"I don't dance unless I'm dance alone
Give some sugar to the mirror if my lover is gone
And fall into a shiver of sharks
That can carry me away into the eye of a storm..."-Done and Dusted, My Jerusalem
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Prefectura de Fukui, Japón. Presente.
Kōjiro daba vueltas sobre el futón, masajeando su vientre de vez en cuando ya que tanto los cachorros como él, no podían conciliar el sueño.
El recuerdo de aquel aroma a brisa marina hacía que su instinto pensara en el alfa que dejó atrás, añorando inconscientemente su cercanía y dejando inconscientemente en el olvido parte del los malos momentos que vivió con él.
"¿Y si cometí un error...?"
Un par de patadas y negó con la cabeza, sus hijos seguían sin ser fanáticos del aroma que abundaba en su nido, por ello había decidido que por el bien de su cuerpo dormiría lejos de todo lo que le recordara a Poseidón. Seguía sin comprender cómo un par de cachorros podía ser tan especial en cuanto al aroma del padre. La teoría decía que los cachorros siempre seguirían al alfa, al punto de causarle dolorosas patadas al omega con tal de tener su atención.
Al menos eso era lo que había dicho Qin con respecto a Bao, pero al parecer, los embarazos y situaciones eran diferentes aunque fueran familia cercana.
"Ni siquiera le conocen pero ya están aborreciéndolo... Algo me dice que serán como él..."
Por un momento, sus pensamientos se centraron en cómo serían sus hijos. El médico le había dicho que los genes que prevalecían en la descendencia siempre eran del dominante. Un escalofrío recorrió su espina dorsal al imaginar dos pequeñas copias de su alfa creciendo dentro de él.
Podía con uno, pero dudaba mucho de tener tanta paciencia para tres rubios.
El pánico recorrió su cuerpo al recordar las palabras del doctor Tesla con respecto a tener un embarazo múltiple la próxima vez si por algún extraño motivo del universo él volvía con Poseidón.
Las vueltas a la cama continuaron, ansiaba hundir su rostro entre las prendas que empacó de Poseidón y que conformaban su nido, pero por más que intentaba, los cachorros no cooperaban mandándole al baño a devolver todo lo que hubiera en su estómago como si fuese un berrinche.
Resignado, siguió dando vueltas en la cama pensando en todo y nada a la vez: su vida en Fukui, podía vivir de las donaciones que Qin le hacía pero con el nacimiento de su primogénito y lo excéntrico que era el omega, dudaba mucho que siguiera apoyándolo; ser cuidador en una guardería, aunque era su sueño, sabía bien que los omegas tras dar a luz eran imán de cachorros recién nacidos y no se creía capaz de poder cuidar a otros cuando tendría dos que sin necesidad de salir de su vientre ya estaban mostrando ese carácter posesivo.
"Hijos de su padre tenían que ser... Jamás podrá negar que son suyos por lo celosos que son..."
Y aunque deseaba perderse en esos recuerdos, en su mente prevalecía fresco el encuentro con su vecino y el cómo por un momento su corazón latió al sentir el aroma a brisa marina.
-No pregunté su nombre, sólo lo juzgué por sus tatuajes y luego...
Estuvo a nada de besarlo, como si no estuviera marcado ni embarazado de otro alfa que era su destinado, quería suponer que fue el tiempo que duró su confusión con respecto al olor que desprendía el alfa. No obstante, supo por el doctor Tesla y su asistente que no conocía que los aromas podían ser similares más no iguales, así que quizás fue su propio subconsciente el que le empujó a ese arrebato antes de reaccionar y detenerle de hacer algo que le lastimaría más adelante.
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── ❝ 𝑰𝒏𝒕𝒐 𝑻𝒉𝒆 𝑮𝒓𝒆𝒚 ❞ ──
أدب الهواة"𝑵𝒖𝒆𝒔𝒕𝒓𝒂 𝒗𝒊𝒅𝒂 𝒆𝒔𝒕𝒂 𝒎𝒐𝒍𝒅𝒆𝒂𝒅𝒂 𝒑𝒐𝒓 𝒏𝒖𝒆𝒔𝒕𝒓𝒐𝒔 𝒂𝒓𝒓𝒆𝒑𝒆𝒏𝒕𝒊𝒎𝒊𝒆𝒏𝒕𝒐𝒔. 𝑪𝒐𝒔𝒂𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒒𝒖𝒆𝒓𝒆𝒎𝒐𝒔 𝒓𝒆𝒄𝒖𝒑𝒆𝒓𝒂𝒓 𝒚 𝒏𝒐 𝒑𝒐𝒅𝒆𝒎𝒐𝒔. 𝑬𝒏 𝒖𝒏 𝒎𝒖𝒏𝒅𝒐 𝒊𝒅𝒆𝒂𝒍, 𝒏𝒖𝒏𝒄𝒂 𝒍𝒂𝒔𝒕𝒊𝒎𝒂𝒓𝒊...