── ❝ 𝑰𝒏𝒕𝒐 𝑻𝒉𝒆 𝑮𝒓𝒆𝒚 ❞ ──

𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒖𝒏𝒐.

"Spinning like a hurricane
Voices in my head will say
I'm dead on the inside..."

-Thunder, Stitched Up Heart.

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El viaje había sido realmente agotador. No recordaba lo lejos que estaba su ciudad natal hasta ese vuelo de casi 24 horas con miles de kilómetros de por medio.

La suave brisa del otoño le hizo soltar un suspiro.

No había tiempo para arrepentimientos como tampoco un momento para retroceder, sólo seguiría adelante.

-Ah, no siento mi trasero...

Se deshizo su característica coleta, no aguantaba el dolor de cabeza como tampoco el haber pasado un día sentado (omitiendo que antes de llegar a Fukui, tuvo que hacer una escala en Tokyo, comprar otro dispositivo móvil y rezar porque el dinero que retiró fuese suficiente para no hacer uso de una de las tarjetas a nombre del rubio del que estaba alejándose, por no decir "huyendo").

Pero sus incomodidades fueron nada cuando fue recibido por un fuerte abrazo de Hrist al llegar. Contuvo las ganas que tenía de llorar debido a que ella era su mejor amiga y tuvo que distanciarse por petición de su alfa...

Bueno, "petición" era la palabra, pero el significado podía variar dependiendo de a quién de los involucrados se le realizaba la pregunta.

-Dime que vienes sólo, no voy a soportar su cara de mierda durante el tiempo que estés aquí... -la chica miraba feliz al omega entre sus brazos, pero no podía hacerse a la idea de que él estuviera casi casado con ese sujeto.

Sasaki sólo negó con la cabeza. No estaba del todo sólo, pero no creía que fuese buen momento para mencionar que había algo del rubio con él y no sólo un par de prendas.

-Vine sólo. Él está en Atenas... Espero...-comentó para sentir como el efusivo abrazo iba desvaneciéndose.

Hrist lo miró incrédula.

-¿Cómo que "espero"? Kōjiro... -el mencionado sólo le ofreció una sonrisa tímida antes de jalar su equipaje y salir casi corriendo del lugar.

No tenía ánimos de contarle el cómo fue que decidió poner tierra de por medio con su alfa destinado, agradeciendo que la joven de cabellos púrpura no insistiera e incluso subiese su equipaje para llegar a la casa del japonés.

Durante el resto del trayecto, podía ver el cielo tiñéndose de tonos naranjas anunciando el amanecer, preguntándose todavía si actuó de forma correcta.

Por reflejo, acarició la última marca rojiza que el rubio le había hecho en el cuello un día antes de que todo sucediera.

¿El amor realmente era lo único que una relación necesitaba para ser como lo relatan las parejas enlazadas y enamoradas?

¿Cuándo fue que todo aquello se transformó en una situación donde incluso entregarse en otro momento que no fuera el celo, doliera?

"¿Por qué pienso que todo estuvo mal desde el principio...?"

Quería negar con la cabeza para apartar esos sentimientos, pero lo cierto es que quizás debía indagar en el comienzo de su relación para comprender por qué las cosas ahora no eran como antes.

Tenía una razón bastante fuerte creciendo dentro de él para no retractarse.

Una sonrisa cansada se posó perezosamente sobre sus labios.

¿De verdad debía recordar el inicio de su relación con el alfa rubio que no se atrevía a nombrar?

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En otro sitio, el rubio pasó el día destrozando todo a su paso, faltando por primera vez al trabajo. Seguía sin asimilar el hecho de que el azabache le hubiese dejado.

¿Quién se creía que era?

"Es una maldita escoria. Eso es lo que es. Pero sigue siendo mío..."

Masajeó su sien mientras su vista se posaba en aquella bufanda que pertenecía a su omega.

Un amago de sonrisa fue su expresión al tomar la prenda entre sus manos.

El suave aroma a flor de cerezo y té de jazmín le hizo suspirar y calmar su mal humor momentáneamente.

Él era un alfa entre alfas, no podía dejarse influenciar por sus emociones. Debía mantenerse sereno.

Si Kōjiro no quería ser encontrado, le daría tiempo para reflexionar.

Tarde o temprano debía volver.

-Te daré espacio, pececito. Pero cuando yo considere que fue suficiente, vas a volver a mí -llevó la bufanda a sus fosas nasales para seguir aspirando el suave aroma del omega fugitivo, preguntándose cómo fue que llegaron a ese extremo.

¿Acaso Kōjiro no era feliz con el simple hecho de ser destinados?

¿Tanto le costaba hacerle caso en absolutamente todo?

"¿Cómo comenzó todo realmente?"

La verdad era que ambos habían llegado al punto de no comprender si aquella relación era por deseo.

Cruda necesidad de supervivencia o había algo más escondido entre líneas.

Quizás la distancia era lo que tanto alfa como omega necesitaban para poder entender sus sentimientos antes de fundirse por completo en el gris de la monotonía y agonía que se vivía en su relación.

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Notas finales:

Sinceramente, os agradezco de corazón que lean este escrito. Significa mucho para mi y de alguna forma me ayuda a superar el miedo de publicar historias✨️

Las actualizaciones son lentas como yo, pero a partir de los siguientes capítulos cuento el drama que se me ocurrió oyendo "The Grey" de Bad Omens.

Gracias por la paciencia❤️

¡Nos vemos en la siguiente entrega!