35. Ya es hora

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Querid@ Lector@ :  Este capitulo tiene contenido sexual y temas sensibles en relación con la muerte al nacimiento.  

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♫♪I could stay awake just to hear you breathing

Watch you smile while you are sleeping

While you're far away and dreaming

I could spend my life in this sweet surrender

I could stay lost in this moment forever

Every moment spent with you is a moment I treasure- ♫♪

No sabía si estaba soñando, pero a la mitad de la estrofa se dio cuenta de la sombra en su puerta y ya espabilada vio a Luis Felipe – Cantás precioso, pero andá dormite, mañana seguimos cantando -

Él se quedó ahí parado en la puerta y siguió cantando muy bajito el resto de la canción, Miranda se levantó – vamos te llevo a tu cuarto –

- No me quiero acostar- dijo con bastante dificultad.

- ¡Vamos! Ya se te pasaron las copitas. No te había visto así antes – A Miranda le causó gracia, no se estaba cayendo, no le costaba caminar, pero su mirada estaba rara.

- Miranda... yo no me quiero acostar –

- ¿Por qué no? – dijo Miranda abriendo la puerta de su cuarto y encontró la razón por la que Luis Felipe no se quería acostar: Beatriz estaba dormida en la cama.

Se quedaron parados en la puerta - No me quiero acostar – confirmó

Asintiendo Miranda respondió – Si..... probablemente amanecerías desnudo ... con todo lo que eso implica -dijo torciendo el gesto.

- Voy a seguir cantando, y me sirvo otro wishky, pero antes voy a entrar a tu baño –

- Mmmm, mejor ya dejalá ahí. Voy a buscar sábanas y almohadas para el sillón, ni modo – dijo Miranda, yendo hacia el primer nivel y buscando en los closets de blancos.

Le costó un poco encontrar una almohada y cuando llegó arriba, estaba todo en silencio y oscuro.

¿Luis Fe? – Susurró -¿Luis Felipe?

Entrando a su cuarto para ver si estaba en el baño, lo encontró muy acomodado en la cama, sin zapatos y roncando suavemente.

- ¡Ay no es cierto! ¡Luis Felipe! ¡Luis Fe! –

El cabello de Miranda quedó como un aura rodeando su rostro sobre la sábana blanca de la cama donde aterrizó boca arriba, luego que Luis Felipe la empujara suavemente.

Él estaba parado entre sus piernas observándola con fuego en los ojos, se acercó a ella besándola con fuerza y luego arrancó desde debajo de la falda su ropa interior.

Tomándola de las caderas la volteó y la embistió con fuerza una y otra vez.

Sintiendo un calor que llegaba hasta su cintura, Miranda se dio cuenta que estaba en un jacuzzi exterior, sentada a horcajadas sobre un hombre que no veía por la oscuridad del lugar, pero sabía que era Luis Felipe. 

Él se deleitaba apretando y besando sus senos mientras ella subía y bajaba sobre su erecto miembro.

Los gemidos de él la hacían perder la razón y la llevarian al borde de perderse en un huracán de placer, si no fuera porque sintió la mirada penetrante de una sombra que los veía desde lejos.

Pudo distinguir la sombra porque una luz la iluminaba desde atrás.

Cerró los ojos y cuando los abrió de nuevo la sombra le hablaba al oído a Luis Felipe quien la observó intensamente.

Remiéndame el almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora