17. ¿Maestro?

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- ¿Sí? - preguntó el tipo.

Luis Felipe no pudo articular palabra

- ¿Quién es guapo? - dijo Miranda desde adentro

- No sé -

Miranda se asomó con el cabello igualmente empapado.

- Ah...Luis Felipe, pase. Pase adelante -

- Ehh, no, creo que... mejor regreso en otra oportunidad -

- No. ¿Por qué? Pase – dirigiéndose a ¨guapo¨ dijo - Vestite nene, pareces chava, como te tardas en arreglarte -

- Miranda ... yo regreso después ... estoy interrumpiendo -

- ¡¿Interrumpiendo?! ¿¿Qué cosa?? - preguntó Miranda muy confundida con el ceño fruncido.

Luis Felipe, vio a ¨Nene¨ y luego a ella con una mirada de incomodidad.

Miranda muy confundida, no articuló palabra y frunció el ceño aún más.

El tipo muy divertido comprendiendo lo que Luis Felipe pensaba, extendió la mano

- Juan Francisco -

Evidentemente incomodo, Luis Felipe estrechó la mano del hombre quien agregó

- RINCON ASTURIAS-

Luis Felipe estrechando la mano sonrió - ahh...yo ... pensé ... que... -

- ¡Se lo que pensaste! El incesto no es lo mío. – Se giró para entrar a una de las habitaciones. Desde el interior gritó – pero mucho gusto igual -

Miranda que cayó en la cuenta, abrió los ojos como platos desaprobando sus pensamientos 

- Qué bárbaro-

- Miranda.... Cualquiera hubiera asumido lo mismo –

Pensándolo un poco ella confirmó - Si. Tenes razón... –  cayendo en cuenta que lo había tratado de tu - ¡ay perdón! Tiene, tiene, tiene razón –

- La verdad me sentiría más cómodo si nos tratamos de tu -

- ¿Verdad que sí? Me ha costado mantener el formalismo. Solo trato de usted a los señores mayores. Si es cierto que le debo respeto porque usted ya es mayor, pero ... puedo hacer excepciones – bromeó

Ambos rieron.

- Pues traigo esta botella a manera de chantaje para ver si logro una porción de lasaña -

Miranda se dirigió al refrigerador y sacando unas naranjas y manzanas, replicó - Dependiendo como quede la sangría-

- Ya estuvo -respondió poniéndose a prepararla, mientras Miranda sacaba todo para preparar la ensalada.

Llamaron para anunciar que venía alguien. 
Cuando la visita llegó a la puerta del apartamento, Juan Francisco salió perfectamente arreglado a abrir.

Luis Felipe solo vio que Juan Francisco alzó a una mujer del suelo y la devoró con un apasionado beso.

Cuando la bajó, le dio un beso en la frente y si no había escuchado mal se habían dicho que se amaban. Ella entró muy sonriente de la mano con él.
El color de su cabello era rojizo, ella era bastante más baja que Juan Francisco, tenía un aspecto juvenil y fresco: muy bonita.

- Woow Millie, que lindo!!! - dijo la chica

-Siempre me lo dicen - bromeó Luis Felipe por lo bajo, aunque todos pudieron escuchar.

Miranda que puso los ojos en blanco respondió - Perdona la arrogancia Bi – ¡Y tú!!! -dirigiéndose a él -Tenes deseos de morir hoy -

- Tranquilo, era solo una broma - dijo poniendo las manos frente a sí para defenderse cuando vio la expresión en el rostro de Juan Francisco.

- Mirá que fui sincero al decir que me dio gusto conocerte – dijo con media sonrisa Juan Francisco, aferrando a su novia contra sí, y dándole un beso en la cabeza. – no te arriesgues a que sea por tan corto tiempo - dijo en tono amenazante.

- ¡No! Tranquilo. Era una broma – respondió entre risas nerviosas.

- Mucho gusto. Luis Felipe Martinez- dijo extendiendo la mano.

Asintiendo y tomando su mano la chica respondió - Bianca Caruso-

- ¡italiana! – confirmó Luis Felipe

- ¡Mh! Si se puede decir eso, mi bisabuelo era italiano - dijo con desdén.

- Bienvenida Bi – interrumpió Miranda saltando a abrazar a su amiga.

- Mmmm que gusto de verte - dijo Bianca fundida en el abrazo - te felicito, TU APARTAMENTO - enfatizó – esta precioso - y añadió en un susurro al oído - tu amigo no se queda atrás -

Ambas rieron divertidas.

- Nene, mostrale a Bi el apartamento. Pasa Bi por fa, estas en tu casa– sonrió.

Una vez que la pareja había desaparecido de vista Luis Felipe preguntó- ¿Te ayudo en algo con la comida? - 

- Por fis partí la baguete y le pones de esta mantequilla con ajo- dijo mostrándole el bote.

- Sones jefi -

- Payaso - dijo riendo - ¡ah! pero antes pone música, mirá si podés enlazar tu teléfono con la bocina de allá, ya tiene activado el bluetooth -

Luego de unos minutos estaba sonando la música - tenemos que agendar unas sesiones de práctica de bachata, Y SOLO TE VOY A COBRAR el humus con tostaditas del otro día. Peeeero si tu queres me podes pagar con más -

- Creo que quedamos que con la cena de la vez pasada estaba pagada la clase - le recordó

- Cierto- dijo Luis Felipe examinando su teléfono - actualmente estoy en deuda entonces. No me gusta deber- decía viendo su teléfono. Unos instantes después, sonó un ritmo de bachata. Él se encaminó hacia un espacio abierto de la sala e invitó a Miranda.

Ella pensó en negarse, él insistió y sin más, se acercó y tomó su mano.

- ¿Lista? -

- Veamos qué tan buen maestro tengo - bromeó.  Ella sabia bailar bachata perfectamente, pero no lo habia hecho desde hacia aproxidamente 8 años.

Con eso Luis Felipe inició el baile - vamos con el básico – indicó tomando ambas manos; cuando estaba claro que Miranda lo había dominado, colocó una mano de Miranda en su hombro y la propia en la espalda alta de ella, borrando la mitad de la distancia entre ellos, continuaron con el paso básico unos segundos más y luego colocó la otra mano de ella en el hombro libre de él, bajó la mano que ya se encontraba detrás acariciando la espalda de Miranda al hacerlo; y la mano recién llegada la colocó en la espalda alta, quedando prácticamente abrazados con apenas unos cinco centímetros de separación.

Siguieron con el básico en esa posición, Luis Felipe se separó tomando ambas manos nuevamente y repitieron varias veces esta secuencia.
Cuando la canción estaba por terminar aparecieron Bianca y Juan Francisco que alcanzaron a ver una secuencia completa de los pasos.

Observando la escena con cara de asombro Juan Francisco fue el primero en hablar - Oseaaaa..... ¿ya no odias la bachata? – Preguntó viendo sorprendido a su hermana bailar con soltura.

Dieron un par de pasos más y la canción terminó, Miranda se encogió de hombros - digamos que me topé con un buen maestro – dijo encaminándose a la cocina, tratando de sonar casual, intentando no mostrar como las manos de Luis Felipe sobre su espalda y la cercanía la habían perturbado.

- ¿Maestro? – preguntó Bianca – tu no necesitas maestro, lo que pasa es que –

Remiéndame el almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora