── ❝ 𝑰𝒏𝒕𝒐 𝑻𝒉𝒆 𝑮𝒓𝒆𝒚 ❞ ──

𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒄𝒖𝒂𝒓𝒆𝒏𝒕𝒂 𝒚 𝒔𝒊𝒆𝒕𝒆.

"-...Hola
-Hola
-¿Ves el viento?
-¿Y qué?
-Mira por la ventana
-¿Y qué?
-Ayer hacia mucho viento
-¿Y qué?
-¿Por qué siempre me contestas lo mismo?
-Porque soy una contestadora automática..."

-Show Me Love, тату.

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Fukui, Japón.

El ambiente en aquella habitación era similar al que se formaba cuando uno de ellos entraba en celo, debido a que las feromonas de ambos estaban mezclándose con el aroma que desprendieron tras aquel intenso frenesí al que el omega se vio sometido otorgando una sensación de calidez tan persistente que Poseidón gruñó al sentir su piel pegajosa, forzándose a levantarse a fin de abrir las ventanas para dejar que el aire gélido se colara a la habitación.

Un suspiro de alivio salió de su boca luego de sentir el aire fresco de la madrugada en su piel, por lo que se permitió cerrar los ojos un momento, volteando su rostro para ver por encima de su hombro al omega que comenzaba a hacerse un ovillo en la cama, soltando inconscientemente feromonas dulces llamándolo a la cama.

Algo que parecía gustarle al rubio era la acción de Kōjiro buscándolo. Quizás era producto del estupefaciente, o que de algún modo, su lado omega comenzaba a necesitarlo. La opción que fuera no le importaba tanto como el regresar a la cama y tratar de volver a dormir. En unas horas se acabaría ese estúpido lazo familiar y lo tendría únicamente para él.

No obstante, las ideas comenzaron a consumir su escasa tranquilidad haciendo que Poseidón siguiera sin conciliar el sueño por lo que dirigió su vista hacia el reloj cerca de la cama dándose cuenta que era de madrugada y no habría transcurrido más de media hora desde que despertó y abrió las ventanas, irritado por su falta de sueño optó mejor por volver a la posición en la que estaba antes de ver la hora, sujetando la cintura desnuda del azabache y entonces, como últimamente estaba sucediendo en esos lapsos donde el sueño no llegaba a él, sintió un pinchazo de culpa ya que una parte de su ser se sentía una escoria por drogar a su pareja para obligarlo a tener intimidad, sin embargo aún sabiendo que aquello era un claro signo de abuso de su parte y sin mostrar una pizca mínima de arrepentimiento alguno, decidió ignorar la voz de su consciencia, perdiéndose mejor en contemplar la piel desnuda de su omega, relamiéndose los labios ante lo lascivo y sumiso que se mostró bajo los efectos de aquel estupefaciente siendo su favorito donde rogó por chupársela ahogándose con su semen después para luego ofrecerse como su depósito de esperma.

Si las cosas salían mal, vería el lado positivo y ese era que podía hacerlo dependiente de aquella sustancia ligándole más a él.

Poseidón recorrió con suavidad la piel desnuda del omega, llegando a sonreír ante los espasmos así como al ver las marcas de sus dientes por gran parte de su cuerpo hasta que llegó a su glándula de aroma.

La sonrisa que tenía de orgullo por marcar cada pedazo de su piel fue borrándose volviendo a ese gesto de indiferencia con ira contenida en él por observar esa única parte de su pareja que no tenía la cicatriz de sus dientes y todo porque, incluso drogado y plenamente sumiso a su merced, Kōjiro soltó feromonas de rechazo cuando le sentía cerca y listo para marcarlo.

Un gruñido de frustración salió de sus labios y era por el hecho de que llevaban casi una semana en aquel lugar y Kōjiro seguía negándose a ser marcado, acabando con su escasa paciencia al punto de replantearse el morderlo por la fuerza para terminar de atarlo a su ser.