Martes, 17 de octubre.
Mañana es mi cumpleaños.
Y si aún me quedaba dudas de ello, tengo a Lucia recordándomelo cada cinco segundos.
Parece un puto mosquito.
— Ya entendí que mañana es mi cumpleaños, yo también estoy emocionada pero ¡No me lo recuerdes más! —le pido en un gritito un tanto desesperado.
— Vale ya, lo siento ¡Es que hace mucho que no duermo en tu casa!
— Te recuerdo que no estaremos solas estarán Ty, Ale e Izan.
Estamos en la puerta de la universidad esperando a los demás, Ty no tarda en aparecer, Ale llega momentos después y nos quedamos esperando a Izan porque el es quien nos llevará a la casa de cada uno para que busquen sus cosas y de allí a mi casa.
Su cabellera negra y su altura hace aparición en el pasillo y casi sonrió. Digo casi porque cualquier intento de eso se esfuma cuando reparo que, a su lado viene otra cabellera negra, una con puntas azules para ser más específicos.
— Dénme un momento —digo con los puños apretados.
Camino hacia ellos y conforme me voy acercando alcanzo a ver mejor la sonrisa coqueta que tiene Jimena y la seriedad de Izan. El cuando me ve, me sonríe para luego dejar un beso en mi frente y posar una de sus manos en mi cintura.
Me volteo hacia Jimena.
— Hola —la saludo con educación, pero ella tiene fija la vista en la mano de Izan en mi cintura—. Mis ojos están arriba —enarco una ceja y ella carraspea.
— Hola —dice solamente para pasar a darle una última mirada a mi novio y caminar en dirección a la salida.
Mis ojos no abandonan su cuerpo en movimiento en ningún momento y veo como Lucia le pone una mano en el hombro, frenandola y se acerca a decirle algo al oído. Jimena endereza su espalda y reanuda el paso con más rapidez, Izan ríe y me volteo a mirarlo.
— ¿Qué es tan gracioso?
— Tranquila Johnson —levanta las manos en señal de rendición y yo me limito a darle un pequeño golpe en el hombro que hace que vuelva a reír.
— Mejor apresurémonos, nos están esperando.
El asiente y vamos hacia los demás. Todos saludan a Izan y yo aprovecho para acercarme a Luci.
— ¿Qué le dijiste?
— Nada —se encoge de hombros—, supongo que solo se me da bien convencer a la gente —dice guiñándome un ojo.
Niego divertida pero no me quejo. Vamos hacia el auto de Izan para ir al primer destino.
La casa de Tylor.
Por todo el camino vamos conversando de las cosas que nos han pasado en el día, ejemplo está la historia de Ale de como casi se atraganta con una papita frita.
Llegamos a nuestro destino, Ty se baja y entra a su casa. No pasan ni diez minutos cuando ya está regresando con una pequeña maleta y el colchón que le dije que trajeron consigo porque en mi casa no hay suficiente para todos.
Izan y Ale se bajan a ayudarla y cuando se vuelven a subir a los asientos traseros y miro con picardía a Ale por el retrovisor. El rueda los ojos y sonríe ligeramente.
Mi novio vuelve a poner el auto en marcha, pero esta vez con destino a casa de los rubios. Cuando llegamos ambos de bajan y Tylor, Izan y yo nos quedamos envueltos en un silencio para nada incómodo.
— Joder, no recordaba que esta mierda pesara tanto— escucho la voz de Luci y la miro.
Todo lo contrario a Ty, ella parece que se lleva su habitación entera en esa maleta. Ale está detrás de ella con una mochila que va cargada a más no poder y un colchón que debe ser de cama matrimonial en sus brazos. Me bajo, y entre Lucia y yo acomodamos la exageración de maleta mientras Ale espera por nosotras para hacer lo mismo con lo que trae en sus manos.
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Espejos grises
Storie d'amoreElla iba distraída en el pasillo y no se dió cuenta que estaba por chocar con alguien. El iba con mirada perdida y no se dió cuenta que alguien caminaba hacia él. Ella es una lectora que le gusta correr (por muy raro que suene) El es un armador que...