"...Evened the scores then I let it all go fall apart
And every step forward put a little more sword in your heart..."-The Grey, Bad Omens.
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-Estoy en casa...
Había llegado cansado, un largo día de trabajo en el buffet de abogados donde llevaba a cabo sus funciones desde que salió de la universidad.
Entre papeleo y gente incompetente que no merecía ni siquiera que voltease a verlos, su día fue un verdadero fastidio.
Sólo deseaba tener el recibimiento al que estaba acostumbrado, quejarse y después de un par de palabras inspiradoras, callar al japonés para follarle sobre el sillón, incluso sobre la mesa.
El lugar era lo de menos cuando necesitaba sacar sus frustraciones del día y qué mejor opción que el omega al que reclamó como suyo, producto del alcohol y las hormonas en aquella fiesta en la que ambos supieron que eran destinados.
Sin embargo, el departamento estaba demasiado silencioso.
No fue consiente de ello hasta que reparó en el hecho de que encendió las luces al llegar.
-Ya sal, no estoy de humor para tus estúpidos juegos de niño.El silencio no era algo que le desagradara al alfa, pero, por la hora, era lógico que no era una buena señal y su humor se iba tornando peor.
-¡MALDITA SEA RÉMORA! ¡SAL YA INSIGNIFICANTE PEDAZO DE MIERDA!
Azotó la silla que estaba frente a él, pero no había ningún sonido de protesta o para tranquilizarlo.
Olfateó el aire. Necesitaba percibir el delicado aroma a flor de cerezo y té de jazmín, pero no había rastro de él.
Un sentimiento de desesperación inundó su pecho. Su instinto le dictaba que algo estaba pasando.
Desesperado, caminó a grandes zancadas por todo el lugar buscando esa larga cabellera azabache.
En cuanto lo encontrara, lo marcaría sin importarle sus gimoteos y súplicas.
El japonés era suyo y ni él podía cambiarlo.
El último lugar al que se dirigió fue la habitación que compartía con el pelinegro.
Una sonrisa maliciosa se dibujaba en su rostro ante la idea de encontrar al omega entre las sábanas de seda azul, por lo que, de un golpe abrió la puerta echándose parte de sus rubios cabellos hacia atrás.
-Te encontré, basura.
En una situación normal, el omega le suplicaría que le dejara descansar de su último encuentro donde fue todo menos gentil, no obstante, el rubio se encontraba sólo.
Eso sólo logró que su mirada se oscureciera y su aroma se volviese agrio como una señal bastante evidente de que estaba furioso.
Azotó la puerta tras de él, jalando y aventando todo a su paso.
"¿Dónde demonios está mi estúpido omega?"
Abrió con rudeza la puerta del armario y un gesto de incredulidad se dibujó rápidamente en sus facciones por unos segundos, ya que su forma estoica regresó como si no hubiese visto algo que le hiciera asombrarse.Dentro del mueble, sólo estaba su ropa. No había rastro alguno de las pertenencias del azabache.
Esa noche, la habitación que ambos compartían desde hace cinco años, acabó hecha un desastre.
El rubio observó su reflejo en aquel espejo roto. Respiraba agitado, estaba furioso pero en el fondo herido.
Nunca creyó que el omega le abandonaría.
Sólo en ese momento, con la luz de la luna colándose por su ventana, se atrevió a suspirar.
"¿En dónde estás?"
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Respirando aliviado, Kōjiro observaba las luces de la ciudad de Fukui. Sobaba su vientre aún plano mientras se preguntaba si había sido lo correcto.
"Conociendo a Poseidón. No había una forma correcta de actuar..."
Sólo deseaba vivir tranquilo y dejar que el alfa reflexionara a solas antes de volver a vivir juntos. No quería que su primogénito naciera en un hogar disfuncional y por ello, su negativa a ser marcado crecía día con día.
"No soy un objeto. Mucho menos una incubadora. Te amo, pero no quiero vivir de ese modo..."
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Notas finales:
Hola mundo, es la primera vez que me animo a escribir un fanfic perteneciente a un fandom "activo".
Claro que tengo miedo a las reacciones, pero la idea estaba en mi cabeza y ya no podía seguir allí ni en mis documentos de Word.
✨️Nos vemos en la siguiente entrega✨️
-Si no me funan antes, claro... ¡Bye-bye!
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── ❝ 𝑰𝒏𝒕𝒐 𝑻𝒉𝒆 𝑮𝒓𝒆𝒚 ❞ ──
Fanfiction"𝑵𝒖𝒆𝒔𝒕𝒓𝒂 𝒗𝒊𝒅𝒂 𝒆𝒔𝒕𝒂 𝒎𝒐𝒍𝒅𝒆𝒂𝒅𝒂 𝒑𝒐𝒓 𝒏𝒖𝒆𝒔𝒕𝒓𝒐𝒔 𝒂𝒓𝒓𝒆𝒑𝒆𝒏𝒕𝒊𝒎𝒊𝒆𝒏𝒕𝒐𝒔. 𝑪𝒐𝒔𝒂𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒒𝒖𝒆𝒓𝒆𝒎𝒐𝒔 𝒓𝒆𝒄𝒖𝒑𝒆𝒓𝒂𝒓 𝒚 𝒏𝒐 𝒑𝒐𝒅𝒆𝒎𝒐𝒔. 𝑬𝒏 𝒖𝒏 𝒎𝒖𝒏𝒅𝒐 𝒊𝒅𝒆𝒂𝒍, 𝒏𝒖𝒏𝒄𝒂 𝒍𝒂𝒔𝒕𝒊𝒎𝒂𝒓𝒊...