── ❝ 𝑰𝒏𝒕𝒐 𝑻𝒉𝒆 𝑮𝒓𝒆𝒚 ❞ ──

𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒄𝒖𝒂𝒓𝒆𝒏𝒕𝒂 𝒚 𝒔𝒆𝒊𝒔

"...Es simple
Por ti vivo
Aunque no pareces pensar
Somos lo suficientemente buenos para ti...
Para ti..."

-Lovers From The Past, Mareux.

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Prefectura de Fukui, Japón.

Kōjiro abrió los ojos con cierto grado de pereza, soltando un suspiro para captar las dulces feromonas que se habían soltado tras aquel acto íntimo con su pareja, el cual sujetaba su cintura manteniéndole cerca de su pecho y cuya mirada se encontraba fijamente en él.

-Pescadito -Sasaki esbozó una sonrisa perezosa, adormecido de sus sentidos, recibiendo un beso del alfa mientras éste intentaba volver a recostarlo en la cama deshaciéndose así de la idea de salir.

Kōjiro suspiró acariciando las mejillas del rubio hasta llegar a esos sedosos rizos que no dudó en jugar con ellos a medida que la lengua del alfa se enredaba con la suya. Se sentía ebrio entre tanta calidez, pero todo se detuvo cuando sintió las manos de su pareja intentar separar sus piernas una vez más.

-Podemos recorrer muchos lugares, Fukui es precioso y hay un acuario -Poseidón gruñó al verse interrumpido, él no deseaba salir de aquella habitación de hotel ni mucho menos dejar ese cálido sitio entre las piernas del omega para conocer un sitio que no le interesaba en lo más mínimo.

-Cállate y sólo abre las piernas para que te folle -Sasaki sólo se rió de aquella actitud huraña de su alfa, dejando un pequeño beso en su nariz antes de intentar inútilmente levantarse de la cama, lanzándole una mirada avergonzada al rubio que sólo le miró de forma indescifrable.

"Estúpida incubadora ¿Qué parte de que es mi perra es la que sigue sin entender? Debe hacer lo que yo quiero..."

-¿P-Puedes ayudarme, Posei? -Poseidón le observó con el ceño fruncido, recargando su rostro en una de sus manos, mirando la espalda llena de mordidas y marcas rojizas así como ese cabello negro enredado que tenía su pareja.

-¿Quieres salir? Hazlo tú mismo y no me jodas la existencia, basura -Kōjiro suspiró y con demasiado esfuerzo se puso de pie, sintiendo cómo sus mejillas se ruborizaban aún más cuando cierta esencia viscosa resbalaba sin pudor alguno por sus muslos, algo que le hizo querer quedarse quieto porque a cada tortuoso paso, el semen seguía saliendo de él.

¿Cuántas veces lo había hecho con su alfa? Su vientre estaba ligeramente hinchado y de sus piernas aquella sustancia no dejaba de salir de él. Aunque lo peor era que su pareja parecía tener energía suficiente para volver a tomarlo hasta dejar una camada de cachorros dentro suyo.

"Cielos... Creo que estaré preñado a este paso..."

Lástima que aquel vientre había sido sellado para el placer y deleite del alfa, sin consentimiento alguno de parte suya, sin embargo, eso era algo que no necesitaba saber.

Al final del día, con aquella argolla en su dedo, había firmado ser suyo y ahora vivía con parte de aquellas consecuencias implícitas a las que accedió con tal de no separarse del rubio.

Poseidón siguió recostado en aquella cama, cubriendo su desnudez con las sábanas, meditando seriamente en llevar a cabo esa idea retorcida sabiendo lo peligroso de la misma porque no sólo tendría a un omega en celo para su disfrute, sino también correría el riesgo de que Kōjiro se volviera dependiente de aquella.