«No debí decir eso», lamentó Gi volteando en la cama, arrimándose a Jacob para refugiarse contra su cuello como niño regañado. Sabía que estaba rompiendo las reglas, arriesgando el pequeño espacio en el que se le permitía mantener contacto con su antiguo amo. Saboteaba el esfuerzo y los riesgos que Cyan y León asumían ¿Exigiendo demasiado?
«Ni siquiera sé si lo que dije es cierto, o simplemente lo asumí... encaprichado... Por este anhelo enfermizo de tener un bebé». Derrotado, debía admitirlo. No obstante, en lugar de culpa, imaginar cumplir aquel deseo liberaba endorfinas en su sangre, sacándole una suave sonrisa y relajando su cuerpo. El abrazo que Jacob le dio, aún dormido, favoreció su regocijo.
«No ¡Basta! No puede ser ¿Qué estoy pensando?», se obstinó dando la vuelta, apartándose hacia el lado frío de las sábanas, su lado de la cama. Se cubrió el rostro con ambas manos, mordiendo una sonrisa. «No puedo obsesionarme pidiendo algo así, ni menos disfrutarlo».
«Sólo cuidarlos», se repitió con determinación. «No puedo "tener" uno...».
«Oh bueno; sí puedo, podría... Pero no debo». Se extendió pensando en ello con los ojos abiertos en la oscuridad, medio ido. Era consciente de que el útero inactivo y "sin salida" en su vientre era funcional, que podía recibir un embrión, mas no engendrarlo sin asistencia de laboratorio.
El androide de cuidado personal estaba capacitado para ser vientre de alquiler, no madre.
«No debo. No puedo», cayendo de regreso a su realidad, un puchero decepcionado se le escapó. Cerró los ojos y suspiró. No obstante, tras tanto moverse en la cama, Jacob volteó y lo siguió para abrazarlo por la espalda. El humano seguía adormilado, Gi tomó la oportunidad de descubrir su propio abdomen cuando Jacob lo rodeó, recibiendo su tacto directamente sobre la piel.
Era la primera vez que Jacob tocaba su piel bajo la camiseta. «Lástima que estás dormido», Gi sonrió cobijado; no le causaba ningún rechazo, sentía poder permitirle todo su ser sin temor, confiando en su gentil mirada y tacto incluso más que en los propios. «Quisiera poder decírtelo», suspiró retrocediendo hacia él, disfrutando su cálida respiración en la nuca. «Admitir en voz alta que soy yo quien no puede ver ni tocar mi propio cuerpo, y guardo silencio anhelando tu toque».
Toda reflexión se borró de golpe al recibir un beso en la nuca. Contuvo el aire, su piel se erizó expectante. Antes de darse cuenta su espalda se arqueó exponiendo la cadera hacia atrás, en busca de contacto.
«Ay», abrió los ojos iluminando el ambiente con amarillo y rosa. Su rostro ardió al entender su propia reacción; sabía de antemano cuán sensible era su nuca, que presionar en el lugar correcto concedía a los humanos completo dominio sobre su CPU en caso de que se trabara o rebelara, como una suerte de "administrador de tareas" volviéndolo dócil como un gatito. «Pero creo que confundí la orden», se apenó.
«¿O no?». No se sintió nada parecido a cuando Jhon recurrió a ello para enfriarle la cabeza en el lavaplatos, tampoco al abrumador deseo por complacer a su amo que lo invadió tras el desbloqueo de su sexualidad. «Es placentero para mí», meditó. Jacob dormía, confirmando su sospecha: lo disfrutó por cuenta propia, no porque complaciera a su amo.
Por sobre su hombro miró al humano, quien siguió durmiendo tranquilo, sin notar siquiera la tenue luz rosa que se posó sobre él. El amarillo, la vergüenza desapareció del androide sin que se detuviera a pensar si estaba bien o mal, simplemente cerró los ojos y se dejó llevar por sus deseos. Retrocedió mimoso, bajando la cabeza para exponer intencionalmente el cuello y recibir otro beso que alocó su corazón. Meneó la cadera para acoplarse, sintiendo al contrario reaccionar naturalmente a lo que se le estaba ofreciendo.
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Amygdala
Science FictionGi es un androide formateado. Su amo le ha ordenado desaparecer de su vida... Y ser feliz. Feliz; como una persona. Pero ¿Una IA puede ser genuinamente feliz? ¿Insistir en un imposible no es un camino directo a la infelicidad? «Imposible o no, ins...