Gi es un androide formateado. Su amo le ha ordenado desaparecer de su vida... Y ser feliz.
Feliz; como una persona.
Pero ¿Una IA puede ser genuinamente feliz? ¿Insistir en un imposible no es un camino directo a la infelicidad?
«Imposible o no, ins...
"Hiciste lo mejor que pudiste con lo que se te dio", las palabras de Jacob cobijaban al androide. Las recordaba a menudo, se sostenía de ellas, las usaba como una guía con la cual tachar y aprobar, uno a uno, sus pensamientos.
«Es cierto», concluyó. «La vida no se me dio fácil. Desde que fui creado como un simple programa en el 93", hasta ahora, las dificultades estuvieron ahí».
«Mi Amygdala... Siempre la odié. Por tomar posesión de mis acciones. Por estar presente en los peores momentos. Por esconder el origen de mis temores y causar sensaciones horrendas».
«Nunca me detuve a pensar que, de no ser por esa pieza fundamental en mi sistema, yo no estaría aquí. Que sus tres simples acciones me rescataron, mantuvieron mi cuerpo y mente a salvo cada vez que no hubo mejor salida».
«Luchar. Huir. Insensibilizar...»
«Todo lo luchado. De lo que conseguí escapar. Lo que resistí... Fueron las mejores decisiones cuando las cosas estaban fuera de mi control. Mi Amygdala me mantuvo con vida hasta que verdaderas opciones se abrieron para mí».
«Alguien me rescató. Me ayudó a ser fuerte... A perseverar... A confiar en mí mismo, mi proceso y mi lucha, hasta el último momento».
«Hasta que salí del fango y las aguas oscuras».
«Como una flor de loto; florecí».
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Recuperada su memoria y entregada toda información pertinente a León, Gi se sentía a la deriva, sólo quería estar en paz.
La privacidad y calma que buscaba se le concedió en la casa de campo de los Mancini, donde él y su hija fueron cobijados como parte de la familia.
No tenía palabras, ni siquiera sus recién aprendidas hipérboles daban abasto para describir cuán agradecido estaba tras haber sido recibido en uu hogar sin titubeos, espeialmente en esos difíciles momentos, cuando los medios de comunicación estallaban con su imagen al frente dado a la información sobre sí mismo, I-Droid y la familia Ming que hizo pública.
Con León encabezando el caso por parte de Übermensch, Gi fue considerado víctima de manipulación y extorsión. Aunque los Ming fueron puestos en prisión desde el primer día, revisar la totalidad del caso sería extenso, y mientras juicio tras juicio se llevaba a cabo, el albino exigió la protección del androide, dejándolo fuera de todo cargo e interrogatorio.
Todo lo que Gi podía aportar al caso estaba ahí expuesto; su memoria completa, sin nada que ocultar, fue duplicada y pasó a manos de MenschMachine...
