ENEMIGAS Y ALGO MÁS || FREENBECKY

¿CELOS?

Ganará la guerra el que mejor sepa perder batallas.

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Freen no había mirado atrás ni una sola vez mientras se marchaba con pasos rápidos, no se había despedido absolutamente de nadie, ni siquiera de Irena que sabía que la esperaba en el rincón de donde estaba, era claro que ella le iba a querer sacar información acerca de su favor.

Pero ella no iba a perder el tiempo mintiendo, ya no quería ni siquiera seguir pensando en todo lo sucedido. Simplemente se marchó.

Becky  sintió el sabor metálico en su lengua, al parecer sí había cortado un poco su labio con sus mismos dientes.

Escupió aquello cerca de un árbol y rápidamente comenzó a caminar por donde se había marchado la pelinegra hace algunos segundos.

La busco entre medio de la gente, en el baño, dentro, afuera y en la entrada. Busco y busco y nunca la encontró.

-Disculpa, ¿Has visto a Freen Sarocha ?-le preguntó a una mujer cerca de la puerta. Ésta negó y Becky suspiró frustrada. Era más que obvio que seguramente se había marchado.

Fue directamente hacia al patio adentrándose nuevamente en la fiesta, había preguntado por la pelinegra a cada persona que se cruzara, pero nadie sabía qué responderle.

Estaba ahogándose con una segunda bebida cuando William finalmente dio una aparición.

-Si sigues así terminarás borracha en un parpadeo-dijo riendo.

-No me interesa- respondió antes de terminarlo.

-Vaya, vaya ¿Qué tenemos?- dijo dándole una silla para que se sentara- ¿una mala noche a caso?.

-No sé de qué manera describirla- contestó tocando el mantel- ¿De casualidad has visto a Freen?-se aventuró a preguntar.

-Creo que se a donde ira todo esto- dijo comprendiendo- y no, no la he visto ¿Qué sucedió?.

-Larga historia- levantando sus hombros- pero ahora no tengo humor para hablar de eso.

-Está bien, será cuando tú quieras- contestó- ¿Piensas quedarte un momento más?-pregunto. Becky  lo miró levantando la ceja. Conocía aquella expresión.

-¿Ya te irás?- preguntó- ¿Quién es?- medio sonriendo.

-La rubia de allí- señalando con el mentón- es simplemente... maravillosa.

-¿Con la que estabas bailando?- mirándola- ¿Así tan rápido? Ni la conoces.

-¡Oh vamos, Becky !-riendo- como si tú nunca lo hubieras hecho. Pienso llevarla a casa ésta noche-mirando su reloj- justo ... .ahora- parándose.

-Está bien, diviértete Casanova- contestó- creo que me quedaré un momento y luego veré que haré.

-Bien- saludándola- pero el lunes tenemos una charla pendiente- mirándola.

-Hecho- asintió. Becky observó a William marcharse hasta donde estaba aquella rubia, le había dicho algo al oído y ésta sonrió con ganas.

La mujer en realidad no estaba nada mal para su amigo, la castaña no dudaba de que al menos él iba a pasar una buena noche.

Los siguientes tediosos y largos minutos los había pasado sola pensando, justo cuando se había parado dispuesta a marcharse había visto a Diana conversar con alguien.

Ahora no estaba de humor para soportar a nadie, así que escabulléndose entre la gente, la perdió de vista.

Encontró a los señores Diatlov y aprovechó para despedirse de ellos, cosa que no había sido tarea difícil.