47. No te quiero

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♪♫Yo había jurado que al amor ya no le apostaría♪♫

El público estalló en aplausos y emoción, varios desconocidos palmearon la espalda de Luis Felipe y él no podía sonreír mas

♪♫Que los detalles y flores no son para mí
Que ya pasaron esos tiempos de cursilería
Y no hacía falta compañía para ser feliz

Y me salió el tiro por la culata
La mirada me delata
La apuesta ya la perdí

Y ahora ¿qué le digo yo a mis amigas?
¿Que son cosas de la vida?
¿Que estoy loquita por ti?

Te colaste a mis sueños
Sin pedirme permiso

Me cambiaste los planes
Me enamoraste
Sin previo aviso

No quería nada serio
Yo no quería compromiso
Pero tú me besaste y al corazón le hiciste un hechizo

Me veo contigo nadando en lo hondo
Ahora me llaman y yo no respondo
Y a ti te tomo como agüita 'e coco
Y poquito a poco nos volvemos loco

No quiero andarte contando de guerras
Perdidas ni viejas batallas
Prefiero ir por la vida sumando
Estrategia pa' que no te vayas
Y despeinarte los días a risas y besos
Tocando a tu puerta
Y que no pase la noche y nos dé la mañana
Sin darnos ni cuenta♪♫

El público enloqueció al terminar la canción.
Miranda nuevamente no escuchaba mucho, solo veía la sonrisa en el rostro de Luis Felipe y cayendo en la realidad, se empezó a preocupar en lo que debería hacer ahora. 

Luis Felipe la tomó por la cintura y la bajó del escenario diciéndole al oído – Te amo Millie. No tenés idea cuanto –

Miranda sintió que se derretía y no pudo más, le dio un tierno y corto beso.

La sonrisa de Luis Felipe podría partir su rostro en dos.

Ella se aferró más a él y permanecieron así un rato.

- Tengo una reservación. Cena para dos – dijo Luis Felipe ofreciendo su brazo. Ella entrelazó el suyo y así salieron del bar.

El restaurante quedaba a pocos pasos del bar al cual llegaron tomados de la mano.

Había bastante cola para entrar, sin embargo, Luis Felipe saludó y entraron como si la gente no existiera. 

Los pasaron a un salón donde había una mesa con dos sillas, en la mesa una decoración con hojas de eucalipto y flores de lavanda.

Dos velas daban el toque romántico.

Al entrar sonaba ¨Por debajo de la mesa¨ de Luis Miguel.  Él la abrazó y bailaron al compás de la música.

- ¿Te recordás que esa canción bailamos también en la playa? – susurró a su oído.

Ella asintió con una enorme sonrisa.

- No sabes las ganas que tenia de besarte-

Ella tomó entre sus manos el rostro de Luis Felipe – No sabes lo que estaba luchando por resistirme. Pero ya no tengo fuerzas – susurró a milímetros de sus labios.

- Me encanta escuchar eso – respondió Luis Felipe terminando con los milímetros que separaban sus bocas.

Sus brazos rodearon por completo la cintura de Miranda aferrándola contra él. Ella abrazó su cuello y él invadió por completo su boca, acariciando su lengua.

Suerte que la tenía bien sujeta porque estaba desconfiando de la firmeza de sus piernas y la taquicardia que estaba experimentando la haría desmayarse.

Las manos de Luis Felipe viajaban por toda su espalda acariciándola y despertando todos sus sentidos.

Las manos de Miranda se perdieron entre el ahora corto cabello.
Esa sensación le hizo recordar que se lo había cortado por ella y su corazón se saltó varios latidos.

Sin aliento, luego de varios minutos terminaron el beso y Luis Felipe puso la frente en su hombro sin soltar su cintura.

- ¿De verdad? – susurró ella reclinando su cabeza sobre la de él.

- ¿Qué cosa mi amor? –

- ¿De verdad me querés? –

Observándola con ternura, sin ceder ni un poquito en la fuerza de su abrazo respondió 

- Creo que no Miranda – hizo una pausa – aún no has entendido – ella lo miró asustada de lo que diría a continuación – yo no te quiero.  Quizá lo hice en algún momento – Miranda sintió como la sangre se drenó de su rostro, se le secó la boca, sintió náuseas.

-Todo fue un engaño entonces, para burlarse de mi - su cerebro empezó a conjeturar.

Acariciando su mejilla continuó - quiero dejarte algo bien claro: lo que yo siento por ti no tiene nada que ver con querer.  A Julio, por ejemplo, a él lo quiero – acariciando su cabello continuó 

– Yo a ti te amo –

Miranda no daba crédito a lo que estaba escuchando, sin duda este hombre la tenía a su merced. En menos de un minuto le había hecho pasar por una montaña rusa de emociones de esas que tienen fuerza G y no se logra controlar al cuerpo.

Pero eso que le dijo acalló los pensamientos negativos de su cerebro.

Sus ojos se humedecieron y brotaron varias lagrimas que el limpió cariñosamente y besó su frente.

- No podía más con este jueguito de ignorarte y darte celos. Anoche no pude dormir pensado que había sido un error – viéndola a los ojos continuó – estaba tan nervioso por lo que fuera a pasar hoy –

Miranda sonrió con ternura – Bendita sea tu persistencia - Tomando su rostro dio un pequeño beso en sus labios.

Frunció el ceño reflexionando un momento - ¿De qué jueguito estás hablando? ¿Estabas ayer con esas chicas para darme celos? – preguntó sorprendida

- ¿Lo logré? – preguntó pícaramente

- Digamos que ... el plan funcionó a la perfección – confesó sonriente.

Luis Felipe sonrió – Tengo que comprar un regalo para tu prima Alma –

- ¿Por q-? – se cortó Miranda. Suspirando puso los ojos en blanco – Almita – comprendiendo que el plan había venido de ella.

Lo abrazó con fuerza - Te amo Luis Fe – alcanzó a susurrar

- ¿Como dijiste? – preguntó

- Te amo Luis Felipe – confirmó Miranda perfectamente claro y fuerte.

Remiéndame el almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora