Por el discurso que dio a Tom y su esmero al preocuparse de que Gi no hiciera nada por él que no naciera de sus propios deseos, Jacob debió ser cauteloso tras recibir el sorpresivo beso del androide. No quería parecer desesperado, pero ¿Se detuvo a pensar? No. Sus neuronas estallaron en cuanto Gi lo besó, fue secuestrado por una ola eufórica que lo largó a reír, si es que dudó fue menos de un segundo porque el androide se veía tan avergonzado y risueño como él, espantando las dudas.
Gi lo amaba; lo amaba sinceramente, estaba confesando y sus ojos sonreían reflejando el naranja atardecer, ignorando el cielo casi negro sobre ellos y las gotitas de lluvia.
El segundo beso, pedido suavemente por el humano, fue correspondido. Su abrazo; aceptado, el androide se prendó de él. Jacob se sorprendió, todo el tiempo creyó que si algún día conseguía un beso de Gi este sería breve, un tímido roce superficial de sus labios, «y me conformaría ¡Sería suficiente y de sobra para mí de por vida! Pero esto. ESTO», estaba recibiendo mucho más. Un beso apasionado y el agarre firme alrededor de su cuello dejaban entrever deseos insospechados.
Inequívocamente, Gi sentía placer al besarlo. Y lo hacía bien, tan bien que cada roce fluía dócil como una danza, el jugueteo de sus dedos en la nuca del humano dirigía a ambos cada vez que se apartaban en busca de un respiro, y su mirada, «Joder, su mirada» , los ojos negros le estaban robando el alma en cada pestañeo.
Tonto e inocente quedó el humano que no tenía ni idea de que se podía besar así. Hipnotizado, no se quejaba, ni siquiera por la lluvia, apenas pensaba ¿Dónde fueron a parar la inocencia e inexperiencia de Gi? Quizá León debió tomarse la molestia de explicarles que los androides de cuidado personal poseían la misma CPU y base de datos que los de compañía, y la inocencia que mostraba Gi en torno al romance sólo era reflejo del vacío que generaba en su procesador toparse con las opciones bloqueadas. Una vez desbloqueado, del mismo modo en que el androide destacaba como médico, chef, y en gran variedad de tareas, también besaba profesionalmente.
Jacob aún no se enteraba, y lo perturbaría saber que, pensado por I-Droid como un producto flexible y "potencialmente sexual" de ser requerido por sus amos, la carencia física de Gi no representaba un obstáculo. Que, perfectamente programada, la tecnología en su lengua era más que suficiente para complacer a quien fuera. Pero no era momento ni existía tanto valor en el androide como para llegar a eso.
Los adictivos besos fueron interrumpidos por la emoción de Gi, explicó cómo el pequeño archivo que le dio León acababa de abrir su mente haciéndolo sentir seguro de sí mismo, de sus sentimientos y los del contrario, era embargado por la euforia de una gran revelación y estuvo a punto de proponer algo osado, ¿Jacob aceptaría ser su novio? Sólo pensarlo lo largó a reír, era una genial idea, no le importaba que la lluvia los empapara.
Lamentablemente, su alegría fue cortada de golpe por un relámpago que cruzó el cielo. Gi les tenía pavor, gritó antes de que sonara el trueno y Jacob lo atajó antes de que huyera despavorido, lo estrechó y refugió contra su pecho con la chaqueta abierta hasta que el estruendo pasó.
—Calma —pidió el humano en su oído, sosteniéndolo con firmeza—, no van a alcanzarte, no vienen tras de ti ¿OK? Estás bien. Pero hay que correr a casa, nos estamos empapando.
Gi asintió con el mentón tembloroso, sostuvo su mano y corrió. No estaban lejos del departamento pero, si bien la suerte ya les había sonreído aquella tarde, les jugó una mala pasada justo antes de cruzar la calle para entrar al edificio. Un conductor desconsiderado pasó por el borde inundado, empapando a ambos de pies a cabeza.
—¡No puede ser ¿Otra vez?! —viendo al vehículo alejarse y sin soltar la mano del androide, Jacob atajaba las ganas de maldecir a viva voz— ¿Cómo se inunda tan rápido?

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Amygdala
Science FictionGi es un androide formateado. Su amo le ha ordenado desaparecer de su vida... Y ser feliz. Feliz; como una persona. Pero ¿Una IA puede ser genuinamente feliz? ¿Insistir en un imposible no es un camino directo a la infelicidad? «Imposible o no, ins...