𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒄𝒖𝒂𝒓𝒆𝒏𝒕𝒂 𝒚 𝒕𝒓𝒆𝒔.

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"...Extraño la manera en que dices mi nombre...
La forma en que te inclinas, la manera en que te rompes
El maquillaje resbalándote por la cara
Tu forma de follar, tu sabor.."

-THE DEATH OF PEACE OF MIND, Bad Omens.

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Thessaloniki, Grecia.


Gracias a los antecedentes del alfa, Kōjiro se quedó en observación una semana más, por lo que fue extraño para Beelzebub el ver a Poseidón fingir preocupación por otro ser viviente e incluso parecer alguien decente al hacer preguntas a Samael de forma educada, como si de verdad pareciera que le importaba el omega que él mismo mandó al hospital por interrumpirle el embarazo.

Un escalofrío recorría su columna cada que le tocaba checar los signos vitales y el rubio se encontraba allí sujetando la mano del omega que sólo le miraba con una sonrisa.


"No sé quién está peor. Si él por este teatro macabro o el omega por no darse cuenta de que corre peligro con este psicópata..."


Kōjiro suspiró al sentir un pequeño beso en su frente por parte de su pareja, haciendo que su corazón latiera acelerado por el gesto, soltando con timidez su aroma para que el alfa le catara al estar solos. Había desarrollado cierta fascinación con sentir la respiración del griego sobre su piel ya que últimamente se encontraba más susceptible a él.

Poseidón también estaba volviéndose dependiente de hacer aquello en vista de que no podía reclamar a su pareja como él lo deseaba, así que sólo se conformaba con olerlo como si fuese un adicto mientras levantaba la bata del hospital para acariciar la piel que le pertenecía.

El omega soltó un chillido, descubriendo la piel de su cuello, llamando poderosamente la atención del contrario. Éste se relamió los labios y sin esperar más tiempo se inclinó a catarlo, aferrándose a su cintura para oír suaves suspiros del azabache cada que él aspiraba, lamiendo la glándula de aroma de vez en cuando ansioso por morderlo.

-Alfa... -Sasaki se sentía extraño, envuelto en el delicado aroma del alfa y el calor que él le proporcionaba se armó de valor para apartarse sólo para sujetar su mejilla comenzando un beso.

Poseidón gruñó de gozo, enredando su lengua con la contraria mientras poco a poco iba haciéndose un espacio en aquella camilla de hospital, habían pasado días sin estar juntos de forma íntima y el omega parecía quererlo tanto como él, por lo que fue deslizando su mano por su muslo dejando una serie de besos húmedos por la piel visible que le hacían acreedor de caricias y suspiros del japonés.

-También extraño a mi pececito...

Las mejillas rosa y esos ojos acuosos estaban haciendo que mandara al demonio a Beelzebub y su estúpida regla de nada de sexo por una semana.

¿Cómo podía hacerse el desinteresado cuando su omega le miraba de ese modo tan suplicante?

"Vete al infierno, Beelzebub. Voy a reclamar lo que es mío..."

El alfa volvió a atacar esos tersos labios, colocándose arriba del azabache llegando a separar sus piernas para situarse entre ellas mientras sentía cómo el omega debajo de él enredaba con sus dedos entre los sedosos rizos rubios de su cabellera.

── ❝ 𝑰𝒏𝒕𝒐 𝑻𝒉𝒆 𝑮𝒓𝒆𝒚 ❞ ──Donde viven las historias. Descúbrelo ahora