𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒕𝒓𝒆𝒊𝒏𝒕𝒂 𝒚 𝒕𝒓𝒆𝒔.

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"...But the evil is necessary, yeah
And you're still hungry for her
And you still want her loving
But she doesn't love you..."

-Twilight, bôa.

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Kōjiro entreabrió los ojos al recibir un par de besos sobre su hombro, inevitablemente sonrió al sentir la cercanía de su pareja.

Desde el día anterior, el rubio se comportaba demasiado cariñoso con él, no le molestaba, pero se le hacía bastante curioso que actuara como un niño abrazando un peluche puesto que no le soltó tras llegar al departamento donde vivían.


"¿Y si...?"

Disfrutaba de las muestras de afecto, pero cuando llevó una de las manos del rubio a su vientre, éstas cesaron tan rápido como un parpadeo.

-¿Ocurre algo Posei? -Sasaki recargó su espalda sobre el abdomen esculpido de su pareja, curioso por conocer el motivo de aquella actitud.

Soltó un suave quejido cuando sintió que el alfa mordía la piel de su hombro pero, pese a todo, no retiró su mano del cálido sitio.

No lo diría en voz alta, pero Kōjiro comenzaba a oler más dulce, como si hubiese algo gestándose en él.

Tampoco el hecho de que no deseaba compartir a su omega con nadie, ni siquiera con un parásito que comúnmente llamaban "cachorro".


-No quiero que nadie te aparte de mi -Fue su única respuesta. Quería borrarse de la mente la enorme probabilidad de que el japonés estuviera en cinta, aunque eso explicaría el por qué había sido tan receptivo ayer e incluso le mostró la nuca para ser marcado mientras lo tomaba.

"No, se supone que toma pastillas. No puede existir una escoria dentro suyo y me niego a que la tenga..."

-Nadie va a apartarme de ti, Posei, aunque tal vez nosotros...


Kōjiro suspiró ante la idea, recordando lo que solía decir su madre sobre un embarazo y la forma en la que el instinto se encargaba de preparar a la futura madre durante la gestación del mismo.

"Tendría sentido si él y yo siempre estamos..."

-No quiero cachorros. Son escorias y no necesito basuras que me aparten de mi omega -Las palabras de Poseidón cayeron como un balde de agua helada sobre él.

El impacto fue peor cuando retiró finalmente su mano e incluso terminó por apartarse del azabache.


-Pero sería nuestro y...

-¡DIJE QUE NO MALDITA SEA! -Un golpe en la cabecera y las intenciones de seguir hablando sobre la posibilidad de un cachorro murieron a la par que el trato cariñoso del alfa.

-Poseidón... -Susurró temeroso, no quería hacerlo enojar, pero no podía dejar de pensar en la idea de un embarazo. Menos si aquella curva en su vientre no se iba con el pasar de los días y su apetito había cambiado ligeramente por ello.

"Quizás me estoy sugestionando..."

El rubio se acercó lo suficiente al omega para sujetar parte de esa larga cabellera azabache y tirar de ella hasta que Sasaki se quejara de dolor.

── ❝ 𝑰𝒏𝒕𝒐 𝑻𝒉𝒆 𝑮𝒓𝒆𝒚 ❞ ──Donde viven las historias. Descúbrelo ahora