En la mirada de Rocio había una gran angustia que no pasó desaperciba por Miranda – No lo sé Miranda –
Miranda abrió los ojos como platos y Rocio siguió sin poder contener las lágrimas – Naomi desapareció – se sentó enfrente de ella en uno de los sillones de la sala – llamó a Luis Felipe hoy para decirle que necesitaba que llegara al apartamento muy temprano y cuando llegó – hizo una pausa para respirar – ella no estaba. DEJÓ A LA CRIATURA SOLA MIRANDA. ¿QUÉ MADRE HACE ESO? – dijo elevando la voz.
- Pero... seguramente... salió un momento. Necesitaba un espacio. Va a regresar – decía Miranda sin dar crédito a lo que escuchaba.
- Mi hermano está perdido Miranda. Él estaba muy mal desde que tú y él.... terminaron. La misma mirada perdida, ese vacío interior que se observa en sus ojos, esa angustia por el futuro. No la veía en él desde que murió mi mamá. Para él fue muy duro eso, era como un niño que no sabía qué hacer. Así está mi hermano. Esa maldita mujer le esta arruinando la vida -
El teléfono de la casa sonó y Lucy se estremeció en los brazos de Miranda. Ella le habló muy suave para tranquilizarla. Acarició sus suaves mejillas y sintió su tersa piel de durazno. La observó. Era preciosa. Muy blanca y su escaso cabello era castaño. No podía dar crédito que su madre la hubiera abandonado, después de todo lo que le dijo aquel día cuando le informó que Luis Felipe era el padre. Miranda de verdad creyó que quería lo mejor para su hija. Debía haber alguna confusión.
- BENDITO SEA DIOS – exclamó Rocio al teléfono – por favor que pase. Colgando el teléfono se dirigió a Miranda – es la cuna. Ya vino y también viene doña Gris a ayudarme –
Miranda colocó a Lucy en la cama del cuarto de invitados mientras ayudaba a Rocio a colocar la y las sábanas. Era una cuna de madera con barandas blancas y cambiador color madera natural. El juego de sabanas que tenía era precioso en tonos rosados. Y un móvil de estrellas en colores a juego.
Doña Gris estaba lavando la ropita nueva y poniendo a esterilizar las pachas. En unas horas estuvo todo listo y Miranda no tenía nada más que hacer ahí.
Sintiéndose muy angustiada por Lucy le preguntó a Rocio – ¿Luis Felipe va a venir? ¿él ha estado con la bebé estos días? – Debía tener algo que le resultara familiar en su entorno.
Rocio muy preocupada bajo la mirada – la vio en el hospital cuando nació y hoy supongo, cuando me pidió que fuera por ella. Él está perdido Miranda. Estoy muy preocupada por él. ¿Qué va a hacer con este paquete? –
Lucy no es ningún paquete – respondió Miranda molesta. Era una niña preciosa que no merecía el rechazo de nadie – estoy segura que ella alegrara sus días y completará su vida. Tiene que entenderlo y rápido porque Lucy no puede sufrir el rechazo de ambos padres – viendo hacia la habitación de la bebé continuó - Eso le dejaría heridas muy profundas y Naomi va a aparecer en cualquier momento, de eso estoy segura –
- Yo voy a hacer todo lo posible, pero por ahora no sé qué va a hacer Luis – confirmó Rocio y esa mujer es una cobarde que no pudo enfrentar la condición de su hija – dijo Rocio en un tono muy amargo.
- No es una cobarde. Es una ignorante. El síndrome de Down no va a marcar su vida. ¡Será al contrario! Lucy va a tener una vida fantástica, y yo la voy a ayudar hasta donde me permitan. – suspiró profundamente dando mil vueltas a su cabeza como iba a ayudar a Lucy – De cualquier forma, ella va a regresar. Esto será pasajero- era algo que se tenía que confirmar para no albergar falsas esperanzas.
- Tienes mi teléfono ¿verdad? – preguntó a lo que Rocio asintió – llámame si me necesitas – le pidió. Se acercó y le dio un abrazo. Salió del apartamento sintiendo que dejaba algo.
A la mañana siguiente antes de irse al colegio envió un mensaje a Rocio para preguntar por Lucy.
Rocio: sin duda extraña a su mamá. Esta llorando mucho y durmió muy poco
Llamó a Lexi para decirle que ese día no iría al colegio y se dirigió al penthouse. Cuando llegó Lucy lloraba, Miranda había estudiado mucho el patrón de llanto en los recién nacidos y este llanto le parecía que encajaba en el tipo de necesidad. Lucy necesitaba a su mamá. La tomó en brazos y empezó a cantarle suavemente y a mecerla. Le costó un poco más que ayer calmarla, pero al final lo logró.
- ¿Tienes un fular Rocio? -
- ¿Un qué? –
- Es una tela grande que sirve para enrollarse con el bebé – explicó Miranda
¿Es algo como esto? – le mostró Rocio un paquete que no había sido abierto que justamente era un fular. Lo desempacaron y Miranda se enrolló con Lucy .
Lucy necesitaba sentir el calor. Necesitaba no sentir la ausencia de su mamá, pero Miranda también estaba necesitando ese calor y mitigar la ausencia de Luis Felipe. Era un error porque solo iba a doler más cuando Naomi entrara por esa puerta tomada de la mano de... interrumpió el pensamiento volviéndose a Rocio para preguntar – Supiste si Luis Felipe estuvo mucho tiempo con ella como para que lo pueda reconocer –
No he logrado hablar con él, solo me mandó un mensaje preguntado si estaba bien o si necesitaba algo –
- ¡Si! ella necesita a su papá -dijo Miranda molesta.
Lucy durmió con Miranda alrededor de 4 horas, que también aprovechó a dormir Rocio. Miranda trabajó en la computadora mientras estaba con Lucy. Cuando despertó, Miranda le cambio el pañal y le preparó su biberón. Luego de eso volvió a dormir. Miranda la acostó en su cuna y le cantó suavemente.
Pidió a Rocio una bañera pues, pensó que bañarla en la noche la podría ayudar a dormir mejor.
Miranda estaba muy atormentada, sentía la necesidad de compensar a la niña por ese abandono, por el rechazo de sus padres. Como ella misma también lo había sentido, y nadie lo había compensado cuando lo necesito. Había analizado mucho la situación sin poder dormir la noche anterior. No debía formar vínculos con la niña, pero no soportaba que estuviera sufriendo el rechazo. Perder el amor de un hombre es una cosa, pero vincularte con un niño y que después te alejen de él; eso terminaría con su deseo de vivir. Estaba claro, pero no lograba dejar de pensar en estar con la niña y dejarle saber que era amada, deseada. Quería formar una barrera, podía hacer esto y llegado el momento se retiraría. Eso pensaba.
Esa noche, empezó a investigar sobre este síndrome y que cosas se pueden hacer para estimular a los niños de la mejor forma. Leyó muchos artículos y encontró libros sobre el tema que de inmediato empezó a leer. Imprimió algunas hojas para leer por la mañana mientras tenia a Lucy en el fular. Pero tenía que estar segura que esto solo sería temporal. Cuando Luis Felipe apareciera, seguro que Naomi estaría con él y podrían darle el amor que todo padre debe dar a sus hijos. Mientras tanto Lucy podía sentir su amor. Ella estaba llena y necesitaba dárselo. Lucy no podía sentirse sola ni rechazada.
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Remiéndame el alma
RomanceLas cicatrices que dejan las heridas de la vida son caminos que nos van guiando; de una u otra forma predisponen nuestro destino. Al darnos cuenta a donde llegamos cuando logramos sanarlas; recordar el momento que iniciaron ya no duele. Se agrade...