── ❝ 𝑰𝒏𝒕𝒐 𝑻𝒉𝒆 𝑮𝒓𝒆𝒚 ❞ ──

𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒄𝒖𝒂𝒓𝒆𝒏𝒕𝒂 𝒚 𝒄𝒊𝒏𝒄𝒐.

"...Te di demasiadas oportunidades, tu pasaste de todas
Tuve todo lo que quería, pero no fue suficiente
No queda nadie con quien hablar, nadie a quien llamar
Tuve todo lo que quería, pero aún quiero más
Sí, aún quiero más..."

-The Grey, Bad Omens.

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En cuanto abordaron, Poseidón se dio cuenta de que quizás el ir a Fukui era pésima idea. No conocía mucho de su destinado y no era como si realmente le importara, pero podía verlo cuando no lograba conciliar el sueño contemplando esa foto que empacó de sus progenitores y el omega.

A veces deseaba romper y quemar la maldita foto familiar porque Sasaki parecía feliz sin él.

Algo que le producía un malestar en el pecho porque solamente él debía ser el motivo de su felicidad, pero por circunstancias que aún no se explicaba, la fotografía seguía resguardada en un marco sobre la mesa de noche del lado donde dormía el omega.

Poseidón debía reconocer que la belleza del azabache provenía directamente de su madre, era casi una copia exacta de su hijo y aquello ocasionó que se preguntara cómo hubiese sido el cachorro al que le arrebató el derecho de nacer.

"Probablemente se parecería a ellos..."

Por un momento sacudió su cabeza como si de aquel modo pudiera deshacerse de aquellos pensamientos y en su lugar se enfocó en aquella mano que estaba sosteniendo. Las argollas sencillas de oro le recordaban el por qué del viaje, pero no le quitaban esa sensación de que quizás, sólo quizás...

Debía parar y sólo alejarle sin fracturar una relación familiar que parecía mucho más estable que la suya con sus padres.

Sin embargo, podía más su deseo de destruir los lazos familiares del omega para tener la certeza de que sólo él sería su mundo a partir de ese momento que llevó su vista hacia la ventana sin rastro alguno de emoción sobre su rostro que se mantenía con aquella expresión de siempre.

-Te encantará Fukui.... Bueno, todo Japón en realidad ya que es un conjunto de islas y a donde sea que volteas la vista hay mar y jardines con estanques -La suave risa de Kōjiro le hizo sentir una punzada en el estómago aunque esos sentimientos de culpa aumentaron con las siguientes palabras -Gracias por comprender que debía visitar a mis padres y apoyarme. Eres el mejor alfa que pudiese tener Poseidón...

El rubio se quedó en shock, no supo en qué momento Sasaki le sujetó de la mejilla sintiendo esa suavidad de aquellos labios que no dudó en devorar importándole muy poco que estuvieran en público, llegando a deslizar su mano hasta situarla en su cintura. Deseaba entregarse al beso para acallar su mente por un momento y replantearse lo que seguiría.

Podían ir directamente a Fukui, visitar a sus suegros, oír exactamente lo que quería y después tener a un omega con el alma hecha pedazos lo que restaba de su estancia en aquel país que detestaba...

O tomarlo como una luna de miel, coger al japonés en cada hotel disponible y después de verle hecho un desastre subirlo a un auto alquilado, conducir a casa de sus padres y ya que se encontraría atontado por el sexo sería tan sumiso que podría provocar escenas impropias que sólo culminarían con sus padres gritándole y echándolo tanto de la residencia como de sus vidas.

Quizás la primera era la opción sensata.

Pero era Poseidón quién estaba decidiendo, no alguien que tuviera el mínimo de aprecio por su pareja. Él le veía como una posesión y por ello decidiría lo mejor para sus intereses.