── ❝ 𝑰𝒏𝒕𝒐 𝑻𝒉𝒆 𝑮𝒓𝒆𝒚 ❞ ──

𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒕𝒓𝒆𝒊𝒏𝒕𝒂 𝒚 𝒖𝒏𝒐.

"...Quand le courant passe, aussi la menace
Du temps qui se barre, du temps qui nous sépare
Et le courant passe, j'ai en moi l'audace
Du champ magnétique, et ça c'est magnifique!..."

-À contre-courant, Alizée.

༻✦༺ 　༻✧༺　༻✦༺

Los días escolares pasaban demasiado rápido para Kōjiro a raíz de su expulsión del club de kendo.

Por más que Musashi rogó, el maestro Seigen se negó rotundamente a que volviera a repetirse la experiencia.

"Lo siento, Sasaki Kōjiro..."

-Koji, ¿estás bien? Últimamente no nos vemos mucho y cuando eso pasa pareces triste -Qin era demasiado perspicaz, hecho que aterraba a más de uno, incluidos sus roomies.

Zheng adoraba a su mejor amigo, las pocas veces que podían verse eran porque Poseidón tenía clases extras y actividades del club de natación.

Ese era uno de esos días donde el club de natación exigía la presencia de su mejor elemento y líder, razón por la cual ahora todos estaban a la sombra de un árbol en los jardines de la universidad.

-Sir, ¿Ocurre algo? Puede decirnos... -Jack no era demasiado cercano al japonés, pero ese halo de tristeza que le transmitía el azabache cuando se veían le hacía pensar que quizás ocurría algo en aquella relación.

Tanto Shiva como Raiden observaron con preocupación al omega, esperando que sólo dijera el nombre del rubio para irle a dar una paliza. No obstante, una sonrisa muy tenue que no llegaba a los ojos de Sasaki, fue suficiente para calmar las aguas.

-Lo siento, aún me duele haber sido expulsado del club de kendo. En mi familia el arte de la espada está desde nuestro patriarca... Llevo su nombre y se supone yo debía seguir con el legado pero...

Kōjiro se levantó de su sitio y balbuceando una torpe disculpa, salió corriendo sin observar a donde iba.

No deseaba contestar preguntas, mucho menos hablar del por qué le dolía no seguir en el club de kendo.

Su orgullo como descendiente del fundador de la técnica "Tsubame Gaeshi" había sido pisoteado de la peor manera, sin contar los sofocantes celos de su amado alfa y los violentos altercados que tenían lugar en el dormitorio por sacar el tema a colación.

Siguió corriendo hasta que chocó con alguien.

Afortunadamente para Buddha, comenzaba a ser bastante común tener encuentros inesperados con las personas.

-Hola omega bonito, ¿de quién estás huyendo~? ¿El perro rabioso no está contigo? -El chico de colmillos y cabello blanco había visto con anterioridad lo posesivo que era el alfa del azabache.

Pero eso no quitaba la fascinación que tenía por él al punto de arriesgar su existencia con tal de obtener más que sólo encuentros "inesperados".

"Si me prueba a mi, ten por seguro que no habrá nada que lo haga quedarse contigo..."

-Lo siento... Debo irme -Sasaki no levantó la vista, bastante humillado se sentía por llorar en público como para que otra persona más lo viese.

Buddha le sostuvo con cuidado de los hombros para frenar su avance, el aroma que encontraba agradable tenía matices de tristeza y aunque no era nada del azabache, sentía la necesidad de contentarlo.