𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒄𝒖𝒂𝒓𝒆𝒏𝒕𝒂 𝒚 𝒖𝒏𝒐

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"Flying bullets
Hit the targets
Wings and halos
Five to seven
In this white robe
Through the darkness
Paragliding
Back to heaven..."

White Robe, t.A.T.u [тату]

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Raiden pudo notar el cambio en el semblante de Kōjiro, aquella piel durazno palideció al menos tres tonos tras ver un pequeño papel en su pedido, incluso su apetito había mermado pese a que los cachorros pateaban de forma dolorosa el vientre del omega por el pastel de frutos rojos frente a él.


-¿Kōjiro...? ¿Estás bien...? -El azabache se forzó a sonreír y asentir. No encontraba una forma correcta de decir su situación sin que sonara a que probablemente debía llamar a la policía.

"Oh, es sólo que mi alfa me encontró cuando se supone que jamás pondría un pie en un lugar que odia y ahora temo por la vida de mis cachorros y de ser marcado en contra de mi voluntad..."


-Si, sólo es el hecho que no puedo creer que esté aquí y que no haya visitado la tumba de mis padres, pero con el embarazo es muy difícil que haga un viaje tan largo... -Raiden seguía atenta al ambiente, algo parecía poner inquieto a su hijo que también pateaba buscando su atención por un momento.


-Shiva dice que se les puede honrar prendiendo incienso y recuerda que se acostumbra a poner altares para ellos en un espacio donde sientas que los estás conmemorando. En casa tenemos inciensos de fragancias neutras para tu sensible nariz ¿Por qué no me acompañas y de paso pasas la noche allí? Hay que ponernos al corriente -La omega se encontró con esos ojos azules que le miraban de forma indescifrable, haciéndola sentir confundida y que se preguntara qué había ocurrido con su amigo tras esas vacaciones forzadas cuando recibieron año nuevo sin él y por qué el alfa no se acercaba a ellos si se supone que Sasaki era su pareja.


A veces, era mejor vivir en la ignorancia a saber la cruel y cruda realidad que le rodeaba, por lo que una patada en su vientre producto de su hijo Tarokichi le hicieron ver que habían hecho demasiada sobremesa y al igual que Ganesha, su cachorro era hiperactivo por no decir ansioso.

Sasaki no negó pero tampoco afirmó a la invitación de la omega y en su lugar, se puso de pie para ayudarle a fin de ir a la clínica Tesla. Su marca cosquilleaba enviándole escalofríos a su espina dorsal, por instinto volteó por encima de su hombro apretando con más fuerza el papel que contenía aquella declaración, deseando con todas sus fuerzas dejar de sentir algo por él.

Sin embargo, por mucho terror que le tuvo tras negarse a ser marcado, no podía negar que su corazón se agitó dolorosamente dentro de su pecho. Habían pasado más de dos meses desde que huyó de Atenas con ayuda de Qin, creyó fervientemente que su alfa jamás pasaría Japón puesto que la única vez que lo hizo fue para conocer a sus padres.

Por supuesto que ninguno de los dos fue bienvenido en la residencia. A veces, si cerraba los ojos, podía oír los gritos de su padre y sentir su mejilla hirviendo por el golpe en ella, combinado con la única vez que vio al rubio defenderlo y estar a la par que su padre en fuerza.

Divagando entre sus pensamientos, el silencio durante el trayecto de la cafetería a la clínica fue tan insufrible que Raiden hablaba al cachorro gestándose en su interior, intentando inútilmente integrar a Kōjiro en la plática para recibir monosílabos como respuesta.

── ❝ 𝑰𝒏𝒕𝒐 𝑻𝒉𝒆 𝑮𝒓𝒆𝒚 ❞ ──Donde viven las historias. Descúbrelo ahora