Ryuhei

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─¿Otra vez tú?─Me detengo cuando veo una motocicleta conocida pararse a mi lado.

─Yo también me alegro de verte, princesa.

Hago una mueca por ese apodo.

─Vamos, no hagas esa cara.

─Tu pelo me hace recordar aquel rubio─Habló captando su interés.─Sólo que él es teñido y tú no.

─También soy más apuesto y gracioso.

─Apuesto si, gracioso no.

Continuo caminando esperando que se vaya, pero parece que no lo piensa hacer.

─¿No tienes otra cosa que hacer?─Pregunto con una mueca─Deberías ir a proteger tus calles o yo que sé.

Camino un poco más rápido pero es inútil, él anda en motocicleta y yo a pie.

─La única persona que tengo que proteger es a ti.─Responde cuando llega a mi lado de nuevo.─Podrían hacerte algo.

─¿Enserió?─Entrecierro los ojos y suelto una pequeña sonrisa─¿Entonces eres como mi guardaespaldas?

─Puede ser, pero necesitaré algo a cambio.─Comenta  haciendo una mirada coqueta.

Ruedo los ojos y hago una mueca.

─Debí suponer que no hacías algo con nada a cambio.

Sé que no se lo pedí, pero me está acompañando hasta mi casa todas las noches.

La primera vez que lo empezó a hacer me ofreció que lo hiciéramos, pero lo rechacé.

Parece que le exitó el hecho de que lo rechazara, porque su amiguito despertó en ese instante.

Después de unas veces más me agrado y dejé que me acompañara para evitar que me pase algo malo de regreso a casa.

Se me hizo raro que no me lo volviera a pedir, pero al parecer se rindió, porque hasta ahora no ha sacado el tema.

─¡Oye!─Escucho como gritan detrás de mí, así que me detengo y volteo.

Creo que iba muy metida pensando que no me di cuenta que ya había llegado a mi casa.

Camino hacia donde está Ryuhei mientras veo como él está como si nada en su motocicleta.

Cuando llego a su lado le reclamo porque no me detuvo.

─¿Por qué dejaste que me fuera más allá?─Cuestiono molesta─¿No qué eres mi guardaespaldas? Tienes que estar al pendiente de mí.

Escucho a Ryuhei soltar una carcajada.

─Nunca me dijiste si querías que lo fuera.─Respondió con una sonrisa coqueta.

─Mejor ya vete, es tarde.

─No te preocupes, sabes qué soy muy fuerte, nadie podría derrotarme─Ryuhei dió la vuelta y subió a su motocicleta─Adiós, nos vemos mañana.

Veo como Ryuhei se marcha y una sonrisa se forma en mis labios.

Él hace que todas las noches sean agradables, espero verlo mañana de nuevo.

☆ ° .    ★    . ° ☆


Ese fue el último día que nos vimos.

Sé que podría haberle avisado, pero no tenía su número de teléfono y me daba vergüenza pedírselo.

Así que aquí estoy, sentada en una banca en alguna de las calles de Corea del Sur.

Vine a Corea del Sur, y tal vez busque aquí a Ryuhei.

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