Red String [BkDk rol α/Ω]

Redención

Con un semblante nervioso pasó por un lado de Katsuki para volver a la tribu, su mirada color verde estaba caótica y dirigida a la nieve del suelo a sus próximos pasos.

Decirle que ya se iban Rhava y él fue el primer comentario que dio directamente desde que se sentenció a salir de la vida del alfa, claro que era incómodo. Pretendía continuar así, evasivo lo más que podía del rubio para no volver a discutir, porque sí, recordó la maraña de tristeza y molestia encaminaron a gritarle cosas horribles como si tuviera la culpa, pero no era así.

El omega se sentía cobarde y afligido por no saber tratar el tema, lo mejor que se le ocurría era la evasión, sin embargo, su andar pausó al ser fuertemente sostenido del brazo haciéndolo girar hacia atrás, sus labios curvaron trémulos con miedo de escucharle levantar la voz.

Sus vistas conectaron en ese brusco movimiento, el mirar de Katsuki ya no estaba sombrío y muerto en vida como los días anteriores, tampoco estaba esa furia que le dirigió en la discusiones que tuvieron en convocatorias. Existía un extraño llamado ansioso que se unió con el del omega.

—¿Qué... sucede...? —Respondió con un hilo de voz débil que apenas pudo formular su cuerdas vocales por los nervios. Sintió el agarre de su brazo ser liberado.

Y ahí estaba, el tema que tanto miedo le dio por esos últimos días. Katsuki fue franco en anunciar que sabía lo que pasó, que Izuku fue quien lo salvó.

Su mente trabajó en querer dar una buena excusa para lo que hizo, que tal vez Rhava le llevó ahí sin motivo, incluso que Volk fue por ayuda con él, lo que sea para deslindarse de oír que prefería morir, no obstante, el entrecejo de Izuku arrugó al restregarle que fue peligroso e incluso estúpido lo que hizo, que no volviera a hacerlo. Liberó un pequeño jadeo indignado por eso.

—¿"Estúpido"? ¿Te das cuenta que lo dice la persona que pretendía renunciar a todo hasta su vida?

Estaba surgiendo, ese calor ferviente que lo orillaba a arrojar groseras palabras para iniciar una discusión, ya no quería pelear, ya no quería agredirse física o verbalmente, por lo mismo quiso mantenerse tanto al margen del alfa.

Su semblante fue suavizando poco a poco al darse cuenta del gesto de Katsuki, balbuceando inseguro de sus palabras. Era inusual verlo así, pero Izuku lo tenía presente cuando trataba de expresarse, intentando como una especie de autocontrol por no arruinar la oportunidad. Lo vivió cuando el alfa le pidió volver a la cabaña en su luna de miel tras la masacre del forastero, o también cuando hubo una extraña confesión el día que conectó con Rhava y le sometió a un beso creyendo que rompían su promesa con "aquella otra persona".

Escuchó con pesar el hecho de que había una omega esperando un hijo suyo, Katsuki se decía a sí mismo idiota por no soportar el peso de todo, pero lo que más consternó a Izuku fue saber que el lazo se había roto. Su mirada se agrandó con shock e inevitablemente se llevó una mano a tantear su nuca, no tenía idea de que eso pudiera pasar, pensaba que el lazo solo podría desaparecer hasta que alguno muriera.

Retrocedió un paso con terror de oírlo, miraba el suelo nevado de un lado a otro. No podía creerlo, perdió lo último que le quedaba de su alfa.

"Entonces, ¿por qué continué sintiendo su pesar? Cuando quiso terminar su vida... El dolor fue insoportable."

Su atención retomó al alfa que empezó a tener una voz tambaleante exigiendo respuesta de por qué no lo dejó irse. El pecho de Izuku se estrujó con dolor de entender lo vacío y fracasado que se sentía Katsuki, que no tenía nada para ofrecerle ya.

"Debería ser yo quien dijera eso."

Apretó sus ojos con fuerza. La culpa, remordimiento, ineptitud, todos esos sentimientos negativos hicieron resonancia en ambos. Izuku tenía miedo, un trauma de escucharle otra vez que lo prefería muerto o hasta decirle que desapareciera de su vista lo concentró en retroceder un paso más, pero Rhava se interpuso atrás de él para que evitara huir, tenía que ser fuerte en soportar su sentencia, ya sea que el alfa le ordenara irse como condición para no renunciar a su vida otra vez, sería doloroso, pero por su bien acataría.