LA PROPUESTA

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La paz que has elegido es peor que mi guerra... hay mujeres que empiezan la guerra firmando la paz.

Y qué bien se había sentido aquello. Cada palabra, cada gesto fingido, había salido naturalmente desde su interior.

Considerándose ya consumida por completo la venganza o no, todo había influido de forma natural y espontánea. A estas alturas no importaba nada más que desquitarse por el ridículo momento que la había hecho pasar.

Quizás había sobrepasado un tanto los extremos en cuanto hablaba abiertamente acerca de todo lo que dijo, pero a ella tampoco le había importado en lo más mínimo dejarla a la vista de todos los medios. Pero es que todo había sido tan fácil, tan sencillo. Todo se le había ofrecido al alcance de su mano, y ella no pudo negarse.

Fue tan tentador, que ni siquiera haciendo acoplo con todas sus fuerzas habría podido al menos pensar en las consecuencias de sus acciones.

Con solamente haberle quitado sus modelos posiblemente hubiera sido suficiente, pero ella necesitaba esa venganza pública tal cual había hecho con ella, que la observara de la misma forma en que ella la había mirado cuando había dado su discurso, aunque no pudiera ver su cara, tenía millones de ideas de cual estaría poniendo.

Y sin dudas todo lo que había dicho traería serios problemas con su revista, aunque pensándolo bien Becky  nunca había perjudicado a la suya. Solamente la había engañado en cuanto a revelar su identidad cuando la había besado y le había enviado una invitación falsa a un homenaje en honor a ella.

¿Se había pasado de la raya en decir todo aquello?

De todas formas habían sido los reporteros mismos quienes habían sacado el tema, no ella. ¿Debía desmentir lo que dijo? Sería la oportunidad perfecta para decir de una vez que esa supuesta "amistad" nunca existió, ni jamás existirá.

Pero se consideraba lo suficientemente orgullosa como para permitirse tal cosa, no iba a quedar como una mentirosa que se contradice todo el tiempo.

¿Pedir disculpas?

De ninguna manera, eso no iba con ella. Definitivamente eso tendría que quedar descartado, tal vez, solo tal vez debería hablar con ella.

Concretar de una vez por toda una seria charla en la que acabará definitivamente ese juego de la venganza que sabía que tanto ella como Becky  jamás terminarían.

Solo iba a traer serios problemas con sus trabajos, y de su parte no quería que eso sucediera para nada.

No dejaría a la suerte lo que tanto trabajo le había costado construir, su reputación, respeto, fama, todo estaba en juego. Y se había cegado tanto en pensar en qué forma perjudicarla que no se había dado cuenta que eso también traería problema consigo misma.

Solamente esperaba actuar antes de que Becky lo hiciera en su contra, porque ahí sí estaría en serios problemas.

-Señorita Sarocha -la llamó Nam por el intercomunicador-el señor Diren está aquí.

-Perfecto-contestó-hazlo que pase.

-Entendido-dijo Nam, e instantes después apareció el mencionado cruzando la puerta. Era un castaño de ojos claros que portaba un muy favorable traje gris.

-Buenos días, Freen- saludo tendiéndole la mano.

-Buenos días señor Diner-aceptando el saludo- tome asiento por favor-ofreció.

-Gracias.

-¿Gusta Algo de beber?.

-Agua estaría bien.

ENEMIGAS Y ALGO MÁS || FREENBECKYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora