── ❝ 𝑰𝒏𝒕𝒐 𝑻𝒉𝒆 𝑮𝒓𝒆𝒚 ❞ ──

𝑬𝒔𝒑𝒆𝒄𝒊𝒂𝒍 2: 𝑶 𝑺𝒂𝒌𝒊 𝑺𝒂𝒌𝒊~

"...Oh portador de vino
Acércate
No dejes que haya deseos incumplidos
Oh portador de vino
Acércate..."

-O Saki Saki, Neha Kakkar.

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No podía creerlo, la vida no le había tratado bien de ninguna forma, prueba de ello era el lugar donde había podido conseguir un empleo que le ayudaría a pagar una parte de sus deudas, pero eso no era motivo para que Sasaki Kōjiro se rindiera fácilmente.

Sin embargo...

No podía evitar avergonzarse por su "trabajo" en aquel bar. Si bien su jefe no era abusivo y tampoco intentaba pasarse de listo con él.

Ese traje en tonos azules le hizo pasar saliva antes de poder hablar.

--Esto, señor Shiva... ¿debo vestir así para el empleo...?

Kōjiro estaba desesperado. Su padre antes de morir había dejado demasiadas deudas y ahora él debía pagarle a aquellos yakuza si quería seguir viviendo "libremente".

La otra opción era ser la prostituta de todo un clan y eso era algo que sin duda no haría.

"Primero muerto antes de ser mancillado de ese modo..."

--Si, debes usarlo. Te aprendiste la coreografía y ese es el traje, ¿Quieres el dinero, no? Entonces sabes qué hacer --El hindú dio una calada a su habano antes de voltear su silla giratoria, dándole la espalda a la pared.

No entendía la actitud del azabache.

Momentos atrás había saltado emocionado por haber conseguido el empleo, una de sus esposas le había instruido en el arte de la danza árabe y todo había estado bien.

"Debe estar nervioso, pero se le pasará cuando lo arregle Parvati"

--Vamos Kōjiro, será como en los ensayos, sólo que ahora lo harás delante de muchas personas...

La voz de Parvati, aunque sonaba dulce, no calmaba los nervios del omega, haciendo un suplicio el maquillarlo como una bailarina de sus tierras. Vestirlo fue peor, pero cuando reparó en el azabache vestido con aquella ropa tan provocativa y las joyas doradas sobre sus manos y pies, se permitió soltar un suspiro satisfecha con los resultados.

La tela era tan transparente que no dejaba nada a la imaginación en cuanto a su pecho ni la provocativa ropa íntima que debía usar de fino encaje en un color más intenso de azul.

--Ay, ¡luces como el lindo Koichi de "La novia del titán"! ¡Serás un gran éxito!

Durga, una de las esposas con un carácter fuerte, fue la encargada de arrastrar al japonés al escenario. Era momento de que comenzara el show.

"Hola dios, soy yo, Sasaki Kōjiro, uno de tus hijos... ¿Te acuerdas de mi?"

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En el mismo sitio, un alfa rubio miraba hastiado el lugar, enojado porque sus hermanos le habían arrastrado a ese sitio tan extravagante.