cachorros mientras él salió rápidamente hacia la colina. Esa misma donde era su sitio privado. Dónde había una vieja hamaca y una bonita vista de la tribu.

Al llegar pudo ver al henki echado y cubierto de nieve. Rápido corrió hacia el tumbandose sobre sus rodillas para revisarlo.

— Volk, Volk, oye... —

Llamó al animal que se veía muy débil apenas y estaba respirando. Lo cargó como pudo con ayuda de Rhava quien llegó segundos después y entre ambos lo regresaron a casa.

En la sala ya había un tendido de mantas calientes junto al fuego de la chimenea que Izuku y los niños habían hecho para recibirlos. Al llegar colocaron al lobo sobre estás para darle calor. Katsuki colocó la cabeza de volk sobre sus muslos dándole caricias en su cabeza y lomo.

"Mi tiempo aquí ha llegado a su fin, Katsuki fui un henki feliz, no pude haber sido más afortunado en tenerte como mi amo"

Las palabras de Volk sonaron en la cabeza de Katsuki como una voz suave y afable. El alfa negó mordiéndose el labio inferior. Sabía que el lobo moriría pero jamás se había preparado para ese momento. Volk era como una parte de él. Había crecido con él, era su mejor amigo y compañero. Despedirse de él era como decirle adiós a una parte de él mismo. El lobo dio una suave lamida a su mano con un agudo chillido.

"No llores por mí, trascenderé y nos volveremos a ver algún día, estarás bien, Kazu los cuidara, le enseñé todo lo que sé. No quería que me vieran morir, pero estoy feliz de verlos a todos por última vez"

Comunicó el animal antes de dar una última lamida y un último respiro. Su abdomen dejó de moverse y sus pupilas perdieron el brillo. Katsuki supo que en ese momento el lobo había muerto.

Hubo un silencio durante un momento, Katsuki se quedó sin habla y rígido como piedra sin dejar de ver al animal inmóvil sobre sus piernas. Las lágrimas brotaron cayendo sobre el pelaje grisáceo que apenas había empezado a tomar calor.
Un estrepitoso grito de impotencia salió del alfa liberando un aura pesada, que hizo llorar a sus hijos pero no solo por el miedo sino porque todos allí amaban a Volk. Habían perdido a un miembro de la familia así que el llanto fue general. Los gimoteos y lamentos se escucharon en toda la sala, Tatsu inclinó tocando al lobo con sus manitas entre llantos infantiles y afuera el balido doloroso de Rhava y el aullido lamentable de Kazu alertaron a todos sobre la pérdida del amado y valeroso Volk.

Red String  [BkDk rol α/Ω]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora