Remiéndame el alma

49. No fue lo que esperaba

Nota del autor:  Este capítulo esta clasificado 18+

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Al regresar de la boda, entró Miranda a su apartamento, se quitó lo zapatos y empezó por quitarse los aretes que dejó en la mesa de centro. Alzó sus manos para quitarse el pendiente y se volvió extrañada por la quietud del apartamento. ¿Luis Felipe no había entrado?

El estaba recostado en la puerta con las manos en los bolsillos de su pantalón y el corbatín desecho colgándole del cuello.

La estaba observando. Ella dejó de luchar con el pendiente y esbozó una sonrisa con un gesto de ¨ ¿qué pasa? ¨

- Algo tuve que haber hecho bien - comentó Luis Felipe con media sonrisa sin moverse de su sitio mientras la observaba.

Miranda frunció el ceño.

- Para encontrarte - continuó

Ella se acercó, enrollo ambos brazos a su cuello y a milímetros de su boca susurró – Honestamente, creo que es al revés  –

- Honestamente, no lo creo – dijo el cerrando su cintura y eliminando toda distancia entre sus cuerpos, incluyendo sus labios.

Miranda tomó su rostro, sepárandose plantó un último beso y se volteó – ¿me ayudas? – pidió señalando el pendiente.

El plantó un húmedo beso en su cuello, permaneciendo ahí unos segundos antes de atender la solicitud.

- Ya te he dicho que esos me encantan ¿verdad? – susurró Miranda

- No. No tenía idea – respondió muy bajo bromeando. Ella pudo sentir su sonrisa. Esa sonrisa lograba desarmarla.   En este momento no se podía explicar cómo había logrado mantener la cordura antes, cuando eran ¨amigos¨.

La llenó de suaves besos por todo el cuello y Miranda no pudo evitar musitar - Mmmhh –

Dándose la vuelta con todos los vellos de su cuerpo erizados por el contacto, tomó su rostro entre las manos y observó sus ojos.

A pesar de los meses que habían pasado, Luis Felipe no perdía el efecto. Lograba que todas las mariposas en su estómago alzaran el vuelo al unísono cuando la miraba así, con esos hermosos ojos cafés.

Él tomó las manos que tenía en su rostro, besó las palmas y las bajó. Se inclinó para continuar besando su cuello.

– Yo no te había dicho, pero estos a mí también me encantan – dijo con tono grave dejándola sentir su cálido aliento. 

Anhelando su sabor, la lengua formó parte del contacto esta vez. Un fuerte brazo envolvía su cintura y la otra mano sostenía y acariciaba la cabeza de Miranda, mientras su respiración se hacía más y más pesada.

- ¿Luis Fe? – dijo con tono dubitativo

Luis Felipe interrumpió el contacto y dejó su cabeza recostada en su hombro, tomándola con ambos brazos por la cintura – te amo Millie – le dijo plantando un último tierno beso en el hombro.

- ¿Te gustaría tomar algo antes que me vaya? – le preguntó a centímetros de su boca.

Tomando un respiro profundo y viéndolo a los ojos susurró – No quiero que te vayas -

Alcanzó el botón de la camisa más cercano al cuello. Empezando a desabotonarlo dijo suavemente – tengo cero experiencia en esto... pero ya no quiero seguir imaginándolo – Luis Felipe abrió los ojos como platos.

- Una vez imaginé que llevabas camisa de botones – dijo deslizando ambas manos por encima de su pecho llegando a su abdomen - aunque no una como esta.