𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒕𝒓𝒆𝒊𝒏𝒕𝒂 𝒚 𝒄𝒖𝒂𝒕𝒓𝒐.

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"Every sulken glance
I'm a little more broken
Our love was porcelain..."

-Glass, Mareux.


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Prefectura de Fukui, Japón. Actualidad.



Kōjiro abrió los ojos perezosamente. Desde que había escapado hace casi dos meses de Poseidón, pasaba la mayor parte del día hecho un ovillo enterrando su rostro en alguna de las prendas que empacó del alfa que ahora formaban parte de su nido.

Un suspiro salió de sus labios.

Comenzaba a ser recurrente que soñara con el inicio de su relación, llegando a sentir ciertas punzadas en el vientre cuando recordaba entre sueños cosas que no le gustaban.

Sasaki sonrió extendiendo su mano hasta alcanzar el delfín de peluche que el rubio le había obsequiado en su primera cita, avergonzándose por haber recordado parte de lo que sucedió ese día y le hizo merecedor de muchas marcas en su piel.


"¿En algún punto sentiste algo por mi más allá de verme como un saco de semen...?"


Una molesta punzada y Kōjiro comprendió que era la manera en que sus cachorros parecían comunicarle que debía devolver todo lo que había en su estómago.

A veces se preguntaba si los niños detestaban a su padre alfa, ya que, sin importar el recuerdo que viniera a su cabeza sobre Poseidón, sus cachorros gestantes le mandaban dolorosas punzadas para que fuera a vomitar hasta que se olvidara del rubio o terminara inconsciente.


"Bueno, nunca podrá negar que son suyos. También parece que serán demasiado posesivos como él..."


Otra punzada y Sasaki sintió que se le fue el aire. Eso había dolido más de lo normal por lo que decidió hacer aquello que el doctor Tesla le había recomendado.

Hablarle a los niños dentro de su vientre.


-Prometo dejar de pensar en él... ¿pueden dejar de causarme dolor? No soy masoquista...


Las punzadas no se detuvieron porque Kōjiro sintió sus mejillas arder ante lo que dijo, viniendo a su cabeza todas las veces que gimió y gritó porque disfrutó el hecho de que Poseidón fuera brusco durante el sexo, ganándose más dolores en el vientre que le hicieron doblarse por el malestar.


-¡ESTÁ BIEN! ¡YA BASTA! NO PENSARÉ EN NADA


Como pudo, abandonó su nido para llegar al baño y vaciar el contenido de su estómago en el retrete para satisfacción de sus hijos no natos.


-¿Kōjiro? ¡Kōjiro! ¡¿Estás bien?!


Sasaki levantó momentáneamente su cabeza para visualizar a Hrist en el marco de la puerta.

No se veían desde que el doctor Nikola dijo algo relacionado al padre de sus cachorros, sintiendo alivio de no estar completamente sólo en ese momento tan vulnerable de su existencia, agradecido por la presencia de la joven de cabellera morada.

La alfa le miró preocupada cuando el azabache quiso sonreír y terminó volteando su cabeza en el retrete concentrado en devolver hasta su alma.

Tímida, se puso en cuclillas para sujetar los largos cabellos de su amigo con cuidado mientras le acompañaba en aquella rutina dolorosa de ver pero tan normalizada desde que su embarazo se hizo más evidente.

Hrist no había tenido señales de vida por parte del japonés y justamente ese día debían ir a la clínica del afamado doctor Tesla para un chequeo de rutina así como una recolección de muestras con fines médicos según el amable hombre.

── ❝ 𝑰𝒏𝒕𝒐 𝑻𝒉𝒆 𝑮𝒓𝒆𝒚 ❞ ──Donde viven las historias. Descúbrelo ahora