── ❝ 𝑰𝒏𝒕𝒐 𝑻𝒉𝒆 𝑮𝒓𝒆𝒚 ❞ ──

𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒅𝒊𝒆𝒄𝒊𝒐𝒄𝒉𝒐.

"...Do you come from a land down under
Where women glow and men plunder?
Can't you hear, can't you hear the thunder?
You better run, you better take cover..."

-Down Under, Men At Work.

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Aeropuerto de Komatsu, Prefectura de Ishikawa, Japón.

Beelzebub llegó quejándose de absolutamente todo: el ruido, las personas y no saber con quién trabajaría estando allí. Su molestia aumentó cuando percibió los aromas que se mezclaban en el ambiente.

En ese momento se replanteó el seguir adelante con el jodido plan de jugar al gato y al ratón para hartar a Poseidón y que desistiera por fin de emparejarse con Sasaki Kōjiro.

"Las cosas que hace uno por ayudar a sus benefactores..."

Estaba tan absorto en sus pensamientos que no se percató de un sujeto cuyo porte fácilmente podía hacerle pasar por una persona adinerada que se acercaba con una sonrisa tenue en el rostro.

--Tú debes ser Beelzebub, el médico de los Olympus, ¿no es así?

Hermes tenía una pequeña sonrisa.

Había recibido de su jefe las instrucciones precisas de cuidar del azabache. Eso incluía ir por él al aeropuerto y conseguirle empleo en la clínica donde se estaba yendo a atender Kōjiro.

El mencionado sólo le aventó su maleta de mano y comenzó a caminar importándole muy poco si le seguía o no.

Estaba agobiado en más de un sentido y sólo deseaba llegar a un lugar ajeno lejos del bullicio que había experimentado a lo largo del viaje.

Hermes suspiró por décima vez en el día cargando la pesada maleta del omega mientras se dirigían a su Cadilac negro aparcado en el estacionamiento del aeropuerto.

Tuvo un tic en el ojo cuando Beelzebub abrió la puerta del copiloto y la azotó después de tomar asiento.

"No me pagan lo suficiente para soportar a niños caprichosos..."

Sería un largo viaje a la ciudad de Fukui y ya se estaba arrepintiendo de haber tomado ese trabajo.

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Fukui, Japón.

Hrist estaba frustrada.

Llevaba toda la mañana intentando hacer que Kōjiro dejara su nido pero el azabache se aferraba a las prendas con el terrible aroma del alfa que no iba a nombrar.

--¡SASAKI KŌJIRO DEJA ESA COSA QUE TE VAS A JODER LA NARIZ SI SIGUES ASÍ!

Estaba enojada, seguía sin creer que su amigo, a pesar de haber huido, se mantenía recalcando que ese mal nacido era su pareja destinada.

Hubiesen seguido peleando de no ser que una paloma completamente blanca con un kokoshnik se posó en la ventana.

Incluso Kōjiro dejó de esconder su rostro en una sudadera del rubio para admirar a la peculiar ave, misma que movía una de sus patas para que le quitasen el pequeño papel que tenía en ella.

Hrist fue la encargada de ello, encontrándose con que la peculiar ave voló hasta tomar un descanso sobre los cabellos negros del omega, llegando a frotar su pequeña cabeza en ellos.