¿Qué voy a hacer c3r0t3? – decía Luis Felipe, sentando en la barra del bar en el que habían cantado - ¡¡DECIME, que hago yo con una niña enferma QUE NO PEDI!! - pausó para tomar un gran sorbo de su wisky en las rocas – es una m&3rd@ - dijo en un suspiro – esta p&z@d@ ni mi pisto quiso – otro sorbo – no sabes lo que le supliqué. Yo le daría todo, hasta casa le ofrecí c3r0t3. No les iba a faltar nada y así... quizá así.... Miranda podría considerar ..... ah es una m&3rd@ - Tapando la cara con sus manos, froto sus ojos – mi vida es una m&3rd@ -
El bartender escuchaba mientras servía los tragos de otros clientes e hizo conversación con el – pero si la mamá se fue, ¿por qué no le decís a esta chava ¿Miranda? que vuelvan? –
Luis Felipe lo vio con odio, como si estuviera echando sal en la herida – ¿cómo p#t@s le pones una carga de ese tamaño a la chava que amas con el alma? No puedo ser tan pura m&3rd@ con ella – resoplando continuó- que irónica es la p#t@ vida. Ella quería un hombre divorciado con hijos pequeños – sorbo de wisky – yo cumplo ahora ese requisito solo que mi equipaje EXCEDE EL PESO PERMITIDO – levantó mucho la voz y mandó el vaso volando a estrellarse contra una pared.
Con eso le pidieron que se retirara y cuando no quiso hacerlo se pararon a su lado los guardias del bar. Lo sacaron mientras él no ponía mucha resistencia.
Reluctante, llegó a su apartamento después de tres días de estar durmiendo en diferentes lugares con sus amigos. No quería ver a Lucy, no quería enfrentar su nueva vida. No tenía idea como hacerlo.
- Luis, que bueno que ya viniste – lo recibió Rocío.
El la vio sin ningún entusiasmo y se dirigió a su habitación
- Luis, necesitamos hablar – le suplicó Rocio
- ¡Hoy no! - le dijo tajante y siguió su camino
- Pero ¿no querés saber cómo está la bebé? ¿cómo han sido estos días?
- ¡NO! Rocio NO QUIERO SABER! ¿Por qué crees que no me había parado por aquí? No quiero saber nada. Quiero que esto sea una MALDITA PESADILLA. Despertar y volver a mi vida –
Rocio se sobresaltó al ver su reacción. No era común que reaccionara así – por favor, Luis Felipe, Lucy está durmiendo. Me has dejado con toda la carga. No sé qué hacer –
- ¿Y qué te hace pensar que yo sé que hacer Rocio? – la vio con furia en los ojos – no sé qué p#t@s hacer. No sé por dónde empezar. Tengo los problemas legales, tengo los problemas de paternidad, mi vida amorosa se fue a la m&3rd@. Siento que mi vida terminó, ¿Qué te hace pensar que yo sé qué hacer? –
Rocio pudo ver más allá que la furia en sus ojos. Sintió una gran pena por su hermano y sin perder el contacto visual se acercó a él y acarició su mejilla – vamos a estar bien Luis Fe – lo abrazó y no pudo evitar las lágrimas. Luis Felipe se abrazó a ella y lloró como un niño. Sollozó sin parar durante varios minutos. El corazón de Rocio se rompía en dos de ver a su hermano así.
*****
Luis Felipe percibió un leve dolor de cabeza cuando despertó a la mañana siguiente. Se bañó y preparó para la reunión que tendría con Hugo Bautista el abogado. Necesitaba saber que tenía que hacer con la niña, con la desaparición de Naomi.
Fue a la cocina por café. Escuchó un tarareo, pero no era la voz de Rocio. Se percató que ella estaba en la cocina a su lado. La vio con el ceño fruncido, pero ella no levantó la vista.
Luis Felipe se paró en el pasillo para escuchar de donde venia el sonido. Su atención se desvió un momento a la mesita de la sala en donde había un libro ¨Estimulación temprana para niños con síndrome de Down¨
- Rocio ¿de quién es ese libro? – preguntó
Rocio esbozó una sonrisa casi imperceptible y volvió a lo que estaba haciendo sin responder.
Luis Felipe caminó hacia la habitación de donde venia la voz muy lentamente, en este punto ya la había reconocido, pero tendría que verlo para creerlo. Quizá la resaca le estaba jugando una broma pesada. O en realidad aún no había despertado. Se acercó a la puerta. La luz de la ventana dejaba ver claramente su silueta. El corazón se le salía del pecho. Era ella, la podría reconocer en cualquier lugar. Ella cantaba una canción, pero su voz tenía un tinte de ternura que derretiría cualquier corazón. Ella estaba meciendo a Lucy viendo hacia la ventana. Una lagrima salió de sus ojos, muchas otras la siguieron mientras escuchaba la canción.
♪♫ Te soñé
Y te amé sin conocerte
Mis abrazos te llamaban
A un ladito de la cama
Te soñéPresentí
Cada día tu Miranda
Tu llegada, me rendí
Ante el brillo de tu alma ♪♫Luis Felipe veía aquella escena y no daba crédito.
Sin saber cuánto tiempo pasó observándola, finalmente Miranda acostó a Lucy en la cuna y se volvió para salir de la habitación y se quedó inmóvil al ver en el marco de la puerta a Luis Felipe. Se veía muy cansando y sus ojos estaban muy húmedos.
Resistiendo el anhelo de abrazarlo y preguntarle cómo estaba preguntó- ¿Encontraste a Naomi? –
Suspirando y bajando la mirada respondió – ella no quiere que la encuentre y yo ya no sé si la quiero encontrar–
- Luis Felipe, Lucy necesita a su mamá –
- Yo sé – le dijo abatido – observándola un momento siguió - Te quiero mostrar algo –
Ella lo siguió hasta el desayunador donde él le mostró una nota. Miranda la tomo y la leyó
¨para los usos legales que se necesite yo Naomi Yorleny Fuentes de la Roca entrego la total custodia de mi hija Luz del Carmen Martinez Fuentes a su padre Luis Felipe Martinez Martinez....¨ la nota daba más detalles de la fecha de nacimiento y números de identificación que ya eran irrelevantes luego de leer ese párrafo.
Miranda sintió que las piernas no la sostenían y se sentó en un banquito sin poder creer lo que leía.
- Me llamó para decirme que necesitaba verme para algo importante – interrumpió el remolino de pensamientos de Miranda - y cuando llegué no estaba. Se había llevado sus cosas y me dejó la nota. También tengo un audio – dijo sacando su teléfono para reproducir el audio – jamás me respondió las llamadas y en su lugar me envió esto -
– Wii esto no es lo que yo esperaba. No estoy lista para ser mamá, y menos de Luz. Es demasiado para mí. Tu tenes los recursos para apoyarla y estoy segura que estará mejor contigo. Necesita cuidados especiales que yo no puedo darle – se escuchó una pusa y un suspiro entrecortado – Espero que podas darle el amor que yo no puedo –
Luis Felipe observaba su teléfono, con desolación en sus ojos y Miranda estaba horrorizada de lo que había leído y escuchado.
- Pero ella... ella debe estar pasando por un cuadro de desorden hormonal, o... o depresión post parto. Necesita ayuda-
- Seguro la tiene – dijo Luis Felipe muy serio - Las cámaras del lugar la vieron salir con un tipo muy abrazada-
- Seguro algún familiar –
El frunció el ceño y formó una delgada línea con sus labios – Con una relación muy cercana para darse besos en la boca –
Miranda apretó los labios. No daba crédito.
- No hay maldad en ti Millie – dijo Luis Felipe poniendo su mano sobre la de ella.
- Mi chiquita – susurró Miranda con la vista desviada hacia el cuarto donde dormía Lucy. No le parecía posible que una madre abandone a su cría. Y menos cuando necesita cuidados especiales. Está claro que no todos piensan igual.
- Es que... es que no lo entiendo. Ella tenía mucha ilusión de su bebé, quería formar una familia contigo – dijo Miranda con una revolución de sentimientos. Pensando en el bienestar de Lucy y tratando de no pensar en que eso significaría continuar sin Luis Felipe – ella quería que su hija tuviera un padre presente. Ella... ella no tuvo esa oportunidad... ella quería que Lu-
- ¿Qué? – la interrumpió Luis Felipe
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Remiéndame el alma
RomanceLas cicatrices que dejan las heridas de la vida son caminos que nos van guiando; de una u otra forma predisponen nuestro destino. Al darnos cuenta a donde llegamos cuando logramos sanarlas; recordar el momento que iniciaron ya no duele. Se agrade...