BUENAS NOTICIAS.

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Becky  estaba prácticamente siendo consumida por el sueño gracias al aburrimiento que sentía. Aquella reunión con personas serias y desconocidas, la tenían al borde del colapso.

Era la primera vez que sentía una mañana tan larga, ni siquiera había sido así cuando su revista estaba debatiéndose entre la quiebra gracias a las deudas que había tenido por culpa de aquella estafa.

Soltó un suspiro lamentándose cuando recordó que aún seguían faltando reuniones y tratos con socios ¿Cómo era que Marco soportaba aquello todos los días? Claro, eso simplemente sucedía porque ella aborrecía aquel trabajo.

Estaba asintiendo distraídamente cuando el ruido de la puerta provocó que diera un brinco al interrumpir el silencio.

-Disculpen- dijo la secretaria de su padre entrando- señorita Armstrong, tiene una llamada- informó. Becky sintió la mirada de todos sobre ella, estaba emocionada de tener la excusa perfecta para librarse de todo eso, pero la educación logró ponerla en duda y su expresión de confusión fue notoria- es del hospital- aclaró la mujer. Aquello fue suficiente para que la castaña no lo durará dos veces y se marchara de ahí no sin antes disculparse.

Casi corrió hasta la oficina de su padre después de que la secretaría dijera que la llamada ahí estaba en espera.

-Hola- hablo con la voz temblorosa. Jugueteo con las hojas sobre el escritorio mientras escuchaba el pedido de la voz desde el otro lado- ¿pero no ha sucedido nada malo?- preguntó con preocupación. Su expresión de alivio salió por sus poros al escuchar la respuesta- está bien, iré enseguida. Gracias- dijo antes de colgar.

Tomó sus cosas rápidamente y salió de ahí consumida por la intriga al no saber qué era lo que le esperaba al llegar al hospital donde estaba internado su padre.

Estaba tan acostumbrada a realizar aquel viaje, que fácilmente pudo haberlo hecho con los ojos cerrados.

Becky rezaba interiormente una y otra vez para que nada malo hubiera sucedido, aunque por lo que le habían adelantado por teléfono, las cosas estaban muy bien. Pero la preocupación no era fácil de domar en esas situaciones.

Ashley tenía un brillo especial en la mirada en cuanto la encontró en el pasillo y gracias a eso, ella podía decir que el alma había regresado a su cuerpo.

-Mamá ¿Qué sucede? ¿Por qué no me han querido decir que pasa por teléfono?-preguntó con curiosidad.

-Becky, no hay nada de qué preocuparse ya, hija- dijo antes de abrazarla- al fin son buenas noticias las que llegan a nosotros- acariciando su espalda.

-¿Pero qué pasa? ¿Papá está mejor?.

-Lo estará- aseguró Ashley mirándola- Oh mira- dijo apuntando- ahí viene el doctor, el te lo explicara-sonriendo.

-Buenos días, Becky. Luces mejor que ayer, aunque te veo algo cansada.

-He descansado, créame- contestó- ¿podría alguien, por favor, decirme porque me han llamado para no decirme nada?.

-Veo que estás impaciente y no es para menos- dijo riendo el doctor- verás Becky, seré directo así terminamos con tanta intriga. Desgraciadamente ha ocurrido un accidente muy complicado el día de hoy y una persona tiene como última voluntad dar donaciones al ver que no hay probabilidades de mejoras en lo absoluto.

-Que horrible- murmuró.

-Así es- coincidió el doctor- pero veras, ésta persona está dispuesta a donar su corazón. Desafortunadamente hemos hecho varios estudios y no es compatible con los que están en la lista de espera, pero tu padre tiene una suerte enorme porque con él sí ha mostrado compatibilidades- informo.

ENEMIGAS Y ALGO MÁS || FREENBECKYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora