50. Nuestro Sueño

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Luego de algunas semanas, Luis Felipe estaba muy distante y preocupado, pero ella estaba tranquila, pues le había informado que tenía unos problemas serios en la constructora con una demanda de una empleada, pero que se estaba asesorando bien para terminar con ese asunto lo antes posible.

Miranda no sabía de que se trataba, solo que debía ser algo serio porque lograba robarle esa preciosa sonrisa suya.

La semana siguiente ella llegó al apartamento de Luis Felipe y encontró unos documentos del Ministerio Público sobre el desayunador.

- Uuuy, está seria la cosa – murmuró para sí, sin tocar los sobres mientras se le estrujaba el corazón.

A los pocos minutos llegó Luis Felipe con una cara muy larga.

- Ay mi amor, ¿está seria la cosa? – dijo acercándose para abrazarlo.

- Si Millie – dijo suspirando y aferrándose a ella – te amo tanto – dijo apretándola aún más – perdonáme -

- ¿Por qué tengo que perdonarte? – preguntó ella fundida en el abrazo, alejando todos los pensamientos negativos que la sorprendieron. Al no tener respuesta insistió - ¿Luis Fe? – dijo separándose de él.

- Porque he estado muy distante estos últimos días – dijo con la mirada baja.

- ¡Ah! No te disculpes por eso. No necesitamos más presión en situaciones así –

La observó durante un instante y ella sonrió cálidamente. Tomó su rostro entre las manos y lo besó tiernamente.

- Traje para preparar pollo con salsa de miel–

Sus ojos se iluminaron levemente – el pago de la primera apuesta – confirmó él – me encanta. Me trae recuerdos– dijo con una sonrisa que no llegó a sus ojos.

Cenaron y esa noche Miranda se quedó a dormir.

Pasaron unos días más y las cosas no cambiaban.

Una tarde, Miranda subió al apartamento de Luis Felipe para dejarle unos relámpagos de La Esquina, que le había comprado para animarlo.
La cajita tenía un sobre que leía ¨Luis Fe¨ y dentro había escrito ¨Las penas con pan son menos. Te amo. Millie. ¨

Al salir del ascensor notó que Naomi estaba sentada en una silla del jardín artificial que quedaba enfrente del pent-house.

- Naomi, ¿Cómo estás? – la saludó Miranda educadamente sabiendo que ella no era de su agrado.

Naomi se paró de su lugar luciendo un embarazo de unos 7 meses.

- Wooow Naomi ¡Felicidades! ¡Estas esperando un bebé! – dijo Miranda emocionada

Naomi asintió con cara de poker y Miranda se preocupó – ¿pasa algo? – le preguntó

- Miranda, quiero hablar contigo –

- Si claro. Pasa adelante – dijo abriendo la puerta del apartamento - ¿te gustaría tomar algo? –

Ella solo negó con la cabeza.

Una vez dentro colocó la cajita en el desayunador. La tarjeta no estaba bien asegurada así que cayó al piso del otro lado.

- Miranda – empezó Naomi – este bebé es lo más maravilloso que me ha pasado en la vida – decía mientras acariciaba su vientre
- No tengo palabras para describirte lo que siento, la felicidad que me ha traído-

Miranda no pudo evitar bajar la vista, eso era algo que ella nunca podría volver a experimentar e inevitablemente sintió envidia al tiempo que los fantasmas del pasado amenazaban con aparecer.

Remiéndame el almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora