Después de Ciencias, para tratar de alegrarme el día, me toca con el equipo de atletismo. Y al parecer toca resistencia a la velocidad.
Consigo ver a Isabella y a Samantha cerca de la pista, ambas ya cambiadas y con el cabello recogido en una coleta alta al igual que las demás chicas del equipo, yo incluida.
El silbato del entrenador me distrae y rápidamente volteo a verlo.
— Como ya muchos debieron deducir, hoy toca resistencia a la velocidad, la diferencia es que está vez será en duplas.
— ¿Por qué entrenador? —pregunto un chico del equipo, Mike si mal no recuerdo.
— Porque así lo decido yo, así que tienen un minuto para buscar a su compañera o compañero.
Genial ¿Quién se supone que va a querer correr conmigo?
— Em... Hola —me dice una voz a mi espalda.
Volteo y me encuentro con una chica de cabello castaño oscuro, lo tiene recogido en la coleta alta, ondas naturales caen de ella llegándole a la altura de los hombros.
— Hola —le devuelvo el saludo con una diminuta sonrisa que ella no me devuelve.
— ¿P-Puedo correr junto a ti hoy? —me dice y un pequeño rubor cubre sus mejillas.
— Claro.
Regreso la vista al entrenador, la chica aún sigue detrás de mi por lo que la miro sobre mi hombro.
— Por cierto —me giro hacia ella—, lindo cabello.
— ¿En serio? —pregunta y asiento—. Gracias... A mí me gustan mucho tus ojos.
«Tienes unos ojos preciosos y créeme que no me gusta verlos con lágrimas ya sean de tristeza o no»
Las palabras de Izan hacen aparición en mi mente y una sonrisa se me escapa.
De echo, no me había fijado en sus ojos, son de un marrón neutro que le resaltan en su piel clara. Es una chica muy linda sinceramente.
— Gracias.
Regreso la vista al entrenador y la chica se coloca a mi lado.
— Si ya tienen a su dupla, colóquense en la línea de salida.
Vamos hacia allí y la cabellera flameante de Samantha aparece en mi campo de visión.
— So... —su saludo queda a media porque paso por su lado chocándole el hombro.
Siento la mirada de la chica a mi lado pero tampoco la miro, llegamos a la pista y el entrenador se coloca en su posición habitual.
— Cinco vueltas a la pista a la mayor velocidad que puedan, pero siempre manténganse a la par de su compañero —dice y hace sonar el silbato.
Todos arrancamos y yo me mantengo junto a mi compañera, que no es lenta, pero tampoco muy rápida
Así pasan las primeras tres vueltas y el principio de la cuarta cuando cierta dupla se ponen junto a nosotras.
— Por primera vez no va de primera —se burla Samantha.
Siento a la chica a mi lado contener la respiración, acto que no le dura mucho porque como quiera que sea estamos corriendo y necesita respirar.
— ¿Se te perdió algo, Samantha? —le digo con la respiración agitada.
— Solamente veníamos a saludar, ya nos vamos —responde Isabella y las dos comienzan a correr más rápido.
Conociendo ya sus límites de velocidad, van confiadas y no van a su máximo. Y si creen que voy a caer en su juego están muy equivocadas.
— S-Si quieres puedes ir delante, n-no hay problema —me dice la chica a mi lado, con la voz entrecortada por su acelerada respiración.
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Espejos grises
RomantizmElla iba distraída en el pasillo y no se dió cuenta que estaba por chocar con alguien. El iba con mirada perdida y no se dió cuenta que alguien caminaba hacia él. Ella es una lectora que le gusta correr (por muy raro que suene) El es un armador que...