ENEMIGAS Y ALGO MÁS || FREENBECKY

LO INESPERADO.

-¿Mal lugar?- preguntó Becky cuando observó que Freen no paraba de mirar en todas direcciones.

-No, es perfecto- contestó. Ambas fueron guiadas hasta la mesa apartada que Becky  ya había reservado con tiempo.

-¿Segura?- preguntó dudosa- porque si es así, podemos...

-No, Becky -la interrumpió- ¿Por qué no debería de gustarme?

-Porque quizás hay muchas personas aquí- contestó- No he pensado mucho en eso. Antes no te gustaba...

-Shhh- dijo poniendo un dedo sobre sus labios- tú lo has dicho, eso era antes, ahora déjame disfrutar de una buena cena con una compañía maravillosa ¿sí?-pronunció sonriendo.

Becky  suspiró aliviada y decidió convencerse de que aquello era cierto. Freen últimamente estaba mostrando una faceta completamente nueva y ella mejor que nadie sabía que estaba encantándole.

-Me parece perfecto- dijo antes de sentarse.

Luego de haber tenido una conversación banal y de haber ordenado, ambas se quedaron mirándose mutuamente. Becky sabía que Freen ya no estaba a la defensiva como antes.

No demostraba algún disgusto de algo que no le parecía a su altura ni tampoco estaba comportándose de una manera desagradable ¿Qué era lo que había sucedido? No lo sabía, pero esperaba que aquello durara.

-¿Cómo está tu papá?- preguntó tomando discretamente su mano sobre la mesa.

-El dice estar bien- comentó con la mirada perdida- mamá está cuidándolo muy bien.

-¿Pero?.

-Yo no lo veo así- dijo observándola- Marco siempre ha sido así, jamás está demostrando realmente cómo se siente y sé que lo hace para no preocuparnos. Pero así solamente está perjudicando a él mismo, me gustaría que me dijera la verdad, aunque sea una vez, pero es demasiado testarudo.

-Tengo una idea a quien saliste, entonces- comentó sonriendo. Becky respondió por un momento- ¿Y qué hay con la idea de tener algún enfermero cuidando de él?.

-Ya lo he pensado- contestó- solamente me falta hablarlo con mamá, ella no puede con esto, se que está muy preocupada y no la culpo.

-No puedo imaginar cómo te debes sentir- pronunció acariciando su mano- pero tu padre tiene mucha fuerza de voluntad, lo lograra. Sabes que estoy para cualquier cosa que necesites ¿cierto?.

-Lo sé, cariño- respondió colocando su otra mano sobre la suya- solo esperemos que las cosas salgan bien a partir de ahora- pidió.

Luego de eso la camarera apareció con la comida para las dos y la conversación tomó otro rumbo. Aunque Becky  se mostraba alegre y relajada, no podía evitar tener un mal presentimiento.

Esperaba que solo sea eso y nada más, no sabía de qué manera enfrentar que alguna cosa se fuera de su lugar justamente ahora que varias piezas habían caído donde tenían que caer.

Freen sonrió y negó con la cabeza al ver la manera de comer de la castaña, tenía tan pocos modales como un niño pequeño.

-¿Qué sucede?- pregunto confundida.

-Tu rostro- dijo negando- Becky, deberías comer más despacio. Espera- dijo agarrando una servilleta para limpiarla.

-Es que no he podido almorzar como corresponde hoy- se justificó- he tenido varias reuniones y luego tuve que ir volando a la empresa de mi padre para asistir a otras

-Podrías haberme llamado- dijo terminando con su labor- hubiera hecho que te llevaran algo.

-¿En serio?- preguntó sorprendida. Freen asintió y no dejó de mirarla a los ojos.