44. Preparando la Batalla

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La semana fue todo un éxito en el colegio y Miranda estaba muy ocupada pensando en retomar las consultas.

El miércoles por la noche, Julio la llamó para contarle que le confirmaron la participación de la banda en Xela, Quetzaltenango.

Tocarían en el teatro municipal. Un concierto navideño a beneficio de un hogar de ancianos el viernes por la noche y el sábado, tenían pendiente que les confirmaran un evento privado en un bar.

 Un concierto navideño a beneficio de un hogar de ancianos el viernes por la noche y el sábado, tenían pendiente que les confirmaran un evento privado en un bar

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Luis Felipe le había preguntado cada día como estaba; como iba todo, pero de ahí no pasaba.
Era como si estaba en la bajada de la montaña rusa luego de haber llegado a la cima.

La inquietaba, pero no sabia exactamente encontrar el sentimiento. Algo aún más inquietante para una sicóloga.

El viernes en la mañana, Julio le avisó que saldrían alrededor del mediodía para Quetzaltenango.

Para su sorpresa Luis Felipe tocó a su puerta.

- ¿Lista? – le preguntó muy sonriente con una mochila al hombro y una bolsa protectora en dónde llevaba su traje.

Ella sintió un vacío en el estómago cuando lo vio. Asintiendo tomó su maletín y  la sercha dónde colgaba el vestido y salió.
Luis Felipe no dejó que se colgará el maletín al hombro, se lo quitó y lo cargó él sin mediar palabra.

Luego de las confesiones de Miranda, estaba segura que Luis Felipe no tenía ningún interés en ella. No podía negar que estaba decepcionada y dolida de al final tener razón.

Luis Felipe se dio cuenta que no valía nada y ya no le interesaba como mujer. Trataba de alejar esos pensamientos porque le dolía mucho.
Se ponía su mejor máscara de amiga y actuaba buscando un Oscar.

Ya no sabía si era para ella misma o para él.

Cantaron todo el camino poniendo cada uno una canción que les gustaba y sin sentirlo llegaron a Xela.

Debian vestir de rojo por la navidad, y de gala por ser en el teatro municipal.

Miranda se puso un vestido largo rojo de corte sirena que le había prestado una amiga. 
Sencillo y elegante. Dejó su cabello suelto.
No había tiempo de ir al salón y usó un maquillaje muy discreto con lápiz labial a juego con el vestido.

– ¡FOTO, FOTO! – entró Laura, acompañada de Miranda, en el salón donde estaban los chicos. 

Ellos vestían trajes negros con camisa blanca y corbatín rojo.

Pónganse aquí – dijo señalando un sitio – Millie tú en medio así de frente y los demás de ladito a la par de Millie – decía Laura.

Cuando Luis Felipe la vio, no pudo evitar recórrela de arriba abajo con la vista y una ceja levantada.

Ella caminó hacia los chicos y se colocaron como pedía Laura – Woow Millie – susurró Luis Felipe al oído de Miranda, mientras Laura daba instrucciones para colocarse.

Remiéndame el almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora